Carlos Koplowitz, hijo del empresario Ernesto Koplowitz y Albertina Bangel, ha decidido llevar su caso ante la justicia europea por la herencia de su padre, como desveló él mismo en el programa Y ahora Sonsoles. El abogado de Carlos, Fernando Osuna, estima que el Tribunal Europeo de Estrasburgo podría darle la razón, dada la relación continuada que mantuvieron sus padres.

Afincado en Suiza, el hermano de las empresarias Esther y Alicia Koplowitz es el quinto hijo del empresario, fruto de su relación de tres años con Albertina Bangel en Venezuela.

Sin embargo, Ernesto Koplowitz nunca le reconoció como su descendiente y no fue hasta 30 años, concretamente en 2012, después de su fallecimiento que se pudo demostrar con una prueba de paternidad que sí lo era. 

Hasta el momento en que la justicia española lo reconoció como su hijo legítimo, su relación con sus hermanas por parte de padre, nacidas del matrimonio que Ernesto Koplowitz tuvo con Esther Romero, era muy estrecha. Sin embargo, cuando reclamó su parte de la herencia, la relación se cortó.

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El problema radica en que en España la ley no recoge el derecho a heredar si los padres fallecieron sin reconocer previamente a su hijo. Por ello, será la justicia europea quien decida si los hermanos Koplowitz tendrán que repartir su herencia.

El letrado de Carlos señala que su demanda "se basa en la vida familiar que hubo entre su padre y su madre cuando era un bebé. (...) Con posterioridad a su nacimiento, las Koplowitz durante muchos años lo han tratado como un hermano. Sin embargo, le niegan la parte que le corresponde por herencia. (...) Un juzgado de Madrid lo declaró hijo hace años. Tras esta sentencia de filiación, empezó su lucha judicial por la herencia".

Señala Osuna que "las relaciones habidas entre los progenitores no se limitaron a meros contactos sexuales esporádicos o frecuentes sino que se basaban en un mutuo afecto, muy arraigado en ambos, y en un proyecto de vida en común, solo truncado por el inesperado y trágico fallecimiento del señor Koplowitz Stenberg en accidente en la primavera de 1962".

Las relaciones habidas entre los progenitores no se limitaron a menos contactos sexuales, sino que se basaban en afecto mutuo

Para Fernando Osuna, concurren los requisitos para que el Tribunal Europeo "proceda a reconocer derechos hereditarios en condiciones de igualdad con los hijos matrimoniales a un hijo no matrimonial en una sucesión abierta con anterioridad a 1978", y esgrime varias sentencias en las que se han tomado decisiones similares en los últimos años.

Carlos Koplowitz reclama solo la parte correspondiente de su herencia, que aun así, es incalculable, según su letrado.