El precio de los carburantes no da tregua y se anota ya ocho semanas consecutivas al alza. Así, el litro de gasolina 95 se pagaba este lunes en los surtidores españoles a 1,731 euros de media, un nuevo máximo anual desde que en enero de 2023 decayeran las ayudas gubernamentales de 20 céntimos por litro repostado. El precio del gasóleo se anota también un nuevo repunte y se pagaba a inicios de semana a 1,622 euros por litro. 

Así queda reflejado en el boletín petrolero semanal en el que la Comisión Europea recopila los precios medios de los carburantes en los 27 Estados miembros del bloque comunitario. En comparación con el último mínimo alcanzado durante la segunda semana de julio, el precio de la gasolina 95 se ha disparado un 8,8%, mientras que el gasóleo lo ha hecho un 12,5%. 

No obstante, los costes de llenar el depósito siguen todavía por debajo de lo que se registraba a estas alturas del año pasado. En concreto, la súper 95 registra un precio un 3,4% inferior al observado en la primera semana de septiembre de 2022, mientras que el gasóleo es un 12,5% más barato.  

La progresiva subida del precio de los carburantes ha coincidido con uno de los periodos de mayor tráfico por carretera del año: las vacaciones de verano. Según datos de la DGT, solo en agosto estaban previstos más de 50 millones de desplazamientos por carretera en el marco de la operación salida. 

El encarecimiento de los carburantes empuja los precios al alza: la inflación repunta tres décimas en agosto hasta el 2,6%

De hecho, el encarecimiento de gasolina y diésel ha sido uno de los principales impulsores del leve repunte en la inflación registrado en agosto, según señala el INE. Conviene recordar que el precio de los carburantes no solo afecta al bolsillo de los conductores, también se filtra a otros productos, pues eleva los costes del transporte por carretera.

El motivo principal que explica el repunte en el precio de los carburantes es el encarecimiento de la materia prima con la que se elaboran: el petróleo. Respecto a la segunda semana de julio, el barril de Brent (la referencia europea) se ha encarecido un 10,5%, en parte motivado por los recortes de producción de la OPEP, el cártel petrolero.

Las previsiones de desaceleración de la economía mundial —especialmente de China— son la justificación que esgrimen los países productores de petróleo para acometer estos recortes, que elevan el precio al reducir la oferta de esta materia prima en los mercados internacionales.