Israel estrecha el cerco a Hamás e intensifica su ofensiva en Gaza desoyendo las llamadas a una tregua humanitaria

Fotografía publicada por el Ejército israelí este 5 de noviembre donde muestra una operación terrestre dentro de la Franja de Gaza.
Fotografía publicada por el Ejército israelí este 5 de noviembre donde muestra una operación terrestre dentro de la Franja de Gaza.
AP / Lapresse
Fotografía publicada por el Ejército israelí este 5 de noviembre donde muestra una operación terrestre dentro de la Franja de Gaza.

Treinta días después del estallido de la guerra de Israel contra Hamás, la ofensiva israelí por tierra y aire se ha recrudecido en la Franja de Gaza. Al norte del enclave, las tropas israelíes continúan estrechando el cerco sobre las milicias de Hamás en medio de intensos combates cuerpo a cuerpo. El asedio ha partido en dos el territorio: "Hoy hay norte de Gaza y sur de Gaza", ha manifestado un portavoz de las Fuerzas Armadas israelíes.

Desde el aire, el Ejército israelí ha confirmado este domingo nuevos ataques a la infraestructura de Hamás, depósitos de armas, puestos de observación y centros de mando y de control del grupo islamista en el enclave palestino. 

Los incesantes bombardeos de los últimos días sobre la Franja se han cebado, especialmente, contra los hospitales, escuelas y campos de refugiados. La última tragedia ocurrió en la madrugada del sábado al domingo en el campamento de refugiados de Al Magazi, donde un ataque israelí mató a 47 personas, según el Ministerio de Sanidad gazatí.

También la Media Luna Roja Palestina denunció este domingo "intensos bombardeos y ataques de artillería" cerca del hospital Al Quds y de su sede en la ciudad de Gaza, que han causado "múltiples víctimas". 

En un mes de guerra, un total de 9.770 personas han muerto —4.008 son niños— y otras 24.800 han resultado heridas en la Franja de Gaza, según el último balance de las autoridades del enclave, controlado por Hamás.

La presión internacional y las críticas de organismos como la ONU sobre los últimos bombardeos, como el ocurrido contra un convoy de ambulancias el pasado viernes, han obligado este domingo a Israel a explicar por qué el blanco de sus ataques son los hospitales

Según las Fuerzas de Defensa israelíes, el cuartel general de Hamás se encuentra en el subsuelo del hospital de Shifa, el mayor de la Franja de Gaza. En este sentido, el portavoz militar Daniel Hagari ha revelado en rueda de prensa fotografías y otros datos de inteligencia que probarían que Hamás usa a la población civil de Gaza como escudo humano.

En concreto, Hagari ha acusado al grupo islamista de utilizar dos centros médicos como tapadera "para su infraestructura terrorista subterránea" de túneles. Se trataría del Hospital Indonesio y el Hospital Catarí, ambos en el norte de la Franja.

En el recinto del Hospital Catarí, los soldados israelíes hallaron "una apertura de un túnel que se usa para actividades terroristas", mientras que en el Hospital Indonesio se levantó hace años como escondite para su "centro de mando" entre las localidades de Beit Hanoun y Yabalia, donde ahora se suceden los combates.

Es en esa zona, el norte de la Franja, donde unas 400.000 personas permanecen atrapadas entre el fuego cruzado. Israel volvió a abrir durante unas horas, y por segundo día consecutivo, un corredor por la carretera de Salah Al Din, con el objetivo de forzar la evacuación hacia el sur de los civiles que todavía quedan en esa zona. Sin embargo, apenas unas decenas de palestinos se desplazaron por esta ruta, en su mayoría a pie, aunque también en carros tirados por caballos y burros, en bicicleta, o en coches.

Civiles palestinos huyen hacia el sur de la Franja de Gaza por la carretera de Salah Al Din, este 5 de noviembre.
Civiles palestinos huyen hacia el sur de la Franja de Gaza por la carretera de Salah Al Din, este 5 de noviembre.
AP / Lapresse

La ofensiva militar ha dejado además unos 1,5 millones de desplazados, que a diario padecen condiciones de vida extremadamente difíciles por el colapso de los hospitales y la grave escasez de agua potable, alimentos, medicinas, electricidad y combustible. A ello hay que sumar una nueva interrupción de la conexión de telefonía e internet, que ha dejado casi incomunicado al enclave por tercera vez desde el inicio de la guerra.

