La universidad afronta la irrupción de la IA: "Hice el TFG en dos días y aprobé gracias a ChatGPT"

Varios alumnos antes de comenzar uno de los exámenes de las pruebas de acceso a la universidad 2023 en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Varios alumnos en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
A. Pérez Meca / Europa Press
Varios alumnos antes de comenzar uno de los exámenes de las pruebas de acceso a la universidad 2023 en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

El mes de mayo estaba llegando a su fin y Manuel, estudiante de Magisterio, se sentó a escribir su trabajo de fin de grado (TFG) sin muchas esperanzas. Tenía dos días para elaborar su proyecto, una preparación de clases sobre matemáticas, así que asumió que entregaría el trabajo en la convocatoria extraordinaria de septiembre y no el primer día de junio. Aún así, se puso manos a la obra y tuvo la ocurrencia de acudir a ChatGPT, una inteligencia artificial generativa de la que había echado mano previamente para alguna tarea breve de la universidad. 

Introdujo en el programa las páginas que había redactado y le pidió a la IA que alargase el escrito hasta completar los 25 folios que le requería la Universidad Complutense de Madrid. Dicho y hecho. Entregó su TFG, lo defendió ante su tutor y le dieron su nota: un 5,9 sobre 10. "Yo creo que sin ChatGPT habría sido imposible completar el trabajo en plazo", señala a 20minutos, "empecé dos días antes y aprobé"

Desde que la inteligencia artificial gratuita de OpenAI salió a la luz, se han multiplicado los casos de alumnos que, como Manuel, se ayudan de ChatGPT para elaborar sus trabajos, con mayor o menor descaro. Candela, estudiante del máster habilitante del profesorado de la Universidad de Internet (UNIR) asegura a este periódico que "el 70%" de su TFM "lo hizo la IA"

Desde que conoció esta herramienta, empezó a acudir a ella para hacer "preguntas de prueba" y tratar de comprender su utilidad. En enero de este año comenzó su trabajo de fin de máster y gracias a la inteligencia artificial lo completó en abril. "Tardé la mitad de tiempo que mis compañeros", explica. Como en el caso de Manuel, los profesores y tutores "no sospecharon nada" y, tras la defensa del trabajo, Candela salió airosa con un 7 en su nota final.

Las universidades, por supuesto, están al tanto de las amenazas y las oportunidades que se derivan de la inteligencia artificial, cada vez más al alcance de alumnos y profesores. Jorge Gómez, vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad de la Complutense, asegura que en su universidad se empezó a trabajar "en torno a diciembre de 2022". "No podíamos mirar a otro lado, así que formamos un grupo de trabajo para analizar el impacto de estas herramientas". 

En julio se publicó un informe sobre el tema y se trasladó la información al profesorado, dado que, según señala el vicerrector, "una de las claves es formar a los profesores para lidiar con esta nueva realidad". Sin embargo, las universidades tienen auténticos problemas para comprobar si el alumno entrega un trabajo elaborado por la IA.

Tradicionalmente, los centros utilizan una herramienta antiplagio llamada Turnitin que detecta el porcentaje del trabajo que se ha recogido literalmente de otras fuentes. Sin embargo, las herramientas -que de hecho existen- para comprobar si un documento lo ha redactado una IA "no son fiables". Para más inri, señala Gómez, "existen inteligencias artificiales diseñadas expresamente para distorsionar un texto realizado por ChatGPT y que sea indetectable". 

"Nuestros sistemas antiplagio ya no valen para nada", asume sin tapujos Héctor Fouce, profesor de Teoría de la Información y coordinador del máster en Análisis Sociocultural del Conocimiento y de la Comunicación de la UCM. Según relata, sus profesores compañeros del máster "han cambiado su forma de evaluación porque te cascan unos trabajos que no puedes distinguir si son originales". Eso sí, en ocasiones es fácil detectar el uso de Chat GPT con los alumnos extranjeros, "que te presentan un TFM que parece que lo ha escrito Juan Ramón Jiménez". 

Fouce relata cómo la irrupción de la inteligencia ha sido muy repentina y se ha producido tras una etapa radical de cambios en la universidad por la pandemia. "Estamos un poco desbordados, esto ha sido una cosa de locos", señala el profesor, "pero más allá de las amenazas, bien utilizada esta herramienta puede ser muy útil". En su caso, Chat GPT se ha mostrado como una buena forma de encontrar bibliografía. 

"Es una amenaza para los viejos métodos pero una oportunidad para reformular la educación"

De todas formas, la recomendación que traslada la vicerrectoría de tecnología es "que las evaluaciones continuas no pidan a los alumnos textos muy simples". Una de las claves, según sitúa la profesora de Antropología Social Mónica Cornejo, es cambiar el modelo de ejercicios que se demandan. 

"Tenemos que cambiar lo que esperamos de los alumnos. Si le pido a un estudiante que me resuma un texto para comprobar que lo ha leído, soy consciente de que la inteligencia artificial puede hacer ese resumen. Si le pido que lo contextualice, el alumno le da los apuntes a la IA y también puede hacerlo". 

Cornejo ha participado en un proyecto impulsado por la UCM en el que se colabora con los estudiantes para que se ayuden de ChatGPT en las tareas del aula para realizar una encuesta al final de la experiencia. Su experiencia, afirma, es "positiva" y "ha demostrado que la IA ayuda a que los alumnos escriban mejor". Abierta a la implementación de estas nuevas herramientas, la profesora reconoce que la IA es "una amenaza para los viejos métodos" pero una "oportunidad para reformular la educación". 

A su juicio, los profesores no deben exigir "trabajos de comprensión". "No debemos pedirle al alumno que demuestre conocimiento en términos de memoria, sino preguntarle acerca del uso del conocimiento: con este conocimiento que tú o la IA tenéis, ¿Qué eres capaz de hacer?". Eso supondría, según defiende Cornejo, "exigir más nivel a los estudiantes" y requeriría "más medios en la universidad". 

Hay una última cuestión que preocupa a la maestra universitaria, el impacto de estas herramientas en el mercado laboral. "Si las empresas empiezan a utilizar la IA no podemos mandar a la gente a la vida laboral sin tener ese conocimiento, es una irresponsabilidad", concluye. "Lo queramos o no, aunque haya resistencias, el tiempo es el que va a imponer los avances tecnológicos como siempre ha ocurrido". 

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