Von der Leyen afronta una pequeña 'fuga' de comisarios a un año de las elecciones

Frans Timmermans en una imagen de archivo (undécima jornada de la Cumbre del Clima (COP25) en Ifema, Madrid (España), a 12 de diciembre de 2019)
Frans Timmermans en una imagen de archivo.
Eduardo Parra - Europa Press - Archivo
Frans Timmermans en una imagen de archivo (undécima jornada de la Cumbre del Clima (COP25) en Ifema, Madrid (España), a 12 de diciembre de 2019)

La Comisión Europea volverá del verano con una pequeña remodelación forzada por la salida de dos comisarios cuando queda menos de un año para las elecciones europeas. Ursula von der Leyen tendrá que remodelar a su equipo tras dos bajas seguras y una tercera que se podría dar. Además, uno de los relevos, el de Frans Timmermans, es especialmente delicado: el hasta ahora vicepresidente del Ejecutivo comunitario y encargado del Pacto Verde Europeo -pilar clave para Bruselas- ha aceptado liderar la candidatura de los socialdemócratas y los verdes para las próximas elecciones de Países Bajos, que tendrán lugar en noviembre.

Es la segunda baja segura tras la de Mariya Gabriel. La que fuera comisaria de Juventud dio el paso el pasado mes de mayo a la política búlgara tras recibir el encargo del presidente para formar un nuevo Gobierno en un país marcado por la perenne inestabilidad política. Su partido, el centroderechista GERB, confió en ella para la tarea y ahora se desempeña como ministra de Relaciones Exteriores en un Ejecutivo liderado por Nikolai Denkov, que asumió el cargo de primer ministro a principios de junio. No obstante, el país ha celebrado nada más y nada menos que cinco citas electorales en solo dos años.

La tercera baja no es segura, pero se producirá si la encargada de Competencia, Margrethe Vestager, consigue la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), por la que compite con la vicepresidenta española en funciones, Nadia Calviño. La danesa no es favorita en la carrera, pero tampoco descarta pasar a la política nacional llegado el momento; su perfil ya se da por amortizado en Bruselas después de años siendo el 'azote' de las grandes tecnológicas. Ya al principio de la legislatura, además, la Comisión tuvo que afrontar un cambio forzado tras la renuncia del entonces comisario de Comercio, Phil Hogan, implicado en un escándalo de corrupción. Fue sustituido por Mairead McGuinness.

Con todo, no serán los únicos que no repitan en la Comisión Europea que salga tras las elecciones de junio de 2024, que presumiblemente seguirá estando liderada por Von der Leyen. "Hay consenso para que se mantenga en el cargo, y no parece que se vaya a proyectar una opción mejor", coinciden las fuentes consultadas por 20minutos, después de que se haya descartado para la carrera la propia presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. No obstante, la dirigente alemana se enfrenta a importantes tiranteces en el seno de su grupo político, el PPE. 

El portavoz de los conservadores en la Eurocámara, Manfred Weber, no es de la cuerda de Von der Leyen, más bien todo lo contrario. Weber es partidario de un acercamiento o casi fusión del PPE con la derecha radical (ECR), liderada por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni: Von der Leyen prefiere la moderación y no aprueba este giro. 

Pese a las tensiones, la germana está en buena posición para seguir en Berlaymont, pues cuenta además con respaldo de líderes que no son de su lado ideológico, como es el caso precisamente de Pedro Sánchez o el portugués Antonio Costa. Eso sí, en la casilla de salida están otros nombres del actual gabinete. Josep Borrell no seguirá como Alto Representante -y vicepresidente de la Comisión- y es probable que tampoco lo hagan otros como el griego Margaritis Schinas, ahora encargado del área de Estilo de vida europeo.

En el reparto de altos cargos para la UE tendrán importancia no solo los resultados de las europeas; también lo que pase en elecciones nacionales como las polacas o las neerlandesas, así como el futuro Gobierno en España. Por ejemplo, en el contexto actual, marcado por la invasión rusa de Ucrania, los Bálticos querrán tener más peso; pero también los Estados miembros del sur, cuyos gobiernos pueden proyectar una recuperación económica mucho mejor que la que se dio con la crisis del 2008. No sucede lo mismo con Países Bajos, en recesión, o con Alemania, cuya situación es mucho más complicada que hace década y media. Las cartas todavía están boca abajo y los movimientos empiezan a darse lentamente.

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