La historia de Rosa Peral, la asesina del crimen de la Guardia Urbana, se conoce en todos los rincones del país. Comenzó -al menos para nosotros- el 4 de mayo de 2017, cuando un senderista encontró un coche calcinado junto al pantano de Foix, en el que se encontraban los restos del cadáver de Pedro Rodríguez.
De quién era el cuerpo, quién o quienes lo mataron, de qué manera y por qué, son las preguntas que acompañaron a la policía durante toda la investigación, que acabaría tres años después, en 2020, con la condena de Rosa Peral, expareja de Pedro, y Albert López, amante de Rosa. Sin embargo, a cuál fue el procedimiento para matarle y qué razones había detrás, no pudo darse una respuesta oficial. Aunque las teorías fueron muchas.
25 años de prisión y 885.000 euros
Rosa Peral y Albert López entraron en prisión preventiva tres años antes de que se produjese el juicio. La sentencia del Tribunal Supremo fueron 25 años de condena para Rosa y 20 para Albert.
La Audiencia de Barcelona condenó a Rosa Peral a 25 años de prisión por el asesinato de Pedro R., también agente de la Guardia Urbana, sentencia confirmada por el Tribunal Supremo (TS). Además, debían pagar 885.000 euros en indemnizaciones: 450.000 para el hijo de la víctima, 225.000 para su padre, 100.000 a cada uno de sus hermanos y 10.000 a su expareja y madre de su hijo.
2036: libertad condicional
Rosa tenía 36 años cuando piso la cárcel por primera vez, en 2017. Por tanto, cuando la condena termine, en 2042 (a la fecha oficial, 2045, hay que restarle los tres años de prisión preventiva), tendrá 61 años. Sin embargo, podría salir antes.
Así lo recoge el artículo 90 del Código Penal, en el que se determina que un juez de vigilancia penitenciaria puede acordar la suspensión de la ejecución del resto de la pena de prisión y conceder la libertad condicional, siempre y cuando:
- Se encuentre clasificada en tercer grado.
- Haya extinguido las tres cuartas partes de la pena impuesta, es decir, 18 años y 8 meses.
- Haya observado buena conducta.
Rosa Peral en la Cárcel
Hay dos cosas que no parecen cambiar en la historia de Rosa Peral desde su ingreso en prisión: la defensa de su inocencia en el asesinato de Pedro Rodríguez, y su complicado carácter, por el que ha sido trasladada hasta en cinco ocasiones.
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