Quién es Jaime Ardid Martínez-Bordiú, el nuevo rey del ladrillo de Madrid y bisnieto de Franco

Jaime Ardid Martines Bordiu
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Jaime Ardid Martines Bordiu

Eligió la discreción, pero ni su historia familiar ni su profesión se lo ha permitido del todo. Jaime Ardid Martínez-Bordiú es uno de los bisnietos del dictador Francisco Franco que, junto con su hermano Francisco de Borja, se ha convertido en el rey del barrio salamanca, tras la compra del edificio Velázquez 53, por más de 60 millones de euros. 

Su madre, María de la O, nieta y ahijada de Franco

Su madre, María de la O Martínez-Bordiú, es la segunda nieta de Franco y también la más discreta y anónima de todos ellos, y aunque como su marido, Rafael Ardid Villaoslada, es arquitecta, nunca ejerció como tal. 

Con él, precisamente, lleva 49 años, aunque lo de casarse no fue tarea fácil. Su boda se pospuso en dos ocasiones por la oposición del yerno de Franco, Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde, que no aceptaba a Rafael por ser nieto del general republicano Tomás Ardid Rey, aunque la guerra, hacía tiempo que había terminado, al menos a ojos de María, que siempre lo tuvo claro, y el 14 de marzo de 1974 se casó en el Palacio de El Pardo cogida del brazo de su abuelo, Franco, que ese día se convirtió también en su padrino. Esa fue la última boda a la que el dictador acudió. 

Un negocio millonario

Jaime es el pequeño de los tres hermanos, aunque fue el primero en casarse. Lo hizo en el Pazo de Meirás, con Carmen Panadero Reyes. Su currículum es uno de los que más empresas contiene, con un total de 14 entre Palma de Mallorca, Ciudad Real y Madrid. Prácticamente, todas ellas son del sector inmobiliario y hotelero.

Con una de ellas, ARD-ID Investment & Development, la empresa familiar de la que es CEO, ha asumido el suculento proyecto de Velázquez, en uno de los barrios más exclusivos de Madrid. 

Para ello, a principios de 2024 echarán a los inquilinos que aún residan en el edificio que han comprado para convertir el inmueble en pisos de lujo que podrían venderse por entre 12.000 y 15.000 euros el metro cuadrado, y entre 18.000 y 22.000 en el caso de los áticos (de unos 700 metros cuadrados), obteniendo más de 80 millones de euros de beneficios. 

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