¿Qué es Clariane? Somos una empresa que trata la vulnerabilidad a lo largo de toda la vida. El 80% de nuestra actividad está en torno a la gestión de servicios sociales y la atención a la salud mental y el otro 20% a las residencias para mayores. Cubrimos todas las etapas de la vida, desde niños a partir de 8 años, que pueden ser jóvenes tutelados, hasta el final de vida en las residencias. No somos una empresa de salud como un hospital, sino que estamos aquí para ayudar a los usuarios a integrarse en una vida social y acompañarlos en el camino de su reinserción.

Clariane nace en Francia, ¿cuándo llega a España?Entramos en España en enero de 2019 con el negocio histórico, las residencias para mayores. En 6 meses adquirimos 15 residencias. Después, crecimos en otros mercados, compramos Ita salud mental en 2021, especializado en trastornos de la conducta y, en 2023, Grupo 5, con el que establecemos muchos contratos con las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Después de 4 años, contamos con casi 200 centros en España, estamos presentes en 15 comunidades autónomas y espero que el próximo año sea en las 17. La demanda es muy fuerte.

Los datos de crecimiento en España son muy positivos. ¿Cuál cree es la clave del éxito?El crecimiento tiene que ver con todo el desarrollo de los servicios sociales en España en los últimos 40 años. Antes eran las asociaciones religiosas o de padres quienes se ocupaban de estas personas en riesgo de vulnerabilidad, pero ahora tenemos un sistema de bienestar por el que el Estado tiene que atenderlas. En España, lo interesante es que son las comunidades autónomas y los Ayuntamientos quienes apuestan por el cuidado de estas personas y lo hacen a través de contratos público-privados que les permiten optimizar recursos y, a empresas como la nuestra, tener centros por toda España, con una gestión muy ágil y productiva.

¿Considera que en España existe mayor concienciación ante este tipo de realidades que en otros países europeos?Sí, en España existen muchas fundaciones, es un país muy interesado por la emergencia social, la discapacidad, el daño cerebral... Normalmente siempre hablamos de los países del norte de Europa, pero España, comparado con otros países, está muy avanzado. Precisamente por eso, queremos implementar el modelo español en el resto de países europeos en los que nos encontramos, donde puede tener una influencia muy positiva. La economía de los cuidados no es un reto solo de España, sino de toda Europa.

En Ita salud mental están enfocados en trastornos de la salud mental. ¿Se ha incrementado la demanda de este tipo de patologías?Hay mucha demanda, pero no sé si más o es que ahora la gente habla más de este tipo de trastornos, busca información… Hace 30 años había también vulnerabilidad, pero no se hablaba y ahora sí. La sociedad ha evolucionado y ha entendido que no hay que tener vergüenza por tener un hijo con dificultades. Por otro lado, están las redes sociales, que tienen efectos muy nefastos, sobre todo en los jóvenes, y eso produce un aumento de la demanda general.

¿A qué estigmas se enfrentan las personas con un trastorno mental y cómo les ayudan?Contamos con distintos profesionales (educadores sociales, psicólogos, psiquiatras, etc) conscientes de que tienen que tratar ese problema de salud mental, pero muy conscientes también de que hay una problemática asociada a la sociedad que tiene que ver con ese concepto de miedo, rechazo o pena hacia estas personas; son estigmas muy presentes que hacen que estas personas tengan esa sensación de incapacidad. Todos nuestros equipos también trabajan sobre esa base, están ahí para hablar con ellos, escucharlos, y dedicarles tiempo.

De hecho, tienen un proyecto llamado ‘Estigmatismo’. ¿En qué consiste?'Estigmatismo' es un proyecto que nació de los profesionales de Grupo 5. Hicimos una investigación en población rural y urbana de Madrid y Vitoria con el objetivo de provocar un cambio de mirada hacia las personas que nosotros atendemos porque muchas veces la problemática de salud mental es obvia, pero otras muchas está asociada al contexto social. 'Estigmatismo' fue el precursor de la Cátedra extraordinaria Grupo 5 Contra el estigma, que lanzamos junto a la Universidad Complutense de Madrid, para realizar investigaciones en torno a estos estigmas.

