Una vía contra la adicción a las pantallas: "Mi hijo jugaba 18 horas al día. Ahora tiene vida"

fotografo: Jose Gonzalez Pérez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista a la madre de un menor adicto a las tecnologías
Madre de un menor adicto a las tecnologías.
José Gonzalez
fotografo: Jose Gonzalez Pérez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista a la madre de un menor adicto a las tecnologías

El número de jóvenes y familias que han tenido que recurrir al Servicio de Atención en Adicciones Tecnológicas (SAAT) se ha duplicado en el último año en la Comunidad de Madrid. Unas 7.300 personas han recurrido a este dispositivo gratuito, entre ellas, 753 menores entre 12 y 17 años. Una problemática donde se observan cada vez más casos de dependencia a las redes sociales y videojuegos a edades más tempranas.

Uno de estos casos fue el del hijo de 17 años de Marta (nombre ficticio para preservar su privacidad). "Se pasaba entre 16 y 18 horas jugando a Minecraft, no salía de su cuarto para nada", explica la madre de uno de los adolescentes que consiguió superar su dependencia gracias a la intervención del SAAT. "Si entrabas en medio de una partida te hablaba mal e incluso llegó a empujarme contra el armario". Su adicción comenzó a los 14 años, poco a poco se fue aislando en su habitación y su rendimiento académico empeoró hasta el punto que tuvo que repetir tercero de la ESO y fue expulsado del instituto. El sedentarismo asociado a los videojuegos hizo que engordara 25 kilos y dejó de tener contacto con el mundo real.

Casos como este son los que atiende el equipo especializado de psicólogos, educadores y trabajadores sociales del SAAT. Desde que se inició este servicio de la Comunidad de Madrid en 2018, más de 18.000 usuarios han recibido asistencia de algún tipo por medio de los talleres, orientación o sesiones de intervención que ofrecen, con una metodología que tiene una tasa de éxito superior al 80% de los casos.

Una adicción difícil de detectar

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Coordinaroda del Servicio de Atención en Adicciones Tecnológicas (SAAT), Sri Devi Uranga Irusta.
José Gonzalez

"Estamos observando que vienen niños cada vez más jóvenes al centro", expone la coordinadora del servicio, Sri Devi Uranga Irusta, quien añade que se plantean ampliar la asistencia a menores de 12 años. Las tecnologías ofrecen "una realidad sin control" donde las nuevas generaciones pueden sociabilizar, evadirse y entretenerse a bajo coste. "Es una de las adicciones más complicadas de detectar", explica la coordinadora, debido a que no se percibe como algo dañino para la salud, como sí ocurre con las drogas.

La vía que ofrece el SAAT implica la planificación de una intervención adaptada a cada caso, que puede durar entre tres y nueve meses. De forma semanal se hacen sesiones grupales con los menores donde se plantean diferentes dinámicas, "el objetivo es hacer que ellos mismos sean conscientes de lo que han perdido". Además, se programan citas individuales con un psicólogo donde abordar cada caso de forma personalizada.

Marta probó en varios centros y clínicas privadas, pero nada funcionaba, se encontraba en un estado de desesperación por el clima de convivencia que había en su casa. Sin embargo, descubrió por casualidad el Servicio de Atención en Adicciones Tecnológicas de Madrid y decidió probar una última vez. "No tenía esperanza en el SAAT, pero me sorprendió el trato y la implicación de los profesionales", comenta. Su hijo recibió atención durante 9 meses, inició el proceso en junio de 2022 y lo terminó en septiembre de 2023. Gracias a todo esto, "ha recuperado su vida normal", ahora tiene su grupo de amigos, continúa con sus estudios, cursa segundo de bachillerato, e incluso juega al fútbol con su equipo los domingos. "El cambio fue progresivo, ahora es capaz de jugar a la Play de forma moderada, pero ha hecho falta mucho trabajo", detalla esta madre.

Las dinámicas en el hogar deben modificarse

En este tipo de adicciones se suele observar una correlación con  problemas de autoestima, cuadros ansiosos, depresión, dismorfias corporales o trastornos de conducta alimentaria. Sin embargo, como apostilla la experta en psicología, "no sabemos que viene antes". Lo que sí se puede afirmar es que hay una influencia entre estas adicciones y los contextos de estrés, violencia o situaciones traumáticas que viven personas con pocos recursos para afrontar estas problemáticas, aclaran desde el centro. "El caso de mi hijo está relacionado con el bullying que sufría en el colegio", añade Marta, quien explica que todo comenzó a los 12 años, cuando notó que le dejaban de invitar a los cumpleaños y él dejaba de salir. Ante esta situación, ella decidió comprarle la PlayStation, "con eso le veía feliz, cuando me di cuenta de que tenía una adicción ya era tarde".

Desde el SAAT, además de trabajar con los menores, también se interviene con las familias. "Las cosas en casa deben cambiar" para lograr resultados, expone Sri Devi Uranga Irusta, que recalca que la situación en el hogar influye mucho en estos casos, ya que el perfil de los padres es determinante en los casos de adicción: "Los padres que han dado demasiada libertad o cuando se vive momentos de crisis de pareja, los niños se pueden hacer con el control e imponerse". A los padres y madres se les dan herramientas sobre cómo deben afrontar ciertas situaciones, en los talleres que programan desde el centro. "Yo aprendí cómo y cuándo tenía que hablar a mi hijo, pero también me ayudaron a mí, me sentía inválida como madre, perdida y me echaba la culpa de todo", expresa Marta.

"Este proceso es muy duro e implica mucho tiempo, no se nota de un día para otro, pero gracias a la magia que hacen estos profesionales he podido recuperar a mi hijo", recalca Marta, que busca ayudar con su testimonio a otras familias que pasen por la misma situación que ella ha vivido: "No pierdan la esperanza y encuentren un centro especializado en estos temas".

El Servicio de Atención en Adicciones Tecnológicas ofrece atención de lunes a viernes en horario de 10.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 20.00 horas. Para pedir información y solicitar cita se puede escribir al correo adiccionestecnologicas@madrid.org o en el teléfono gratuito 91 298 22 94, donde proporcionan una atención inmediata.

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