El Tribunal Supremo desestima la demanda del hombre que decía ser hermano biológico de Alicia y Esther Koplowitz

El Tribunal Supremo ha desestimado definitivamente la demanda de Ramón Ignacio García, que reclamaba parte de la sustanciosa herencia de las hijas de Ernesto Koplowitz Sternberg y de Esther Romero de Juseu y Armenteros, al asegurar que es hijo biológico de ella.

El demandante, de 77 años y natural de Madrid, señaló en su momento que encontró datos de su historia familiar que no le cuadraban, como que había descubierto que, al nacer, había sido entregado a una casa de acogida.

Posteriormente, García había 'descubierto' el dato de que su madre biológica era la misma que la de sus supuestas hermanas y que él habría nacido antes que ellas.

Carlos Alvarez / Getty

Su reclamación ha quedado finalmente desestimada por la Sala de lo Civil en un auto con fecha de 27 de septiembre. Su demanda no aportaba prueba alguna de ADN que respaldara su identidad. Su reclamación ya fue desestimada en primera instancia, pero recurrió esta decisión y la Audiencia Provincial de Madrid ordenó que se admitiera a trámite.

Las hermanas Koplowitz aceptaron someterse a un test de ADN, pese a que sus abogados ya aseguraban entonces que no había "la menor brizna de indicio" de que la madre de las empresarias tuviera otro hijo antes que a Esther y Alicia. 

El Supremo da la razón a Miguel Bosé y rechaza declarar su paternidad sobre los dos hijos biológicos de su ex Nacho Palau

El resultado arrojó un dictamen claro, ya que, según aseguró el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, "se puede excluir que don Ramón Ignacio García comparta línea materna con doña Esther y doña Alicia Koplowitz Romero de Juseu".

Tras el primer fallo desfavorable de la Audiencia Provincial de Madrid, García acudió al Tribunal Supremo, que finalmente ha vuelto a condenar en costas al demandante. 

El equipo legal de Alicia y Esther Koplowitz ha asegurado a través de un comunicado que se estudiará "cualquier medida adicional para que no vuelva a suceder que se interpongan frente a ellas demandas tan dolorosas como absolutamente infundadas, ni que se prolonguen los consiguientes procesos, pese a la ausencia del más mínimo indicio probatorio", según publica Vanitatis.