Trabajan también con personas con discapacidad intelectual. ¿Qué recursos les ofrecen?Trabajamos con personas con discapacidad intelectual de 18 a 65 años en residencias, centros de día y pisos tutelados. Dependiendo del grado de discapacidad intelectual que tenga la persona, requiere de unos apoyos u otros. Tenemos 32 centros y atendemos a más de 1.000 usuarios. Todos son centros "abiertos" en los que normalmente tienen libertad para salir e irse un fin de semana, por ejemplo. Son personas que no pueden ser autónomas el 100% de su tiempo, pero buscamos que logren la mayor autonomía posible para que puedan incorporarse a una vida social.

¿Qué son las Unidades de Convivencia?Es un proyecto innovador. Tenemos tres unidades de convivencia para personas con discapacidad intelectual y algún problema de salud mental asociado que están adaptadas a las necesidades que pueda tener la persona para que los apoyos que tenga sean los mínimos posibles. En estas unidades de convivencia, tienen un espacio común donde deben hacerse cargo de la limpieza, la lavandería, recoger su habitación, etc. El objetivo es que sean centros de transición para la vida autónoma en un piso supervisado o en su propio domicilio. También tenemos personas que están trabajando con entidades y en Centros Especiales de Empleo (CEE).

¿De qué forma promueven la inclusión laboral de estas personas?En Grupo 5 tenemos un 2,7% de personas con discapacidad en trabajo ordinario dentro de la empresa, más otras 40 contratadas a través de CEE. Además, tenemos centros de rehabilitación laboral, donde entrenan habilidades para incorporarse en el mercado laboral. Cumplir con la LGD no es nuestro objetivo prioritario, sino que las personas estén trabajando dentro de nuestros centros y servicios o en las oficinas centrales, como cualquier trabajador sin ningún tipo de discapacidad, porque pueden aportar lo mismo y lo vemos en nuestro día a día, son personas con un compromiso muy alto porque saben lo complicado que lo han tenido muchas veces.

Cuentan con más de 6.000 empleados que trabajan a diario con personas en situación de vulnerabilidad. ¿Qué aptitudes buscan en sus trabajadores?Para trabajar en una empresa como la nuestra tiene que gustarte el ser humano porque te dedicas al cuidado de personas. Por ejemplo, el trabajo con adolescentes con trastorno de la conducta alimentaria es muy duro porque son personas que vienen realmente mal, con múltiples tentativas de suicidio y, por eso, cualquier profesional que los atienda debe tener vocación y pasión por la gente en general. Nuestros empleados son gente que dedica su vida a los otros y que les gusta realmente su actividad, esto es algo muy específico del sector social y psicosocial. El alma de la empresa es nuestro equipo, que pone todo su conocimiento, pero, además, mucho corazón. 

¿Forman a sus profesionales en algún área en específico?Sí, tenemos una formación muy amplia según las necesidades que se analizan desde los centros y servicios, atendiendo a las problemáticas que puedan suceder y también teniendo en cuenta las tendencias. Por ejemplo, sexualidad y discapacidad son formaciones que se llevan dando los dos últimos años; también temas de tratamiento de trastorno de conducta asociados. Además, este año vamos a arrancar con una formación en Lectura Fácil y otra con la Cátedra en los centros de discapacidad Intelectual de Navarra sobre temas de estigma. 

Han impulsado distintos premios, unos dedicados a la investigación. ¿En qué consisten?Tenemos, por un lado, los premios de la Cátedra, que lanzamos junto a la Universidad Complutense y, por otro lado, dos premios internos, ambos económicos. Uno, el Premio Investigación, a profesionales que han desarrollado una investigación. Este año fue para José Manuel Díaz por una tesis doctoral sobre la realidad de las personas sin hogar en Canarias. Además, están los Premios Ideando, dedicados a iniciativas de profesionales para mejorar la atención de las personas. Este año fue a parar a una iniciativa para ayudar a familias en situación de vulnerabilidad y a personas con discapacidad intelectual a realizar gestiones del día a día. También fue ganador un proyecto sobre personas sin hogar que cuentan cuentos para niños en formato teatro para romper esa parte de estigma.

¿Qué proyectos tiene en mente a futuro con Clariane en España?Queremos abrir 16 centros en los dos próximos años. Hay mucha demanda y tenemos que crecer, pero siempre guardando la reputación y la calidad de atención al cliente lo más alta posible porque hablamos de seres humanos en situación de vulnerabilidad y no nos podemos relajar, tenemos que ser una empresa ejemplar.