Los empleados a jornada completa trabajan habitualmente más de 40 horas a la semana

Un albañil pasea por una obra en una calle de Madrid.
Un albañil pasea por una obra en una calle de Madrid.
JESÚS HELLÍN / EP
Un albañil pasea por una obra en una calle de Madrid.

En España trabajar a jornada completa es sinónimo de echar más de 40 horas semanales, la media máxima permitida por la legislación laboral española que PSOE y Sumar quieren rebajar a 37,5 horas si logran formar Gobierno. En concreto, los empleados con este tipo de jornada en España trabajaron habitualmente 40,4 horas semanales en 2022, según se refleja en la encuesta de fuerza laboral que elabora la oficina estadística europea Eurostat. 

En el Viejo Continente, la semana laboral de los trabajadores a tiempo completo oscila entre las 42,7 horas de Grecia y las 38,7 en Finlandia, los dos extremos en cuanto a horas trabajadas. Dentro de Europa, llama la atención el caso de países como Francia o Bélgica, donde el máximo legal de horas semanales está claramente por encima de la jornada que, en la práctica, declaran hacer los trabajadores. En Francia, el límite legal son 35 horas, pero la jornada habitual ronda las 40, mientras que en Bélgica la semana laboral tiene 38 horas, pero se hacen 40,4, las mismas que en España.

Aunque los límites legales de jornada apenas han variado en Europa en los últimos años, la duración de la semana laboral sí que se ha ido reduciendo. Desde el año 2013, cuando en España se trabajaban 41,7 horas, el tiempo medio de trabajo se ha reducido en 1,3 horas semanales. Una tendencia que se ha replicado en la mayoría de países de la eurozona. 

Detrás de esas 40,4 horas que se trabajan habitualmente de media en España cada semana en las jornadas completas se esconden realidades muy diferentes. Una de las más llamativas es la brecha que separa a los empleados entre asalariados y autónomos. Mientras que los trabajadores por cuenta ajena trabajan habitualmente 39,3 horas a la semanal, los empleados por cuenta propia extienden su semana a 46 horas laborales. Una diferencia de 7,2 horas que en la práctica supone casi un día más de trabajo.

Entre las categorías profesionales con jornadas más largas destacan los trabajadores cualificados del sector agrario, con una semana laboral habitual de 46,8 horas, seguidos por los directores y gerentes, con 43,5 horas en promedio, y los operadores de instalaciones y maquinaria y montadores, que suman 41,6. En el otro lado del espectro, las jornadas semanales más cortas son las de los militares (38,1 horas) y las de los empleados de oficina (38,7).

A nivel sectorial, las diferencias son todavía más llamativas. La realidad de las jornadas laborales se mueve desde las 54,5 horas semanales de los autónomos del sector de la hostelería (lo que serían unas 9 horas diarias seis días a la semana), hasta las 35,2 que trabajan los asalariados del sector educativo (unas 7 horas diarias en cinco días). Entre ambas, hay muchas realidades intermedias.

Si nos fijamos en todos los trabajadores a tiempo completo —sean autónomos o por cuenta ajena— el sector agrario encabeza la lista de jornadas más exigentes. En el agro se trabaja habitualmente 44 horas a la semana, un hecho que se suma a que esta es la actividad peor remunerada del sistema productivo en España.

Después del sector agrario aparece la hostelería, un sector en el que la semana laboral alcanza habitualmente las 43,2 horas y en el que el salario medio bruto apenas llega a los 1.500 euros mensuales. También están por encima de las 40 horas el sector del transporte y almacenamiento (42); el inmobiliario (41,9); las actividades profesionales, científicas y técnicas (41,4); el comercio y las reparaciones de vehículos (41,4); las industrias extractivas (40,6); las manufacturas (40,6); la información y las comunicaciones, las finanzas y los seguros (40,2) y el suministro de energía eléctrica (40).

Entre las actividades por debajo de las 40 horas, las jornadas más cortas aparecen en sectores vinculados al sector público. El personal educativo, con 37,1 horas habituales de trabajo a la semana, es el que registra una semana laboral más corta. En una línea similar se mueven los trabajadores de la administración pública y defensa (37,6 horas) y el personal sanitario y los servicios sociales (38,1). Es importante recordar que la jornada máxima en el sector público se sitúa en 37,5 horas semanales, lo que explica en parte por qué tanto el personal educativo como el sanitario tienda a hacer menos horas.

Una de las jornadas a tiempo parcial más cortas de la UE

Aunque el foco del debate se ha puesto en la limitación de la jornada máxima, más de un millón de trabajadores tienen el problema opuesto: les gustaría trabajar más horas, pero no pueden. El año pasado había en España 2,6 millones de trabajadores a tiempo parcial, según los registros de Eurostat. De ellos, la mitad tenía un contrato a tiempo parcial de manera involuntaria, la tercera mayor tasa de toda la UE.

En este aspecto, llama la atención que España sea uno de los países europeos en los que más cortas son las jornadas parciales. Los empleados en esta situación trabajan habitualmente 20,1 horas semanales, casi dos horas menos que la media de la UE (21,9). En el Viejo Continente, solo Portugal, Dinamarca, Chipre e Irlanda tienen jornadas parciales semanales de menor duración.

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