Milei y Massa airearán el "discurso del miedo" en una segunda vuelta para la que necesitan atraer votantes de centroderecha de Bullrich

Sergio Massa y Javier Milei.
Sergio Massa y Javier Milei.
Henar de Pedro
Sergio Massa y Javier Milei.

Argentina debe decidir en el plazo de un mes entre el continuismo oficialista de Sergio Massa, herencia del kirchnerismo que ha hundido al país en una profunda crisis económica, o apostar por el arriesgado salto hacia lo desconocido que simboliza Javier Milei. Susto o muerte, como dirían algunos.

"En Argentina se está dando un proceso de elección negativo, como ocurre en muchos países de América Latina, en el que los dos candidatos generan múltiples rechazos en la sociedad: hay una corriente antikirchnerita y otra corriente antimilei. Desde el punto de vista de las expectativas de un país, esto es bastante perverso porque no se vota pensando en las políticas que puede hacer un Gobierno, sino para evitar que el otro las haga. Esto genera mucha incertidumbre", afirma Francisco Sánchez, doctor en Ciencias Políticas y director del Instituto Iberoamericano de la Universidad de Salamanca.

"Entre el horror y el espanto, para algunos primó el espanto", subraya Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano, para explicar la victoria contra pronóstico de Massa en la primera vuelta de las elecciones. "Con una inflación del 140%, escándalos de corrupción y unos niveles de pobreza del 40%, un candidato que es ministro de Economía no se come un rosco en condiciones normales. Que haya ganado unas elecciones es algo que nadie se explica fuera de Argentina", añade Malamud, especialista en Relaciones Internacionales de América Latina.

Con una inflación del 140% y los niveles de pobreza en el 40%, un candidato que es ministro de Economía no se come un rosco en condiciones normales"

"Massa hizo una hazaña el domingo porque era muy difícil convencer a una población tan afectada por la crisis. Lo consiguió infundiendo miedo, diciendo que Milei iba a terminar con los subsidios, con el empleo público, con el aborto... y, por otra parte, anunció un gran programa de subvenciones, aunque este sea difícil de pagar para el próximo presidente", explica el periodista argentino Alejo Schapire, autor del libro La traición progresista. "Además, tuvo el apoyo de los sindicatos, que cerraron filas con el peronismo", añade.

Francisco Sánchez también sostiene que Massa "ha sacado rédito del voto oculto" y que "ha habido un porcentaje muy alto de indecisos, como ocurre en toda América Latina, que ha optado en último momento por un voto racional pensando en quién tiene más posibilidades de derrotar a Milei en la segunda vuelta".

Asimismo, los analistas coinciden en que las "redes clientelares" del peronismo son un factor determinante en la política argentina y podrían serlo de cara a la segunda vuelta. "La fortaleza del peronismo son sus redes clientelares. Tiene un voto cautivo muy importante, movido por el control del sistema de bonos y por toda la maquinaria clientelar que financia la fidelidad del voto", dice Sánchez.

"Los dos intentarán explotar el discurso del miedo"

"Si algo hemos aprendido los argentinos es a no hacer pronósticos", asegura Schapire, quien recuerda que las encuestas fallaron a la hora de prever la victoria de Milei en las primarias, y volvieron a errar este domingo con el triunfo de Massa. "Es complicadísimo hacer un pronóstico para la segunda vuelta porque más que izquierda o derecha, en Argentina hay una polarización afectiva", coincide Sánchez.

Malamud asegura que los dos aspirantes intentarán "explotar el discurso del miedo" hacia el rival. "El punto fuerte de Milei es su discurso casi mágico que conecta al votante de una manera más afectiva que racional. Centrará sus ataques en la economía, vendiendo que si ganan los otros, el bolsillo de los argentinos será un saco roto. Pero Massa también apelará al voto del miedo e insistirá en que con Milei se acaban la enseñanza y la sanidad gratuitas, que se acaba el país".

Sánchez, no obstante, espera que ambos candidatos moderen sus tonos, especialmente Milei, con el objetivo de atraer al votante más moderado: "En segunda vuelta siempre se modera el discurso porque tú no ganas votos en el extremo, sino en el centro. Es algo que ya vimos con Bolsonaro, por ejemplo". 

"Milei es inteligente y va a moderar su discurso. Si se presenta como un hombre de Estado y guarda la motosierra, el votante radical no va a dejar de votarle y puede ganarse al votante de centroderecha. Una cosa es el show de campaña y otra del debate político. Milei sabe mover muy bien sus registros", añade.

Ese votante de centroderecha va a ser, sin duda, clave en la segunda vuelta de las presidenciales, ya que la coalición Juntos por el cambio, de Patricia Bullrich, aglutinó el 23% del voto este domingo y su destino el próximo 19 de noviembre será determinante.

"La gran reserva de voto ahora está en la centroderecha, pero esta centroderecha argentina está formada por tres campos: socialdemocracia, derecha clásica y liberales. Los dos últimos van a dar mayoritariamente su apoyo a Milei, pero hay que ver qué pasa con esos votantes más cercanos a la izquierda", afirma Schapire.

Al respecto, los analistas consideran que Massa puede arañar parte de ese votante más progresista de la centroderecha argentina: "Massa es el más atípico de los peronistas porque no viene del peronismo militante, no es un apparatchik. Podríamos decir que es un candidato de centro porque fue la elección más moderada del peronismo", dice Sánchez.

Buena parte de su estrategia, dice, se basará en desacreditar la histriónica figura de Milei: "Va a seguir explotando la idea de que Milei está loco, que es un demente, y de que el país es ingobernable sin los peronistas, que es lo que han hecho siempre. 'Los peronistas como problema y los peronistas como solución', es una frase que se dice mucho en Argentina".

"Milei es como un 'electroshock' para Argentina"

Gane quien gane el próximo 19 de noviembre, el profesor Sánchez es pesimista respecto al futuro de Argentina: "Las posibilidades económicas del país a medio largo-plazo son complicadas, con una moneda en la que nadie confía, hiperinflación, un gasto público disparado... Argentina está en paro cardiaco y Milei se presenta como una especie de electroshock. Es como meter un gran chute de adrenalina al enfermo y pueden pasar dos cosas: o revive o se muere".

"La adrenalina que va a meter Milei es la dolarización de la economía, que por un lado va a devolver la confianza en la moneda, va a potenciar sectores económicos más fuertes y va a reducir la presión por la deuda, pero, por otro lado, se va a cargar toda la economía que vive de la protección estatal", añade.

Sánchez sí contempla una gran diferencia respecto a la política exterior de Argentina, según quién sea el vencedor en la segunda vuelta: "Con Massa seguirá mandando la línea de acercamiento a China y Pekín como financista y como socio comercial. Milei tiene una posición más radical en la que reniega de Mercosur y de China, posiblemente reforzaría las relaciones con EEUU".

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