Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Cuándo hay que sospechar de las palabras espacio y territorio

Foto del "espacio trigo" en el "territorio espiga"
Imagen del "espacio trigo" en el "territorio espiga".
Pexels
Foto del "espacio trigo" en el "territorio espiga"

Espacio y territorio son dos palabras normales, inocentes, limpias, en principio, de polvo y paja, con un significado claro y con un uso muy habitual. Su origen etimológico no deja lugar a la duda: spatium en latín significa distancia o intervalo y terra torium es “la tierra que pertenece a alguien”. Sin embargo, estas dos palabras hace tiempo que se han convertido en el refugio de algún que otro sinvergüenza y en una buena excusa para políticos vagos y para expertos en marketing de medio pelo. En estos últimos nos vamos a centrar. Cuando escuchen "espacio algo" o "territorio no sé qué", sospechen.

La localidad de nacimiento de Goya y su provincia, por ejemplo, llevan tiempo naufragando ante la posibilidad de ofrecer un museo que haga justicia a la relevancia del artista. La ciudad de Zaragoza ha visto irse por el desagüe un proyecto para dar al pintor de Fuendetodos el reconocimiento que se le debe. Ese proyecto se llamó “Espacio Goya”. Tras el fracaso y la incapacidad de varios gobiernos de sacar adelante esta idea, los políticos empezaron a vender el concepto de “Territorio Goya” como solución. No ha habido novedades reseñables. Ninguna de las dos propuestas existe, pero el humo que se vendió con cada una de ellas fue enorme.

Estas dos palabras hace tiempo que se han convertido en el refugio de algún que otro sinvergüenza y en una buena excusa para políticos vagos y para expertos en marketing de medio pelo.

Existe por supuesto un territorio Cervantes y más de un espacio Cervantes. Solo hay que buscar en la red y las combinaciones son infinitas. Si escarbamos un poco, podemos ver lo que suele haber detrás: gobiernos autonómicos, diputaciones, ayuntamientos y vendedores de motos institucionales que ofrecen una explosión de confeti colorida tras la que no queda nada. ¿Y qué me dicen de la mezcla con la palabra “creativo”? Hay más espacios creativos y territorios creativos que bancos en este país.

Otras conjugaciones de palabras ante las que cualquier persona inteligente debería andar con precaución son, por supuesto, los términos “integral”, “sostenible” y “observatorio”. Aunque existen muchas otras, estas tres son especialmente sangrantes. Espacio integral, espacio sostenible, observatorio del territorio, territorio sostenible, observatorio integral y demás soflamas se extienden por nuestra geografía sin vergüenza ni decoro. La combinación “observatorio espacial” es la única que se salva, ya que, por lo menos, se le presupone algo de rigor científico.

Existen, además, los conceptos “territorio de marca” y “marca territorio” ¿Cómo se quedan? El territorio de marca es un espacio conceptual en el que el anunciante quiere que el público asocie una marca. La marca territorio sería una marca comercial que está muy ligada a la zona geográfica. Suele pasar con la cerveza. Así que ya lo saben, cuando noten un cierto abuso de las palabras espacio y territorio, levanten la oreja como un Lebrel.  

Mostrar comentarios

Códigos Descuento