El Tribunal de Apelación de París confirmó este viernes la pena de tres años de cárcel, dos de ellos exentos de cumplimiento, dictada en primera instancia contra Alexandre Benalla, hasta 2018 responsable personal de seguridad del presidente francés, Emmanuel Macron.
El hombre, cuyo nombre constituyó el primer gran escándalo desde la llegada en 2017 de Macron al Elíseo, podrá ver cómo el año de prisión firme puede ser suavizado con detención domiciliaria y brazalete electrónico. El tribunal también confirmó la multa de 500 euros, la prohibición de llevar arma durante diez años y la inhabilitación para cargo público durante cinco.
Benalla fue declarado culpable en noviembre de 2021 por los actos violentos que cometió contra dos individuos durante la manifestación del 1 de mayo de 2018 y también por el uso fraudulento de su pasaporte diplomático y por llevar arma sin autorización.
El hombre, que en la actualidad tiene 32 años, vive en Suiza y trabaja en el sector privado, acudió al tribunal a escuchar la sentencia y no hizo declaraciones. Su nombre ensombreció la imagen de Macron, con quien comenzó a trabajar cuando era solo candidato y a cuyo lado creció hasta convertirse en un elemento indispensable de la seguridad del presidente, pese a no haber seguido la jerarquía habitual.
Benalla supuso el primer escándalo del mandato del actual presidente y el primer golpe a su popularidad, apenas un año después de haber ganado las presidenciales de 2017. Después llegaron otros frentes, como los chalecos amarillos, que no evitaron su reelección en 2022, aunque con menos margen frente a la ultraderechista Marine Le Pen.
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