'Gen V' y el superpoder de controlar la sangre, ¿podríamos sobrevivir usándolo como su protagonista?

'Gen V' y el superpoder de controlar la sangre, ¿podríamos sobrevivir usándolo como su protagonista?
'Gen V' y el superpoder de controlar la sangre, ¿podríamos sobrevivir usándolo como su protagonista?
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Si has visto la serie The Boys y te quedaste con ganas de más, estás de suerte. Vuelve la trama más corrupta e inapropiada de superhéroes que jamás se hizo con su secuela, Gen V, aunque bien podríamos decir al verla que nos encontramos ante la cuarta temporada de la serie original, por la cantidad de referencias cruzadas que aparecen en ella. Pero, desde ya te decimos: merece la pena.

Como muchas otras intrigas de superhéroes, The Boys surge del papel, y es que esta historia primero fue cómic, concretamente uno estadounidense (primera publicación en 2006), escrito por Garth Ennis e ilustrado por Darick Robertson. Pero, ¿qué la ha hecho diferente de las míticas Marvel y DC? Batman, Guardianes de la Galaxia, Iron Man, Thor, Capitana Marvel… Todo y nada que ver.

Primero The Boys y ahora Gen V parodian en cierta forma todas aquellas sagas épicas de superhéroes, pero de una forma muy bestia que no deja indiferente a nadie. De hecho esta historia se inicia con una “versión” de cada superhéroe famoso: Homelander (Patriota) es lo más parecido a Superman, alguien teóricamente perfecto, invulnerable, invencible e hiperpoderoso; Maeve sería Wonder Woman; A-Train lo más parecido a Flash; The Deep sería Aquaman… y así suma y sigue. Sí, pero no, porque lo que hace totalmente genial a esta serie es su toque (más bien sus raciones industriales) de sórdida realidad. ¿En qué momento te dicen que los superhéroes se tienen que comportar bien, que ser honrados, altruistas y desinteresados…? Y diréis, ¡es que entonces son villanos! ¡NOOOOO! Eso es lo típico, los malos y los buenos, siempre dos bandos bien separados. Pero eso es un cuento. Y esta es la prueba.

Si se pudiera, ser superhéroe sería un trabajo de élite, como ser kpop-star o jugador de fútbol de primera división: la fama, el dinero…; moverías masas de gente y serías mundialmente conocido, con todo lo que ello implica, también sus puntos oscuros. Vicios, corrupción, chantajes, drogas, depresión, adicciones varias, abusos de poder, etc. a la orden del día, como la vida misma. Y se haría negocio con todo. Vamos, como Hollywood, pero con poderes sobrenaturales.

El origen (¡Alerta Spoiler! si no has visto 'The Boys')

Es que hasta el origen es chungo. Esta vez no hay araña radioactiva, ni explosiones nucleares, ni aportaciones extraterrestres, pero sí ingeniería genética, ¿cómo no?. El ambicioso gobierno estadounidense y sus científicos experimentan con un agente mutagénico (V) en bebés. ¿Por qué? acaso no es obvio, para crear mortíferas armas humanas.

¿Y esto de los poderes puede salir mal? Sí, claro, por supuesto. Si algo puede salir mal, no te queda duda de que saldrá (ya lo decía el sabio de Murphy). Aparte de lo aleatorio de todo el tema, porque lo mismo te toca ser un ser de luz que lanza rayos por los dedos, o volar grácilmente, que tener cara de sapo con una lengua extensible y pegajosa, fíjate tú qué lotería.

Pero lo que es innegable es que hay poderes que molan. Si bien en The Boys teníamos como protagonistas a las míticas versiones de los superhéroes más famosos, en Gen V están explorando nuevas y más originales ideas. Sin ir más lejos, la protagonista, Marie Moreau, es una hemomante, es decir, tiene control sobre la sangre, y es totalmente alucinante. La joven descubre sus poderes de la forma más terrible y traumática posible y en un momento vital bastante lógico, pero ciertamente incómodo: durante la pubertad, cuando su cuerpo empieza a sangrar por la primera menstruación. Marie recuerda un poco, o un mucho, a Scarlet, el personaje con los mismos poderes de Mortal Kombat. Aunque también se parece bastante a los personajes de Avatar, la leyenda de Aang, pero en vez de usar los típicos elementos (agua, aire, tierra y fuego), ella usa la sangre. Si no hay otra a su alcance, la suya propia, y luego ya veremos. Por eso siempre lleva una navaja consigo, un pequeño corte, la sangre empieza a brotar y se convierte en cualquier cosa a su antojo; armas líquidas. Pero, ¿no puede ser peligroso para ella perder tanta sangre? Definitivamente sí, o debería de serlo. Especialmente cuando la usa en exceso.

