A fondo

Así lucha la UE por defender su soberanía digital en tiempos convulsos

La soberanía digital de la UE.
La soberanía digital de la UE.
Carlos Gámez
La soberanía digital de la UE.

Mi casa, mis normas. Esa máxima se aplica en la Unión Europea casi más que en cualquier otro lugar, sobre todo si hablamos de la esfera digital, en la que el bloque trabaja a destajo -especialmente en los últimos tiempos- para preservar su soberanía y sus componentes estratégicos. Lo hace a través de varios frentes: con normas como la ley de mercados digitales y la ley de servicios digitales (DMA y DSA, por sus siglas en inglés), una norma pionera sobre Inteligencia Artificial o un cerco constante sobre las grandes tecnológicas para que cumplan con la coyuntura del mercado único. "Son tiempos decisivos", comentan en los pasillos de las instituciones. Y como tal se los toma la UE.

Margarethe Vestager y Thierry Breton, comisarios de Competencia y de Mercado Interior respectivamente son los protagonistas de esta historia a largo plazo. La primera más si cabe, pues está en sus últimos coletazos en la Comisión: opta a presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI), en una carrera en la que compite con la vicepresidenta del Gobierno español, Nadia Calviño. El segundo, porque ha capitaneado el discurso de Bruselas en esta nueva era digital, con una comunicación que ha dado un giro para 'convencer' de los nuevos planes, especialmente en las redes sociales.

Las fuentes consultadas por 20minutos aseguran que con todo "se está haciendo un camino" que va claramente hacia una UE "más fuerte y autónoma". Además, la figura de Vestager sale reforzada: "Se puede decir que pase lo que pase con el EIB Vestager puede estar orgullosa con su recorrido en la Comisión", igual que con el anuncio de los gatekeepers o con un calendario claro de aplicación de la DSA y DMA. "El legado de Vestager será un mercado digital más competitivo para las empresas europeas", terminan.

Y es que la dirigente danesa se ha convertido estos años en el azote grandes tecnológicas. Lo último se dio el pasado junio con la acusación a Google por parte de la Comisión Europea de abusar de su posición dominante en el mercado en lo referente a su negocio publicitario y ha apuntado que la solución pueda pasar porque la gran compañía ceda parte de sus beneficios a este sector. "Si llegamos a la conclusión de que Google actuó de manera ilegal, la Comisión podrá exigir que se deshaga de parte de sus servicios", expresó al respecto Vestager. Al mismo tiempo, aseguró que la solución podría pasar porque la entidad ceda parte de sus beneficios al sector.

Con las DSA y DMA la Unión también ha dado un paso decisivo en el camino de la soberanía digital pero, sobre todo, en una idea de "poner cierto orden en una jungla", como puede llegar a ser la red. La DSA, de hecho, es pionera para el control del sector y que nace con el objetivo de poner coto a la desinformación y al contenido ilegal en las grandes plataformas tecnológicas. En total, afectará a 45 millones de usuarios, según los datos que maneja la Comisión Europea. Mientras, con la DMA Bruselas ha decidido imponer a Alphabet, Amazon, Apple, ByteDance, Meta y Microsoft las normas más estrictas, en una lista en la que por ejemplo no está Samsung. Al mismo tiempo, la Comisión Europea estudia todavía los recursos de Microsoft y Apple para excluir sus respectivos servicios Bing e iMessage. "Se abren las puertas de internet", defendió Breton esta misma semana.

La Comisión, en ese nuevo escenario, supervisará la aplicación efectiva y el cumplimiento de estas obligaciones. En caso de que un "guardián" (gatekeeper, en inglés) no cumpla las obligaciones establecidas por la DMA, el Ejecutivo comunitario puede imponer multas de hasta el 10% del volumen de negocios mundial total de la empresa, que pueden llegar hasta el 20% en caso de infracción reiterada. En caso de infracciones sistemáticas, la Comisión también está facultada para adoptar soluciones adicionales, como obligar a un gatekeeper a vender una empresa o partes de ella o prohibirle la adquisición de servicios adicionales relacionados con el incumplimiento sistémico.

La UE se ha convertido además en pionera con una ley de Inteligencia Artificial que ya es referencia -desde sus primeros planteamientos- para otros actores internacionales. Entre otros puntos, plantea prohibir los reconocimientos faciales o regular el uso del ChatGPT. "Cualquier ley futura tendrá que atenerse a los siguientes principios: una inteligencia artificial antropocéntrica y antropogénica; seguridad, transparencia y rendición de cuentas; salvaguardias contra el sesgo y la discriminación; derecho de reparación; responsabilidad social y medioambiental; respeto de la intimidad y protección de los datos", expresaron los eurodiputados en su momento.

El eurodiputado socialista Ibán García del Blanco explicó a 20minutos que es importante analizar la IA en toda su amplitud a la hora de explicársela a la gente. "Hay que contar exactamente lo que es: una tecnología que no es nueva pero que sí ha llegado a un punto de maduración que la hace parecer muy revolucionaria", sostiene, aunque avisa de los matices y de lo que puede pasar en el futuro.

"Técnicamente es más potente de lo que fue en el pasado y se está aplicando ya de forma muy generalizada", y de hecho, dice, "la tenemos presente de una manera o de otra; eso nos va a crear riqueza, oportunidades y se calcula que la productividad mundial se va a multiplicar por siete" pero al a vez tenemos "que tener cuidado y para eso en la UE estamos intentando anticiparnos para protegernos frente a esos riesgos. Hay que dar tranquilidad a los ciudadanos".

Otra competición es la de los semiconductores, elementos clave en el desarrollo tecnológico. Ahí la UE ha lanzado también su propia norma. "Los chips son activos estratégicos para las principales cadenas de valor industriales. Con la transformación digital, están surgiendo nuevos mercados para la industria de los chips, como los coches altamente automatizados, la nube, el Internet de las Cosas, la conectividad, el espacio, la defensa y los superordenadores", explican desde la Comisión, en una competición que tiene a Países Bajos como 'cuna' europea, a EEUU como aliado y a China como gran rival.

Con esta norma, añaden, la UE hará frente a la escasez de semiconductores y reforzará el liderazgo tecnológico de Europa. Movilizará más de 43.000 millones de euros de inversiones públicas y privadas y establecerá medidas para preparar, anticipar y responder rápidamente a cualquier futura interrupción de la cadena de suministro, junto con los Estados miembros y nuestros socios internacionales.

El último capítulo nace con la entrada del dinero saudí en cada vez más empresas europeas de telecomunicaciones. STC, de hecho, ha adquirido el 9,9% de las acciones de Telefónica, convirtiéndose en accionista mayoritario. Esto ha abierto otra veda para la UE; y Bruselas vigila, aunque sea desde la calma. No hacen valoraciones por "razones de confidencialidad", pero avisan de la vigencia del llamado mecanismo de vigilancia de inversiones extranjeras directas (IED o bien FDI, por sus siglas en inglés), que lleva ya tres años vigente y que sirve como 'vigilante' en este tipo de operaciones. España podría acogerse a él si quisiera. 

¿Para qué sirve? Según se recoge en Eur-Lex, proporciona un marco a escala de la Unión Europea para el control de las inversiones directas procedentes de terceros países por motivos de seguridad o de orden público. España podría pedir que se paralice la operación, pero también cualquier otro Estado miembro. Es un frente abierto más para Bruselas, que tiene varios. Tiene que cerrar brechas, por seguridad... y para que la UE se convierta en una potencia. Está en ello.

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