Katalin Karikó y Drew Weissman: los padres de las vacunas ARN del covid ganan el Premio Nobel de Medicina 2023

Los investigadores Katalin Karikó y Drew Weissman han sido distinguido con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología 2023.
Los investigadores Katalin Karikó y Drew Weissman han sido distinguido con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología 2023.
Los investigadores Katalin Karikó y Drew Weissman han sido distinguido con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología 2023.
Los investigadores Katalin Karikó y Drew Weissman han sido distinguido con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología 2023.
Europa Press

Dos científicos que lograron comprender cómo modificar el ARNm para convertirlo en una terapia eficaz que permite una tecnología clave para desarrollar rápidamente vacunas en plena pandemia mundial de Covid-19, Katalin Karikó y Drew Weissman, han sido galardonados este lunes con el Premio Nobel de Medicina 2023.

El jurado de la Academia sueca les otorga el galardón "por sus descubrimientos sobre modificaciones de bases de nucleósidos que permitieron el desarrollo de vacunas de ARNm eficaces contra la covid-19". Los científicos, descubridores de un tipo de vacuna que salvó vidas y frenó la pandemia que paralizó el mundo en el año 2020, tendrán que repartirse 9 millones de coronas suecas, equivalentes a 830.000 euros. 

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La bióloga húngara Katalin Karikó, 68 años, es vicepresidenta senior en BionTech y profesora adjunta de neurocirugía en la Facultad de Medicina de la Penn University. El inmunólogo Drew Weissman, 64 años, es profesor de investigación de vacunas en la misma universidad de la Ivy League de Filadelfia (EE UU), donde han colaborado durante décadas.

El galardón premia, de hecho, una asociación de científicos que se inició gracias a un encuentro casual en 1997 mientras fotocopiaban trabajos de investigación. Desde entonces Karikó y Weissman investigan juntos todas las posibilidades del ARNm (ácido ribonucleico mensajero) como tratamiento terapéutico.

Weissman y Karikó se dieron cuenta en los albores de su trabajo en equipo de que el ARNm ocasionaba un grave efecto inflamatorio en el cuerpo que limitaba su uso biomédico e impedía su empleo para vacunas. Su fragilidad de conservación también era un obstáculo. Pero a lo largo dos décadas, los experimentos permitieron a ambos científicos ordenar de manera segura la producción de proteínas. E idearon una solución que permitió al ARNm transportar nuevas órdenes de trabajo a las células sin causar brotes de inflamación.

En sus principios, sus hallazgos no fueron celebrados por la comunidad científica como ellos esperban. A algunos les parecían "poco convencionales y casi de ciencia ficción", reconocería Karikó. Hasta 2010, cuando la pareja publicó que el ARN en ratones permitía la producción temporal de glóbulos rojos. Entonces la academia empezó a fijarse en sus importantes descubrimientos.

En los albores de la pandemia de Covid-19, en 2020, su trabajo brilló universalmente porque Pfizer/BionTech y Moderna decidieron emplear la tecnología de Karikó y Weissman para desarrollar sus vacunas contra el virus. Han sido utilizadas en 164 países y, solo en Estados Unidos, las vacunas de ARNm representan más de 655 millones de dosis totales administradas desde que estuvieron disponibles en diciembre de 2020.

Desde la Universidad en la que siguen trabajando asociados destacan este jueves que "durante la mayor crisis de salud pública de nuestras vidas, los desarrolladores de vacunas confiaron en los descubrimientos del Dr. Weissman y el Dr. Karikó, que salvaron innumerables vidas y allanaron el camino para salir de la pandemia" y recuerdan que ahora, "se está probando el mismo enfoque para otras enfermedades y afecciones".

Premio Princesa de Asturias

Karikó y Weissman han recibido numerosos galardones antes que el Premio Nobel. Junto a otros cinco investigadores de vacunas contra la Covid-19 obtuvieron, por ejemplo, el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2021.

En su discurso al recibir el premio en Oviedo, Karikó dijo: "El camino de los descubrimientos científicos nunca sigue una línea recta, tiene giros y vueltas en cada coyuntura y requiere esfuerzos de colaboración internacional y la contribución de muchos científicos", ha resaltado.

Las vacunas creadas con tecnología de ARNm son consideradas  de las  más eficaces desarrolladas hasta la fecha contra el coronavirus, porque consiguen mantener su efectividad con las nuevas variantes. Su valor, que enseñan a las células a fabricar una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria dentro del organismo.

El VIH podría ser el próximo logro de esta asociación de investigadores a la que al principio no se tomó nada en serio. Tres nuevas vacunas experimentales para proteger contra la infección por VIH, todas basadas en un diseño de ARNm similar al empleado en la vacuna contra el Covid-19, se encuentran actualmente en ensayos clínicos iniciales en humanos. Pero también podría ser efectiva con la malaria, además de reducir el cáncer y tratar muchas otras enfermedades.

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