Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

El timo de la carta en el QR

  • Todas las columnas escritas por Juan Luis Saldaña en '20minutos'.
-La carta está en el QR. -Pues nos vamos.
-La carta está en el QR. -Pues nos vamos.
Pexels
-La carta está en el QR. -Pues nos vamos.

En momentos de crisis algunos ganan. Suele suceder que, pasada la crisis, esos mismos mantienen ciertas adaptaciones a los problemas temporales que les han ido bien, aunque fueran una molestia para el resto. Un caso ejemplar es el de los bares y restaurantes que siguen con la horrible costumbre de remitir al usuario a un código QR para mirar la carta. Menuda turra. El papel sigue teniendo importancia en nuestra civilización y este es uno de los casos más claros.

En estos casos, el famoso código QR suele ser una engañifa y un fascinador de tontos. Sí que tiene una función interesante y es un gran avance cuando detrás de él hay un beneficio, una entrada o un billete de avión, una actividad lúdica o una información útil que no se puede dar en otro soporte. QR es la abreviatura inglesa de “quick response”, es decir, respuesta rápida. Cuando esa rapidez se pierde, el QR deja de tener sentido.

Alguien pensó que los virus se transmiten por el papel y no tiene culpa. Se pusieron las cartas de los restaurantes detrás del código QR y todos tragamos porque era momento de no andarse con tonterías. Pero eso ya ha pasado y no es divertido tener que sacar el móvil para saber si puedes pedir una ración de croquetas o una de pulpo a la gallega. La carta en papel, plastificada, en madera o como la quieran dar es una maravilla y funciona mucho mejor.

La digitalización mal entendida encumbra al jeta y al vago y nos hace la vida más complicada, aunque quizá más tecnológica y, aparentemente, original.

La pandemia sacó a flote a la oveja miedosa que todos llevamos dentro y algunos listos quieren seguir aprovechando el tirón. Sale más barato poner un enlace a tu página web en el QR y esperar a que el cliente se vuelva loco mirando ahí. Además, se pueden hacer cambios. Se ahorra un dinerillo y va todo más fácil. Uno va a un bar o a un restaurante a mirarle la cara a quien le acompaña, a escuchar y hablar. El móvil debería estar en el bolsillo. Esa es otra guerra interesante.

Hay hosteleros que te hacen rebaja si no utilizas el móvil en la comida. Seguro que no tienen la carta escondida detrás de un código de cuadraditos. La digitalización mal entendida encumbra al jeta y al vago y nos hace la vida más complicada, aunque quizá más tecnológica y, aparentemente, original. Lo siguiente es quitar el rollo de papel del retrete y cambiarlo por un código QR y un cartel que diga: límpiese con esto. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento