Qué fueron los Decretos de Nueva Planta de inicios del siglo XVIII que menciona el pacto PSOE-Junts... y cómo afectaron a Cataluña

La proclamación de Felipe V, el 16 de noviembre de 1700
La proclamación de Felipe V, el 16 de noviembre de 1700
François Pascal Simon Gérard / WIKIPEDIA
La proclamación de Felipe V, el 16 de noviembre de 1700

PSOE y Junts han cerrado un acuerdo para investir a Pedro Sánchez, acuerdo que pasa por una ley de amnistía. Los firmantes presentan el pacto alcanzado como un acuerdo para "abrir una nueva etapa y contribuir a resolver el conflicto histórico sobre el futuro político de Cataluña".

Más allá de la ley de amnistía y los casos de lawfare, el documento contempla un compendio de medidas que también incluyen la posibilidad de negociar un "referéndum de autodeterminación". Pero el acuerdo no solo se refiere al presente, al cercano pasado y al posible futuro sino también al más lejano pasado. A la hora de poner contexto, el pacto menciona incluso los Decretos de Nueva Planta.

"Con la aprobación de un nuevo Estatut, la sociedad catalana, que lo refrendó, buscaba tanto el reconocimiento de Catalunya como nación como la solución a las limitaciones del autogobierno y a los déficits acumulados. Reivindicaciones y demandas con un profundo recorrido histórico y que han adoptado diferentes formas desde que los Decretos de Nueva Planta abolieron las constituciones e instituciones seculares de Catalunya", se lee en el documento que han rubricado Santos Cerdán y Jordi Turull.

La guerra de sucesión

La referencia a los Decretos de Nueva Planta nos lleva a la guerra de sucesión española, que tuvo lugar entre 1701 y 1715, cuya causa fundamental fue la muerte sin descendencia de Carlos II de España, al que decían 'El hechizado'. Fue una guerra civil entre austracistas (de la casa de los Austrias) y borbónicos.

Se hace para lograr "el importante fin de la uniformidad que tanto deseo haya entre mis vasallos", decretó Felipe V

Los primeros defendían como nuevo monarca al archiduque Carlos, mientras que los segundos proponían a Felipe V. La Corona de Aragón, esto es, el Reino de Valencia, el de Mallorca, el Principado de Cataluña y el propio Reino de Aragón se decantaron por Carlos, mientras que Castilla apoyó a Felipe.

Proclamación de Felipe V
Proclamación de Felipe V
AR

Los vencedores de la guerra de sucesión española fueron los borbónicos y Felipe V pasó a ser el nuevo rey de España. Durante y tras la guerra, entre 1707 y 1716, el monarca fue promulgando una serie de decretos con los que abolió las leyes e instituciones propias de los reinos que habían apostado por el archiduque Carlos. Eran los Decretos de Nueva Planta.

'Guerra dels Segadors'

  • Los catalanes se habían rebelado contra la unidad de la corona en 1640, en la revuelta de los catalanes o guerra de los Segadores (guerra dels Segadors, en catalán). Se sublevaron contra los abusos cometidos por el ejército real, que estaba desplegado en el Principado por la guerra contra Francia, parte de la guerra de los Treinta Años. ¿Patriotismo, sed de justicia o nacionalismo? Los historiadores siguen debetiéndolo.

Formalmente, eran una serie de reales cédulas por las que se establecía la "nueva planta" de las reales audiencias de los territorios de la Corona de Aragón y de Castilla. Estos decretos fueron aplicados también a la organización jurídica y administrativa de la Corona de Castilla. El primero fue el 29 de junio de 1707.

Declaró abolidos todos los referidos fueros, privilegios, práctica y costumbre observados en los referidos reinos de Aragón y Valencia"

En ese decreto, Felipe V declaró "abolidos y derogados todos los referidos fueros, privilegios, práctica y costumbre hasta aquí observados en los referidos reinos de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla, y al uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en ella, y en sus tribunales sin diferencia alguna en nada".

Lo que perdió Cataluña

El 15 de julio liquidó el Consejo de Aragón para lograr, dice el decreto, "el importante fin de la uniformidad que tanto deseo haya entre mis vasallos". Con los Decretos de Nueva Planta la primera monarquía borbónica impuso una nueva organización político-administrativa siguiendo el modelo centralista de la monarquía absolutista francesa.

El último de los Decretos de Nueva Planta, de 16 de enero de 1716, acabó con las leyes propias de Cataluña:

  • Abolió las Cortes y el Consejo de Ciento.
  • Sustituyó al virrey por un capitán general.
  • Dividió Cataluña en doce corregidurías, como Castilla, y no en las tradicionales veguerías.
  • El idioma oficial de la Audiencia dejó de ser el catalán y se sustituyó por el castellano.​
  • Se prohibieron los somatenes, las milicias populares armadas.
  • Se estableció el catastro gravando propiedades urbanas y rurales y los beneficios del trabajo, el comercio y la industria.

De puertas adentro, la guerra de sucesión española tuvo como principales consecuencias la instauración de la Casa de Borbón en el trono de España y el fin del modelo "federal" de monarquía, al acabar con la "autonomía" de los reinos de la Corona de Aragón. En el contexto internacional la guerra fue un desastre: la Monarquía Hispánica perdió sus posesiones europeas.

España era grande pero no una

En 1700, cuando muere Carlos II y Cataluña se ha dotado de normas propias, la monarquía hispánica de los Austrias era un conglomerado dinástico de diversos "Reinos, Estados y Señoríos" unidos según la fórmula aeque principaliter. Así, los reinos constituyentes continuaban después de su unión siendo tratados como entidades distintas, de modo que conservaban sus propias leyes, fueros y privilegios.

España, como cuerpo político, no existe; es una mera expresión geográfica... no se puede hablar de rey de España para referirse a Carlos V o a Felipe II"

"La España de los Austrias, lo mismo que la de los Reyes Católicos, no tiene unidad política. Es un conjunto de territorios (reinos, condados, principados, señoríos) que conservan su fisonomía propia (sus instituciones, leyes, régimen fiscal, moneda, aduanas, lengua...) y solo tienen una característica común: la de ser gobernados por el mismo soberano", ha escrito el historiador Josep Pérez.

Según este respetado historiador francés, "hablar de España es inadecuado. España, como cuerpo político, no existe; es una mera expresión geográfica, que además, en la época, también incluye Portugal. Por lo tanto, no se puede hablar de rey de España para referirse a Carlos V o a Felipe II".

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