Sufrimos ahora mismo la cuarta ola de calor del verano. Y no hay nada que nos garantice que será la última. Pero lo peor no es llegar a 45 grados al medio día. Lo más grave sucede cuando se mete el sol y el calor no baja. ¿Quién puede dormir así? De las noches tropicales, donde se registran temperaturas por encima de los 20 grados, hemos pasado a las tórridas, por encima de 25, y este año han sido frecuentes las noches infernales, por encima de los 30 grados. El cambio climático ya está aquí y ha venido para hacernos sufrir.

Frente a la crisis climática urge un plan nacional de adaptación. Porque como señala el científico Fernando Valladares, este verano, con todo lo tremendo y caluroso que está siendo, “será posiblemente de los más frescos en lo que nos queda de vida”.

Debemos poner fin al consumo de combustibles fósiles en el mundo, de eso no hay duda. Pero antes de conseguir tan loable y utópica necesidad hay que adaptar nuestras ciudades a los nuevos y extremosos tiempos. En primer lugar, llenándolas de naturaleza, cubriéndolas de verde arbolado, la herramienta más barata y efectiva para luchar contra las islas de calor urbanas y reducir la temperatura en las calles hasta 10 grados.

Hay que construir refugios climáticos que no sean los centros comerciales. O nos adaptamos o nos moriremos de calor

Si no hay sitio para árboles habrá que poner toldos, como ya se hace en muchas capitales andaluzas, aunque de momento solo en las arterias peatonales más céntricas. Todos los patios de colegios y centros públicos deberían contar ya con pérgolas y fuentes. Hay que abrir los ríos encauzados y naturalizarlos. Hay que construir refugios climáticos que no sean los centros comerciales.

O nos adaptamos o nos moriremos de calor. Y no es una manera de hablar. Las altas temperaturas mataron a más de 11.300 personas en España durante el pasado verano de 2022, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona. Más fallecidos que toda la población de Toro o Trujillo.

Nunca antes habíamos necesitado tanto el verde como ahora. Verde esperanza, verde fresquito.