El Centro de Acogida de San Isidro da tarjetas a sus residentes para que entren con libertad a sus habitaciones

El alcalde charla entre usuarios, trabajadores y voluntarios del Centro de Acogida de San Isidro.
El alcalde, entre usuarios, trabajadores y voluntarios del Centro de San Isidro.
Rafa Albarran
El alcalde charla entre usuarios, trabajadores y voluntarios del Centro de Acogida de San Isidro.

Con motivo de su 80º aniversario, el Ayuntamiento de Madrid obsequiará al Centro de Acogida San Isidro con la incorporación de una herramienta que supondrá un paso de gigante en el camino hacia la vida autónoma de sus 243 usuarios: cerraduras electrónicas en las habitaciones. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, ha entregado este lunes una tarjeta de acceso simbólica a la directora del CASI, que nació en un contexto de miseria, al calor de la posguerra y que, bajo la gestión de Hijas de la Caridad, pasó de ser un albergue forzoso, pautado por la Ley de Vagos y Maleantes de 1933, a convertirse en un hogar donde miles de personas que vivían en la calle han rehecho su vida.

La medida se enmarca en la Estrategia Dignitas 2022-2027, que busca asegurar la dignidad de los individuos creando espacios más personalizados. "Entregar a los usuarios una tarjeta con la que podrán acceder a sus habitaciones a cualquier hora del día implica otorgarles confianza, pues se deja a su voluntad la decisión de cómo utilizar y cuidar algo tan íntimo como el propio cuarto, donde guardan las pertenencias que los conectan con su pasado y con la proyección de su futuro", explican desde el Consistorio madrileño.

Un ejemplo de esperanza para todos los residentes es el de Jesús Jiménez, un hombre con estudios universitarios que por diversas circunstancias fue arrastrado al sinhogarismo. Gracias al trabajo de un equipo de calle derivó en San Isidro, donde vivió felizmente tres años. Y tras un proceso de recuperación, se emancipó de nuevo y retomó su vocación: la música, con la que hoy ha deleitado a los presentes. Ponía el broche final al acto interpretado la canción Vengo, una composición propia inspirada en su experiencia personal. Parte de la letra dice así: "Vengo de sitios oscuros, de inviernos muy duros y casi me hundo. Y es que tengo una historia, es que tengo un pasado, es que quiero un futuro...".

Con anterioridad, el alcalde ha visitado las instalaciones, acompañado por el delegado del Área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, José Fernández; el concejal de Moncloa-Aravaca, Borja Fanjul y los responsables del área social del Ayuntamiento de seis mandatos diferentes. Un residente los ha guiado por la historia de San Isidro a partir de un exposición de objetos representativos, entre los que había una insignia policial de los años 30, que recuerda la época de 'represión de la mendicidad', o una máquina de coser y calzado correspondiente a finales de los años 70, de la etapa en la que se impulsó la rehabilitación de las personas sin hogar a través de los talleres de oficios.

Almeida junto a Ana Botella, la ganadora del premio de fotografía y la directora del CASI.
Almeida, con Ana Botella, la ganadora del premio de fotografía y la directora del CASI.
Rafa Albarran

A continuación, Almeida y Ana Botella, exalcaldesa de la capital que también ostentó el cargo de concejala de Empleo y Servicios a la Ciudadanía entre 2003 y 2007, han participado en la entrega de premios del concurso de fotografía entre usuarios y profesionales del centro. Y también se ha proyectado una versión reducida del cortometraje Casi invisibles, creado por el periodista Mario González y estrenado por la tarde en el Centro de Arte Contemporáneo Condeduque.

Almeida no ha querido despedir el acto sin agradecer la labor que hacen los profesionales del CASI. Un equipo compuesto por 115 funcionarios con perfiles de médico, trabajador social, terapeuta ocupacional, psicólogo, cocinero o auxiliar administrativo, a los que se suman los servicios de limpieza, mantenimiento y vigilancia. Junto a ellos, trabajan también de manera incesante seis hermanas de las Hijas de la Caridad y ofrecen, además, su colaboración los Voluntarios por Madrid y la entidad Nadie Solo. Como ha recordado el alcalde, "lo que califica y cualifica una ciudad es cómo trata a las personas que se encuentran en la peor de las situaciones, sin techo o comida".

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