España registró el último brote de poliomielitis en 1988, y la OMS declaró a Europa libre de la enfermedad en el año 2002 gracias a las vacunas. Sin embargo, esta enfermedad, que en nuestro país se presentó en forma de epidemia entre 1950 y 1963, no sólo terminó con muchas vidas, sino que dejó secuelas en varios miles de niños en forma, sobre todo, de problemas de movilidad.
El caso de José Manuel Biedma fue más tardío, pues contrajo la enfermedad en 1974, cuando apenas contaba con dos años y medio. Desde entonces, no puede desplazarse sin la ayuda de muletas, lleva un bitutor en la pierna derecha y, "al igual que Frida Kahlo", tiene esta pierna más delgada que la izquierda.
A pesar de la adversidad y de algunas limitaciones, la discapacidad no sólo ha impedido que Manuel tenga una vida plena y feliz, sino que le ha ayudado a sacar a flote uno de sus talentos innatos: la pintura y el dibujo, pues mientras el resto de los niños montaban en bicicleta, él cogía sus pinturas y se ponía a dibujar.
Manuel no se dedica profesionalmente al arte, pero tras años de pintar para relajarse y como afición, ha decidido empezar a exponer. Sus cuadros, al menos uno de ellos, han llegado nada menos que hasta París.
Una niñez marcada por la polio… pero no mucho
Manuel Biedma, un zaragozano de padres malagueños, no recuerda su vida antes de contraer la polio, pero desde niño ha tenido que convivir con las secuelas que le dejó y con la discapacidad, algo que le ha llevado a normalizarlo bastante, "cuando eres pequeño, no le das importancia, te adaptas a esa situación e intentas hacer todo lo que hacen los demás niños", cuenta.
Sólo era consciente de que era especial en momentos puntuales, "cuando a tus amigos les compran una bici o un coche a pedales, entonces te das cuenta de que no puedes hacer todas las cosas o al menos de la misma forma que los demás".
Después de jugar un rato, me aburría, cogía un lápiz y pinturas de colores y buscaba por casa alguna postal, algún dibujo y me ponía a dibujarlo sin más
A pesar esas pequeñas diferencias y dificultades, Manolo, como le gusta que le llamen, fue un niño feliz que siempre intentó dar la vuelta a la vida y "hacer lo que para mí era difícil, fácil".
Además, cuando su discapacidad le impedía hacer cosas como montar en bici o practicar deporte, él se quedaba en casa viendo la tele o dando rienda suelta a su creatividad, "mis recuerdos se remontan a las tardes en casa, cuando no había más que dos canales en la televisión, no existían las consolas y jugabas con los clips. Después de jugar un rato, me aburría, cogía un lápiz y pinturas de colores y buscaba por casa alguna postal, algún dibujo y me ponía a dibujarlo sin más. Así se me pasaban las horas, me llenaba más pintar o dibujar que jugar con los juguetes", recuerda.
Lo que empezaron como simples dibujos, se fueron convirtiendo en cuadros, "al cabo de los años me decidí a coger un lienzo y unos óleos y pintar mi primer cuadro allá por el año 1994, siempre de forma autodidacta. Desde entonces, he pintado con distintas técnicas como óleo, acrílico, pastel, grafito… siempre como forma de entretenimiento y distracción. En el año 2019 me decidí a probar con el grafito y realizar retratos, que han tenido y tienen bastante éxito".
Puestos a soñar, me gustaría exponer en New York, pero si fuera una obligación, tener que pintar encargos con plazos de entrega y todo eso… me sentiría estresado
Manuel prefiere que a pintura siga siendo una afición, de hecho, siempre ha trabajado y, desde hace 21 años, lo hace como funcionario, pero, en los últimos años se ha decidido a combatir su arte con los demás, "he expuesto en diversas salas, como exposición "Arteria 2023", que se realizó en Monzón; "5 miradas", en Zaragoza, en Arte por un tubo"; en "Torres García" en Barcelona; y, por último, del 20 al 22 de octubre del 2023, he presentado un cuadro en Paris en el salón International D´Art Contemporain situado en "Le Carrousel du Louvre", y simultáneamente, expongo otra de mis obras en el International contemporary art fai de Marsella", nos cuenta emocionado.
Aun así, de momento, prefiere que la pintura sea sólo una pasión y no un trabajo, "puestos a soñar que es gratis, me gustaría exponer en museos importantes y galerías de New York, pero si fuera una obligación, tener que pintar encargos con plazos de entrega y todo eso… me sentiría un poco estresado", confiesa.
Paciente y dedicado ‘gracias’ a su discapacidad
Manuel cree que su talento artístico hubiera surgido de todas formas, pero reconoce que la discapacidad le dio un empujón al respecto, "la discapacidad me ha aportado paciencia, dedicación, superación, imaginación, capacidad resolutiva, comunicación y talentos más bien artísticos. Puedo dar gracias a la discapacidad de ser la persona que soy, me ha hecho ver la vida de otra manera, con superación y con ganas de conseguir mis metas, seguramente mi personalidad sería muy distinta de no haber sido afectado por la poliomielitis", asegura.
Puedo dar gracias a la discapacidad de ser la persona que soy, me ha hecho ver la vida de otra manera, con superación y con ganas de conseguir mis metas
Por otro lado, a diferencia de lo que le ocurría a Frida Kahlo, su pintura no refleja su discapacidad, sino que le ha ayudado a sobrellevar mejor sus limitaciones, "me ha ayudado a seguir adelante, a que mi lema en la vida sea 'cae siete veces. Levántate ocho'". Por eso, es sus cuadros no hay un atisbo de su discapacidad, sino que prefiere que refleje sus pasiones, "reflejo lo que me llama la atención, coloridos, intensidades y gustos personales, cosas que, al verlas me diga a mí mismo: 'esto, plasmado en un lienzo, tiene que quedar espectacular'. Me he dado cuenta de que la mayoría de mis cuadros llevan algo de agua, un río, un mar, un lago… pero no porque lo haya buscado así, sino porque ha dado la casualidad de que esa foto o imagen que me llamo la atención en su momento llevaba ese complemento".
Además, le encanta reflejar cosas que a él le gustan, como temas un poco frikis, "Star Wars, Avengers, Dragon ball, superhéroes, etc. no descarto que haga una colección con esta temática con distintas técnicas pictóricas".
Lo más importante, que la pintura le haga sentir lo que le ha hecho sentir siempre, sea lo que sea lo que salga de sus dedos, "es una forma de plasmar una parte de tu vida, de dejar tu mente sin pensamientos, de dejar las preocupaciones a un lado. El tiempo se detiene, las horas se hacen minutos y al final, cuando terminas tu obra es un momento de satisfacción y de orgullo que te llena de alegría. Para mí es la mejor forma de evadirte de este mundo loco por un tiempo".
Si queréis conocer más en profundidad la obra de José Manuel Biedma o saber dónde expone, podáis consultar su cuenta de Instagram.
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