Presiones para un alto el fuego

A lo largo de este fin de semana, las peticiones a EE UU para que convenza a Israel de un alto el fuego humanitario en Gaza no han dejado de sucederse. Este domingo ha sido el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, que ha recibido en Cisjordania la visita del secretario de Estado, Antoni Blinken.

"¿Cómo podemos permanecer en silencio ante la matanza de diez mil palestinos, incluidos cuatro mil niños, decenas de miles de heridos y la destrucción de decenas de miles de viviendas, infraestructuras, hospitales, centros de refugio y tanques de agua?", se ha preguntado Abás durante la cita, que ha durado menos de una hora.

También los ministros de Exteriores de seis países árabes pidieron a Blinken el sábado el "inmediato cese" de la ofensiva israelí contra el enclave palestino, ante la insistencia del mandatario estadounidense del "derecho de Israel a la autodefensa". 

Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha vuelto a descartar tajantemente un alto el fuego: "Quitad la palabra del diccionario. Se lo decimos tanto a nuestros enemigos como a nuestros amigos. Vamos a seguir hasta derrotarlos. No tenemos alternativa", ha argumentado.

Una mujer palestina mira con tristeza los escombros de un edificio residencial tras un ataque aéreo en el campo de refugiados de Al Maghazi, en el centro de la Franja de Gaza.
Una mujer palestina mira con tristeza los escombros de un edificio residencial tras un ataque aéreo en el campo de refugiados de Al Maghazi, en el centro de la Franja de Gaza.
EFE

Al dirigente israelí se le ha abierto además este domingo un frente interno a raíz de las polémicas palabras del ministro de Patrimonio, el ultraderechista y ultraortodoxo Amihai Eliyahu, quien ha asegurado que podría ser "una opción" lanzar una "bomba nuclear" sobre la Franja de Gaza. La oficina del primer ministro no tardó en salir al paso por estas declaraciones: "No se corresponden con la realidad. Israel y las Fuerzas de Defensa están operando de acuerdo con los más altos estándares del Derecho Internacional para evitar dañar a inocentes", indicaron.

Por el momento, Netanyahu ha suspendido a Eliyahu de "forma indefinida" de las próximas reuniones ministeriales, aunque permanece en el puesto.

Combates en Líbano y nuevas amenazas

Mientras unos países tratan de aumentar la presión sobre EE UU, otros han pasado directamente a las amenazas, como ha sido el caso de Irán. Su ministro de Defensa, el general de brigada Mohammad Reza Ashtiani, ha advertido este domingo al país norteamericano de que "será fuertemente golpeado" si no logra detener la ofensiva militar israelí sobre la Franja de Gaza. "Siempre hemos aconsejado a los estadounidenses que no apoyen al régimen sionista", ha añadido.

Sobre "guerra total" también habló el pasado viernes el líder de la milicia chií libanesa Hizbulá, el clérigo Hassan Nasrallah, en su primer discurso público desde el estallido del conflicto el pasado 7 de octubre.

"Todas las posibilidades están abiertas y todas las opciones están sobre la mesa", advirtió Nasrallah, quien sostuvo que un recrudecimiento de los ataques de Hizbulá contra Israel "depende de los acontecimientos en Gaza".

La frontera de Líbano con Israel ha vuelto a ser escenario de bombardeos este domingo. Tres niñas y su abuela han fallecido por el impacto de un proyectil de la aviación israelí contra un vehículo civil entre las localidades de Blida y Aainata, cerca del límite con Israel.

El ataque ha provocado la "venganza" de Hizbulá, que ha lanzado varios proyectiles contra la localidad israelí de Kiryat Shmona. "Este crimen atroz no pasará desapercibido", ha sentenciado el primer ministro del Líbano, Najib Mikati, que ya ha anunciado una queja contra Israel ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

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