Que corra la sangre

En el primer capítulo de Gen V, vemos a Marie “entrenar” en el gimnasio de su nueva escuela de sups. Se corta las manos, como habitualmente, y empieza a lanzar latigazos con su sangre a todos los objetos que ha colocado alrededor: maniquís, ventiladores, sillas, un potro… Los derriba todos y cada uno, los lanza por los aires. Y el suelo acaba pintado de rojo. Mucha sangre extendida a sus pies y fuera de su cuerpo, pero ¿tanta como para causarle verdaderos problemas?

El ser humano, tiene en su cuerpo entre 4,5 y 6 litros de sangre en función de la edad, la complexión física y el sexo, principalmente. E ir perdiéndola no suele acarrear nada bueno.

Por ejemplo, cuando sangramos tanto que llegamos a perder en torno al 30% del total de nuestra sangre, suele sobrevenir el desmayo. Obviamente si seguimos perdiéndola el resultado puede ser fatal, nos desangramos y morimos. Esto ocurriría con pérdidas de entre 40-50% del total de la sangre. Pero claro, todo depende de lo rápido que estas pérdidas ocurran. Porque lo mismo que podemos perder sangre, también podemos recuperarla creando nueva. Si no, no podríamos donarla. Y ¿cuál es la tasa de renovación de nuestra sangre? ¿Cuánto de rápido podemos formarla?

Pues no hay una sola respuesta, porque la sangre es un compuesto que contiene varios “ingredientes”, sabemos que es líquida (55%), obvio, pero sabemos también que está compuesta por células (45%). La parte líquida es en esencia una disolución de agua, sales y proteínas, mientras que las células son las archiconocidas como glóbulos rojos, que transportan oxígeno por el cuerpo y dan a la sangre su coloración, glóbulos blancos (nuestro sistema inmune) y las plaquetas, cuyo papel principal es la cicatrización.

El caso es que cada una de estas partes tiene una tasa de renovación diferente. Y no es lo mismo el ritmo de funcionamiento de un cuerpo que tiene toda su sangre intacta, que el ritmo de aquel que ha sufrido una hemorragia. En el primer caso, es decir, sin una necesidad apremiante, los glóbulos rojos viven una media de 120 días; los blancos según, algunos son muy efímeros (1 día), mientras otros pueden durar mucho tiempo; las plaquetas tienen una vida en torno a 6 días. Pero en el caso de una pérdida importante de sangre nuestra sistema celular se pone las pilas para recuperarla lo antes posible. Para hacernos una idea, cuando se dona sangre, se entrega más o menos medio litro de ella. Y ésta tarda en recuperarse de 4 a 6 semanas, según la persona; 8 semanas para un restablecimiento completo. Vale, pero ¿de dónde sale nuestra sangre?

Sangre y huesos

Uno de los aspectos más curiosos que rodea a este elemento, además de todo el folclore, la temática terrorífica (vampiros, etc.) y demás, es su procedencia, su origen anatómico: los huesos. Que sí, de verdad, que la sangre sale de ahí, de nuestros huesos. Parece todo tremendamente primario y macabro, pero es que realmente la biología tiene estas cosas.

Todas las células sanguíneas anteriormente citadas: glóbulos blancos y rojos y plaquetas provienen de un mismo tipo de célula madre que se encuentra en el interior de los huesos, en el tejido esponjoso, lo que comúnmente se llama tuétano. Esta célula madre hematopoyética se diferencia mediante el proceso de hematopoyesis, a través de una serie de fases en las que las células van madurando y especializándose, dando lugar a las células definitivas que componen nuestra sangre. Un proceso maravilloso.

Y ahora también sabéis porque a los perros y otros animales les gusta tanto roer los huesos, ya que el tuétano es realmente nutritivo.

Así es, el cuerpo humano es muy, pero que muy sofisticado. Y aunque nos alucina ver cómo se alteran genéticamente a otras personas en el mundo de The Boys y Gen V, en realidad los procesos que se realizan en nuestro propio cuerpo parecen dignos de llamarse “superpoderes”.

Si os ha impactado este artículo y saber de dónde sale nuestra sangre, vais a flipar con la serie Gen V, porque ahí sí que veréis sangre casi más fuera que dentro de sus respectivos cuerpos, jeje.

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