El BCE regresa este jueves de vacaciones y decide si continuar con las subidas de tipos ante una inflación que se resiste a frenar

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, comparece ante los medios de comunicación tras anunciar la subida de tipos de febrero.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en rueda de prensa (archivo).
EFE / FRIEDEMANN VOGEL
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, comparece ante los medios de comunicación tras anunciar la subida de tipos de febrero.

El Banco Central Europeo (BCE) vuelve de vacaciones. La institución presidida por Christine Lagarde se reúne este jueves para marcar el rumbo de la política monetaria en la eurozona, que sigue acechada por la inflación. Los gobernadores tendrán que decidir desde Fráncfort si continuar con las subidas de los tipos de interés acometidas a lo largo del último año o, por el contrario, hacer un alto en el camino.

Los focos vuelven a estar puestos sobre el BCE, que se despidió en julio con la que fue la novena alza consecutiva de tipos tras doce meses de subidas. Elevó 0,25 puntos el tipo principal de financiación, que condiciona el interés al que los bancos prestan el dinero, y la facilidad de depósito, que es el exigido por parte de la autoridad monetaria a los bancos comerciales para guarecer sus fondos, hasta el 4,25% y el 3,75% respectivamente. Nunca antes desde que el euro entró en circulación en 2002 se había alcanzado un interés tan alto en la facilidad de depósito, mientras que el tipo de las operaciones principales de refinanciación iguala el anterior máximo histórico registrado en julio de 2008.

La prioridad del BCE es contener los precios y devolver la inflación al objetivo del 2%, un horizonte que todavía parece muy lejano. Según los datos provisionales de Eurostat, la tasa de variación anual del IPC se estancó en agosto en la eurozona en un 5,3%, repitiendo así la marca del mes de julio. En cambio, en España los precios repuntaron tres décimas en agosto hasta registrar una tasa de inflación del 2,6%, tal y como confirmó el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes. Pese a que los precios se están comportando en España mejor que en el conjunto del continente, sigue preocupando el coste de la cesta de la compra. Los alimentos se han encarecido un 10,5% en los últimos doce meses y productos básicos como el aceite de oliva y el azúcar superan el 40%.

A lo largo del último año, el BCE ha tratado de contener la escalada de precios con una política monetaria restrictiva. Cuando los tipos de interés suben, los hogares y empresas endeudados se resienten y el consumo se reduce, por lo que la economía se enfría y, en última instancia, la inflación acaba bajando. El problema está en saber cuándo parar para no desacelerar en exceso la economía. Ese momento está cada vez más cerca, ya que tras la reunión de julio Lagarde dejó abierta la puerta a una pausa. 

Subir o parar

"Podríamos subir o parar. Pero lo que se decida en septiembre no será definitivo. Podría variar de una reunión a otra", apuntó la presidenta en referencia a la decisión de este jueves. "Nos movemos a una fase en la que vamos a depender de los datos. En función de ellos, decidiremos si subimos o pausamos. Lo que aseguro es que no vamos a recortar. Eso es un no definitivo", añadió. Ante la incógnita de cuál será la decisión final, las opiniones de los analistas están divididas.

A la luz de los últimos datos de inflación, algunos expertos se decantan por una nueva subida de 0,25 puntos. Sería la décima consecutiva y elevaría la facilidad de depósito y el tipo principal financiación al 4% y 4,25% respectivamente. "Ha estado cerca, pero, finalmente, esperamos que el BCE suba los tipos de interés", pronostica el economista jefe para Europa de DWS, Martin Moryson. "El BCE había evitado cualquier compromiso previo a esta reunión, haciendo hincapié en la dependencia de los datos de las próximas decisiones: cada dato cuenta. La pregunta fundamental es si la ralentización económica inducida por las subidas de tipos será suficiente para volver a controlar la inflación", expresa, al tiempo que alega que los últimos datos económicos son "decepcionantes".

En cambio, otros analistas optan por pensar que Fráncfort hará una pausa, aunque todavía serán necesarias nuevas subidas más adelantes. "Creemos que va a optar por posponer para posteriores reuniones la decisión de subida de esos 0,25 puntos adicionales, lo que le va a permitir ver con más calma el efecto que la política monetaria restrictiva está teniendo tanto sobre la actividad económica como sobre los precios", argumenta Cristina Garvín, jefa de renta fija de Ibercaja Gestión. "De esta manera, el fin del ciclo alcista de tipos se alargaría y el cambio de sesgo se pospone hasta la segunda mitad de 2024", añade.

Suban o no los tipos en esta reunión de septiembre, lo que sí parece claro es que las bajadas tardarán en llegar. La propia Lagarde aseguró a finales de agosto que los tipos de interés se mantendrán altos "durante el tiempo que sea necesario". "La lucha contra la inflación aún no está ganada", sentenció en un foro organizado por la Reserva Federal de Kansas City en Jackson Hole.

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