Los vecinos de Arganzuela llevarán a Bruselas la tala de árboles por la ampliación de la L11

Obras de la ampliación de la L11 de Metro en Arganzuela.
Obras de la ampliación de la L11 de Metro en Arganzuela.
Europa Press
Obras de la ampliación de la L11 de Metro en Arganzuela.

La modificación del proyecto de ampliación de la línea 11 de Metro de Madrid sigue sin contentar a los vecinos del distrito de Arganzuela, que, tras numerosas protestas, han decidido acudir a Bruselas. Lo harán los días 20 y 21 de septiembre. No obstante, antes han querido reunirse con el vicepresidente de la Comisión de Medioambiente del Parlamento Europeo, César Luena, para informarle del caso antes de todos los encuentros que mantendrán la próxima semana.

Cerca de 30 vecinos preocupados por los 895 árboles que podrían llegar a talarse, si finalmente se aprueba el nuevo proyecto de ampliación de la L11, se han acercado a la valla, donde hay decenas de carteles pidiendo que no empiecen las obras, para reunirse con Luena. Han explicado que se trata de un paso más de la lucha en la que llevan metidos desde hace meses y que "no va a parar". "Como el plan cuenta con financiación del Banco Europeo de Inversiones, queremos que desde el Parlamento Europeo lo investiguen", indica Susana, presidenta de la Asociación de Vecinos Pasillo Verde Imperial. Acusan a los gobiernos regional y municipal de no haber contado "toda la verdad", porque defienden que "solo han presentado el proyecto de 2020, que contaba con declaración de impacto ambiental aprobada y establecía una tala de 79 árboles".

Por su parte, Luena ha apuntado que, bajo su punto de vista, la futura tala de más de 800 árboles por la ampliación de la L11 va en contra de las directrices que se está marcando la Unión Europea. "Estamos tramitando una ley de restauración de la naturaleza que tiene objetivos muy ambiciosos como la regeneración de los ecosistemas urbanos", ha indicado. "Las arboledas, parques y zonas verdes no tienen que reducirse ni se deben provocar daños graves e irreparables en ellos", ha manifestado. Cree que deberían tomarse acciones que sigan la línea contraria, es decir, "aumentar las masas arbóreas para que cada vez haya más".

Por todo ello, "la semana que viene primero recibiremos a los vecinos, les escucharemos y les facilitaremos que puedan tener cuantas más reuniones, mejor para que su voz pueda ser escuchada", ha manifestado. "Es su derecho ser escuchados, y la obligación de las instituciones", ha añadido. Cree que de esta manera se podría dar un toque de atención a lo que ha denominado como "negacionismo cotidiano", es decir, al plan de talar árboles por las obras de ampliación de la L11.

Desde las insitituciones

Frente a esta postura, desde el Ayuntamiento y la Comunidad defienden que están trabajando para que la afección sea la menor posible. "A nadie le gusta tener que talar árboles para construir una infraestructura, pero lamentablemente a veces es necesario", aseguraba la vicealcaldesa de Madrid, Inmaculada Sanz.

El Consistorio también desmiente que no se está produciendo la falta de diálogo social que reclaman los vecinos. Y es que desde que comenzaron las protestas, con el proyecto anterior, se han producido diversas reuniones con la Junta Municipal y distintos servicios del Ayuntamiento. Además, defienden que la línea 11 es una infraestructura "muy necesaria" para la capital, que llevaba siendo demandada por los madrileños desde hacía mucho tiempo.

Por otro lado, Cibeles ha criticado en varias ocasiones la preocupación y las movilizaciones que estos vecinos están llevando a cabo por el parque de Arganzuela y el silencio que han guardado para los árboles que se talarán en la estación de Atocha. Y es que denuncian que se van a tener que cortar varios ejemplares por las obras, "absolutamente justificadas", que el Gobierno central quiere llevar a cabo para mejorar la alta velocidad.

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