Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

La ultraderecha y Puigdemont

El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, junto al número 3 del PSOE, Santos Cerdán, el pasado lunes.
El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, junto al número 3 del PSOE, Santos Cerdán, el pasado lunes.
PSOE EFE
El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, junto al número 3 del PSOE, Santos Cerdán, el pasado lunes.

Lo llaman president en las notas de prensa del PSOE y en los discursos de fin de semana de Rodríguez Zapatero, ese jarrón chino omnipresente. Ya sabemos que huyó en un maletero y que dejó a muchos de sus correligionarios vendidos y con unos años de cárcel por delante. Sabemos unas cuantas cosas sobre él, pero deberíamos reflexionar sobre algunas más y tratar de tener alguna idea clara cuando escuchemos como un mantra militante que sus famosos siete votos contribuyen a formar una mayoría de progreso.

Convendría no olvidar que cuando Puigdemont llegó a Waterloo encontró apoyo en personas como Nigel Farage, un conservador euroescéptico y principal impulsor del Brexit, Geert Wilders líder del partido holandés de extrema derecha -Partido por la Libertad- y el jefe del partido xenófobo flamenco, Tom van Grieken y sus acólitos. Es muy esclarecedor leer un artículo de la socialista Elena Valenciano, que coincidió con el político catalán en Europa, titulado “Puigdemont, el supremacista”, que no tiene desperdicio.

Junts se presenta como un partido transversal, que es lo mismo que no decir nada. Transversal es una palabra que utilizan los políticos para poder hacer cualquier cosa y es ya casi un sinónimo de la palabra veleta. Se da la circunstancia de el Partido Socialista vende ahora los siete votos de Junts como un antídoto contra el advenimiento de la derecha más radical y rancia. En realidad, ya lo sabemos todos, es la permanencia en el poder lo que está en juego.

El peor enemigo siempre está dentro y no puede ser que un partido como el PSOE se haya convertido en un rebaño de corderos mansos y timoratos. ¿O sí?

Sánchez quemó ya casi todo el poder territorial para salvarse él. Parece que esto todavía no le va a pasar factura, pero todo se andará. El peor enemigo siempre está dentro y no puede ser que un partido como el PSOE se haya convertido en un rebaño de corderos mansos y timoratos. ¿O sí? Mientras tanto, si examinamos la trayectoria de Junts, sus actitudes y sus afinidades ideológicas, nos sale un retrato robot interesante, con rasgos cercanos al perfil que le interesa a la extrema derecha.

Seria algo así: amigos peligrosos, tradición teocrática, reaccionarios, supremacistas, interesados en deslegitimar la democracia cuando les interesa, se presentan como la voz del pueblo, de todo el pueblo, defienden el nativismo, en nacionalismo y un proteccionismo de lo suyo muy acusado. Mantienen un tradicionalismo rancio, conservadurismo cuando les interesa, una xenofobia disfrazada, dosis importantes de populismo y un afán claramente polarizador.  Son progresistas de primera magnitud, claro que sí. Seguimos para bingo. 

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