Mazón alerta ante una posible "agenda oculta" en la investidura para frenar la ampliación del puerto de Valencia

  • Preocupación en el Consell y la Cámara por un posible trato a favor a Barcelona; ERC y Junts lo niegan.
  • El 'president' acusa al Gobierno de Sánchez de "estrangular" el puerto y el Ejecutivo replica que es "irrenunciable".
Mazón, este martes, en la inauguración de la sede de la Asociación contra el Cáncer en Valencia.
Mazón, este martes, en la inauguración de la sede de la Asociación contra el Cáncer en Valencia.
GVA
Mazón, este martes, en la inauguración de la sede de la Asociación contra el Cáncer en Valencia.

La posible existencia de contrapartidas relacionadas con la Comunitat Valenciana en la negociación del candidato a la Presidencia del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, con formaciones independentistas catalanas como Junts y ERC ha extendido la preocupación entre sectores políticos y empresariales, desde el Consell a las organizaciones patronales. El propio president de la Generalitat, Carlos Mazón, ha afirmado este martes que si se confirmara la existencia de una posible "agenda oculta" que incluyera "estrangular" la ampliación norte del puerto de Valencia, la financiación autonómica o el agua "sería ya el acabose". Mazón ha sido muy gráfico al añadir que la frase Valencians,en peu alcem-se (letra del himno regional) "se quedará corta para lo que vamos a poner en marcha".

A su postura se han sumado voces como la de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, o la Cámara de Comercio, mientras ERC y Junts niegan "rotundamente", en declaraciones a La Vanguardia, que el puerto de Valencia esté o vaya a estar en la negociación con Sánchez y aseguran que no van a abordar cuestiones de otros territorios. Por su parte, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, ha pedido "no enredar" sobre el recinto portuario y ha dicho que para el Ejecutivo central su desarrollo es "irrenunciable".

El proyecto de ampliación del dique norte del puerto de Valencia, adjudicado a TIL por 1.021 millones de euros (más otros 542 que aporta la APV) lleva años encallado, paralizado primero por la crisis económica y después por las dudas en los gobiernos del izquierdas, sobre todo por parte de Compromís y Podem, tanto en la Generalitat como en el Ayuntamiento, sobre su posible afección a las playas y a la Albufera, por lo que pedían una nueva declaración de impacto ambiental (DIA), frente a PP y PSOE, partidarios de finalizar la obra por su impacto en la economía y el empleo.

El Ministerio de Transición Ecológica dictaminó finalmente que era la propia Autoridad Portuaria de Valencia la competente para valorar si hacía falta o no una nueva DIA y ahora es el Consejo de Ministros el que debe dar luz verde. Sin embargo, las dudas de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que ahora acoge a Compromís en Sumar, y las reticencias de los partidos independentistas catalanes, han llevado a fuerzas políticas y empresariales a sospechar de una posible promoción del puerto de Barcelona frente al de Valencia como condición para el ‘sí’ a Sánchez en la investidura.

Mazón manifestó que desconoce si esta condición forma parte de las negociaciones de Sánchez pero considera que "esto sería ya el acabose". No obstante, apuntó que de lo que sí tiene "constancia" es de "un ninguneo permanente y de un estrangulamiento permanente a la ampliación del puerto de Valencia", un trabajo que considera que es "necesario, urgente y absolutamente irrenunciable para nuestro crecimiento y para la propia Comunitat".

En ese sentido, criticó "el silencio Consejo de Ministros tras Consejo de Ministros" sobre esta infraestructura, pero advirtió de que sería "algo muy grave" si ahora "es incluso posible que, en el marco de las negociaciones, haya una condición de paralización expresa, ya no solo un olvido, ya no solo un ninguneo, sino directamente tirar por la borda, nunca mejor dicho, esta pretensión" de ampliación. "Es una pregunta que nos estamos haciendo todos porque se está generalizando que hay una agenda oculta en toda esta negociación de Pedro Sánchez con el separatismo", advirtió.

La alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, también rechazó que Valencia y su puerto se conviertan en "moneda de cambio" para que Sánchez se mantenga en La Moncloa. Así, abogó por no ceder ante "partidos minoritarios, radicales y sectarios que lo único que quieren es mermar las posibilidades" de la capital valenciana y de su recinto portuario "para que el puerto de Barcelona nos adelante", expuso. En esta misma línea, el presidente de la Cámara de Comercio, José Vicente Morata, afirmó: "La economía española necesita sí o sí las inversiones en el puerto de Valencia. No hay alternativa". Por ello, instó a que "todos los diputados, sean del partido que sean" entiendan su importancia, que está "muy encima de los sectarismos".

La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, defendió que la posición del Ejecutivo "siempre será la misma", y es que la ampliación es "irrenunciable", a la vez que debe ser "efectiva" y "cumpliendo con los objetivos medioambientales" y pidió "no enredar" con esta cuestión. Desde Compromís, Joan Baldoví señaló que la supuesta negociación obedece a "especulaciones para situar marcos que no existen" e indicó que es "poner la venda antes que tener la herida".

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