En qué consiste el shunt hepático que puede afectar a nuestros gatos

Uno de los aspectos más importantes que debemos cuidar a la hora de mantener a nuestros mininos sanos es su alimentación. Podemos ofrecerles un pienso de calidad y, si queremos aportar algo de dieta natural, la comida húmeda es una muy buena opción, ya que, además, ayudará a nuestros pequeños felinos a hidratarse mejor. No obstante, algo importante que debemos saber es que no deben ingerir leche, al menos no la misma que nosotros tomamos, ya que puede ser perjudicial para ellos.
Dos gatos alimentándose de comida húmeda.
PIXABAY
Uno de los aspectos más importantes que debemos cuidar a la hora de mantener a nuestros mininos sanos es su alimentación. Podemos ofrecerles un pienso de calidad y, si queremos aportar algo de dieta natural, la comida húmeda es una muy buena opción, ya que, además, ayudará a nuestros pequeños felinos a hidratarse mejor. No obstante, algo importante que debemos saber es que no deben ingerir leche, al menos no la misma que nosotros tomamos, ya que puede ser perjudicial para ellos.

Nuestros animales de compañía, al igual que las personas, pueden ser víctimas de diferentes enfermedades fuera de nuestro control, es decir, también padecen patologías genéticas o problemas de salud de nacimiento. En este sentido, es importante que hagamos las revisiones veterinarias necesarias cuando llega nuestro pequeño peludo a la familia y, así, asegurarnos de que detectamos cualquier enfermedad a tiempo.

Una de las afecciones que pueden afectar a nuestros gatos es el shunt hepático. Para entender en qué consiste esta enfermedad y cómo influye en la vida de nuestros mininos, primero debemos conocer el shunt. Laura González, veterinaria y divulgadora a través de su canal de YouTube 'Tu Veterinaria', explica a 20minutos.es que esta patología "es una comunicación anómala entre dos vasos sanguíneos, donde se produce una anastomosis (unión) de dos vasos que no deberían de estar unidos".

"En el caso del shunt hepático, se trata de una comunicación anómala con los vasos sanguíneos hepáticos, siendo el más común el llamado 'shunt porto-sistémico', que une la vena porta (vena que recoge la sangre del sistema digestivo y que en condiciones normales, la lleva al hígado para ser metabolizada) con la vena cava (que devuelve la sangre que recoge de los distintos órganos al corazón)", detalla la experta.

Al ocurrir esto, se impide la metabolización correcta de proteínas, toxinas y nutrientes que se ingieren con la dieta y, como consecuencia, "hay sustancias tóxicas que se absorben a la sangre sin ser metabolizadas por el hígado, lo que produce daños en el cuerpo", comenta González.

Tipos de shunts y síntomas que presentará nuestro gato

La veterinaria explica que existen diferentes tipos de shunts, los intrahepáticos y extrahepáticos, y los congénitos o adquiridos. "Los shunts extrahepáticos aislados suelen ser más frecuentes en perros de raza pequeña y en los gatos, en cambio, los intrahepáticos aislados suelen ser más frecuentes en los perros de raza grande", añade.

"Los shunts congénitos son aquellos con los que se nace y son aislados, y los adquiridos se manifiestan conforme pasan los años de vida, de forma secundaria a otro problema hepático existente, siendo normalmente múltiples y relacionados con la hipertensión portal)", detalla González.

La experta agrega que los más frecuentes "suelen ser los shunts congénitos y, dentro de éstos, la comunicación anómala más usual suele ser entre la vena porta y la vena cava".

En los casos más severos, los gatos pueden llegar a tener convulsiones o llegar incluso a morir

Si nuestro gato padece un shunt hepático significa que no puede metabolizar las sustancias que proceden del sistema digestivo de forma correcta, por lo que todas las toxinas se elevan en sangre produciendo lo que se conoce como "una encefalopatía hepática". "Esto produce signos neurológicos en el gato, debido a la acumulación de sustancia tóxicas en la sangre (la más conocida es la elevación del amoniaco), que a su vez se produce por un mal funcionamiento del hígado".

"Cuando el amoniaco (y otras sustancias endógenas) se elevan en la sangre, producen signos neurológicos como el cansancio, somnolencia, alteración del estado mental, apoyar la cabeza contra la pared, quedarse mirando a la nada, ceguera y, en algunos casos, producirán cambios de comportamiento (agresividad o hiperactividad, por ejemplo)", enumera le veterinaria. "En los casos más severos, los gatos pueden llegar a tener convulsiones o llegar incluso a morir".

La experta relata que estos signos neurológicos normalmente se producen en forma de episodios postprandiales, es decir, después de comer, ya que es cuando los niveles de amoniaco aumentan más en la sangre. "Además, un gato con shunt hepático también puede tener síntomas gastrointestinales como vómitos o diarrea, sialorrea (salivación profusa), dificultad para orinar o presentar orina con sangre, e hinchazón en el abdomen", añade.

Qué hacer si nuestro gato tiene shunt hepático

El shunt hepático es una enfermedad grave que, de no ser tratada, conforme va avanzando, los síntomas serán cada vez mayores hasta poder terminar con la vida del gato. "Por esto, es muy importante ponerle un tratamiento adecuado y realizar un seguimiento posterior para que el paciente pueda tener una buena calidad de vida", asegura González.

"Tanto si el gato presenta algunos síntomas, como si se detectan alteraciones compatibles con el shunt realizadas en un chequeo rutinario, es fundamental realizar pruebas específicas para el diagnóstico de shunt, como la medición de amoniaco, de bilirrubina, ácidos biliares preprandiales y postprandiales (antes y después de comer), ecografía doppler o un TAC, entre otros", enumera la experta.

Foto de archivo de un gato en un veterinario.
Foto de archivo de un gato en un veterinario.
Joanna Reichert / PIXABAY

En en caso de padecer shunt hepático, González asegura que será mejor si lo detectamos pronto, ya que podremos empezar un tratamiento específico que evite problemas irreversibles en nuestros mininos. "El tratamiento de elección en los shunts congénitos es el quirúrgico, que se puede hacer por distintas técnicas, algunas muy novedosas que son de mínima invasión y que buscan el cierre de forma lenta y progresiva del shunt", detalla.

No obstante, según la veterinaria, la mayoría de pacientes necesitan un tratamiento previo a la cirugía, donde tendrán que administrársele fármacos para su estabilización y conseguir minimizar los riesgos de la anestesia (ya que es el hígado el encargado de metabolizarla) y del propio procedimiento quirúrgico. "Con este tratamiento médico también se mejoran los signos clínicos y la calidad de vida del paciente", concluye.

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