El horror existe y a veces puede tomar forma humana. Cómo si no describir lo que hizo Luis Alfredo Garavito Cubillos a lo largo de su existencia. En sus 66 años de vida abusó y asesinó a cerca de 200 niñas, niños y adolescentes. Con ese espeluznante historial se había ganado el sobrenombre de "la Bestia". Este jueves pasó mejor vida, lo que en su caso resulta literal.

Garavito falleció este jueves en la prisión donde cumplía sentencia en la ciudad de Valledupar, en el norte de Colombia. Está considerado el mayor asesino en serie de niños en ese país y llevaba 24 años encarcelado después de haber confesado que violó y asesinó a decenas de niños en la década de los 90. Le quedaban 16 años para salir.

Primer caso de abuso sexual con 15 años

"La Bestia" nació el 25 de enero de 1957 en la localidad colombiana de Génova (Quindío). Cuentan los medios locales que durante su infancia fue víctima al parecer de abusos por parte de sus padres. De modo que ya a los 15 años cometió su primer abuso sexual contra un niño. Fue detenido, pero salió en libertad porque era menor de edad.

Garavito, al que también decían el "monstruo de Génova", fue arrestado el 22 de abril de 1999, cuando intentaba abusar de un niño en Villavicencio. Entre rejas, empezó a confesar sus crímenes, cosa que hizo sin asomo de arrepentimiento. Entonces confesó haber cometido más de 140 asesinatos y que todos le habían producido placer. Las autoridades lo relacionaron con al menos 172 infanticidios.

Comenzó a matar con 35 años

Fue sentenciado a 1.853 años de prisión (40 años de cumplimiento según la ley colombiana). Ingresó a prisión en diciembre de 2002, acusado de los delitos de acto sexual violento, homicidio, acceso carnal violento, secuestro simple e incendio culposo. Según las autoridades, sus crímenes comenzaron en 1992, cuando tenía 35 años. Fue a partir de ese año que el hombre empezó a asesinar y violar en serie a niños de menos de 13 años.

Buscaba a sus víctimas en plazas de mercado, estaciones o entre aquellos que veía vendiendo en la calle. Allá donde fuera intentaba engañar a los niños haciéndose pasar por discapacitado, granjero o vendedor ambulante; incluso se llegó a vestir con sotana para hacerse pasar por cura. Otras veces, simplemente les ofrecía regalos o dulces.

Asesinatos en Colombia, Ecuador y Venezuela

Su macabro recorrido por Colombia abarcó al menos 11 departamentos del país y al parecer también actuó en Ecuador y Venezuela. Más de una decena de aquellos asesinatos ocurrieron en la localidad de Pereira. Allí se encontraron fosas en las que habrían al menos 12 cadáveres de niños que fueron víctimas de "la Bestia". Pero las víctimas en esa parte del país podrían ser hasta 36, según declaraciones de los investigadores a El Diario de Pereira.

Nos contaba que, cuando bebía sentía una gran urgencia de llevarse a un niño, escuchaba voces y se volvía muy diabólico"

"Era un tipo muy hábil, es un culebrero... siempre estaba en plazas de mercado, en hoteles de mala muerte, en estacionamientos de buses, siempre a la caza de niños especialmente cuando tomaba (bebía). Nos contaba que, cuando tomaba sentía una gran urgencia de llevarse a un niño, escuchaba voces y se volvía muy diabólico", ha relatado el periodista Rafael Poveda, a quien Garavito concedió una entrevista.

Pacto con el diablo

Engañar a los niños al menor descuido de sus padres era fácil. "Un día estuvo en un pueblo en una manifestación política. Una mujer iba con una niña de la mano derecha y un niño de la izquierda. Garavito se fue detrás de ellos y empezó a hacerle caritas al niño hasta que por algún motivo la mamá lo soltó y el pequeño desapareció para siempre", explica Poveda.

En algunas de sus confesiones la "Bestia" contó que había hecho un pacto con el diablo. Habló de la práctica de ritos satánicos y aseguró que escuchaba voces antes y durante las violaciones.

¿Hizo la policía su trabajo?

La pregunta parece retórica. Si Garavito logró matar a casi 200 niños es que la policía no estuvo a la altura. Poveda menciona "el poco interés que algunas autoridades le pusieron al caso".

Algunas autoridades le pusieron muy poco interés al caso"

Y da un ejemplo del deficiente trabajo policial: "En 1996 Garavito mata con sevicia a un niño llamado Ronald en Tunja y la tía del niño lo había visto a él y a otros niños hablando con Garavito. Entonces lo buscó y le preguntó dónde está el niño. Va a la policía y éstos van al hotel donde se estaba quedando y se lo llevaron a la estación. Garavito muy hábilmente los enredó y dijo que no tenía nada que ver. Él mismo nos cuenta que si hubieran subido a su habitación habrían encontrado un puñal lleno de sangre con el que mató al niño y nos hubiéramos evitado por lo menos cien niños muertos en este país".