¿Qué análisis hace de la foto actual, tras el pacto PSOE-Junts, desde Bruselas?El mero hecho de que haya habido una carta de la Comisión Europea y un debate en el Parlamento es ya un éxito absoluto porque lo que hemos conseguido es que agüen la proposición de ley, y eso se ha conseguido por la presión desde aquí. Los propios socialistas europeos, estamos hablando con muchos, no entienden muy bien la motivación de este movimiento, más si cabe cuando el PSOE lleva en Bruselas cuatro años diciendo que estas personas son unos fugados de la justicia. De repente se han convertido en legítimos para formar un Gobierno, porque todos saben que a Sánchez le faltaban siete votos.

¿Y eso cómo se acoge?Es importante porque está poniendo la semilla de la duda en los socialistas europeos y sabemos que aquí los cambios se producen por la presión interna, la que se hace desde el propio grupo político.

¿Están satisfechos con la respuesta que ha dado hasta ahora la Comisión?Han sido valientes, con un país con la importancia que tiene España y un líder con la importancia que tiene Sánchez a nivel europeo. Han conseguido rebajar bastante el calado antidemocrático que tiene el acuerdo entre Junts y el PSOE, y de momento van a ser prudentes. Van a tener cuatro ojos puestos en España para ver lo que sale del Congreso. La Comisión no es ciega y mide a todos por el mismo rasero, ya seas España, Polonia o Hungría.

Polonia es el caso más drástico a nivel de falta de independencia judicial. ¿España podría llegar a ese extremo, con multas?Eso va a depender de Pedro Sánchez. Si siguen por esta línea y pasa una ley como esta, y empiezan a señalar a jueces y hacerles un control parlamentario con ese lawfare, entonces ya podemos pensar que la Comisión puede levantar un procedimiento de infracción ante el Tribunal de Luxemburgo. Sin duda.

Pero, ¿se parecen el caso polaco y el españo?El caso polaco es mucho más parecido al de España porque encaja con la deriva del control sobre el poder judicial que ha tenido este Gobierno, con las puertas giratorias, con el intento de reducción del umbral para la elección del CGPJ, que lo van a volver a intentar, con la disminución de la tipificación de los delitos de malversación, que contraviene directamente legislación europea... y ahora con esto. Vamos a ver si hay enmiendas de Junts y Esquerra que aún empeoren más la ley. Y es que además están amnistiando delitos de malversación, por mucho que digan que no afecta a los fondos europeos.

¿Eso es digamos un matiz para tratar de librarse de un 'no' de Bruselas?Exactamente. Ellos saben que lo que están haciendo es malo, si no no lo pondrías. Están intentando jugar aquí a eso, y piensan que la gente no les ha cogido la matrícula, pero sí. Hay que ver si paran o no. Tengo fe de que la presión que estamos haciendo pueda de alguna manera hacer descarrilar esta ley. Ese es mi objetivo y mi deseo. Si no se descarrila, la Comisión tendrá que actuar.

¿Qué impresión se llevaron al leer la ley?Que estaban jugando al escondite, poniendo cara de que eran buenos. Ya muchos juristas la están diseccionando y algunos elementos contravienen claramente los valores europeos. Además, de que no hay una motivación; las amnistías se dan para unir a los países y esta lo que hace es lo contrario.

¿Hay un giro más cuando eleva ya el debate a la perspectiva europea?Ya no es un tema español, es un tema europeo. En mi grupo me apoyaron el cien por cien cuando lo pedimos llevar al pleno. Entendieron que esto se da por un interés personal de dos personas. Esto se ha visto perfectamente. Todo el mundo es consciente de que hay algo malo aquí, y por eso apelamos ya a los socialistas europeos.

Después del 23-J, ¿vieron venir la ley de amnistía?Sí, pero no tanto. No veía por ejemplo el lawfare. Nunca pensé que el PSOE llegase a ese límite, porque es un partido proeuropeo, que ha sido fundamental en el papel de España en la UE. Están echando por tierra la historia de 40 años de buen hacer de los socialistas en la UE, por el interés de una persona. Esto va a envejecer muy mal, porque ya lo hemos visto en otros grupos.

¿Entonces?Lo que estamos intentando es no cometer el mismo error que en Hungría y en Polonia. Los húngaros y los polacos de nuestro grupo ya nos dicen que cuando denunciaban esas situaciones en sus países la gente les decía que no era para tanto. Eso es lo que hay que evitar en España y por eso queremos actuar cuanto antes, y hemos puesto la presión donde había que ponerla.

¿Le sorprendió ver a Iratxe García, que defendió que Puigdemont no podía ser eurodiputado, en una foto con él en plenas negociaciones?Más que sorpresa me dio pena, porque sé lo que ha hecho Iratxe aquí para explicar lo que representaba Puigdemont. Y me dio pena porque ella va a pasar a la historia por esa foto.

¿Hay entonces una ruptura del bloque constitucionalista?Absolutamente. Pero esto es un partido, el PSOE, el resto de socialistas del grupo han defendido el Estado de Derecho como los que más, por ejemplo en Polonia. Lo que yo digo es que el PSOE esto lo va a sufrir, y hay que entender que esto es una huida hacia adelante para Sánchez y para Puigdemont; están en el tiempo de descuento, pero falta ver cuánto se llevan por delante.

¿Cuánta confianza le tiene al retraso de la ley en el Senado?Tengo confianza en la parte judicial, porque ya hemos visto que han alzado la voz, y ven que no hay por dónde confianza. Está llegando a la Comisión y tengo fe en que ahí se va a frenar para que esta perversión de la democracia por siete votos no llegue lejos.

¿Cuánto tiempo le da a la legislatura?Con Sánchez no sabes, pero él ya no tiene una mayoría porque han roto con Podemos, y con las elecciones vascas va a perder otro socio. Cuando salga la ley de amnistía, si se agua, perderá a Junts o Esquerra. Es una huida hacia adelante.