Miguel Ángel Aguilar Cronista parlamentario
OPINIÓN

Reivindicación de las tinieblas

El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, este miércoles.
El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, este miércoles.
EFE
El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, este miércoles.
¿PREGUNTAR OFENDE? por Miguel Ángel Aguilar

Sala Constitucional del Congreso en la sede de la soberanía nacional, miércoles, día 26, 9.00 horas. Se celebra Pleno de la Diputación Permanente, a la que compete asegurar la continuidad de la función parlamentaria cuando las Cámaras están disueltas o fuera del periodo ordinario de sesiones. Es el caso presente, desde la disolución de las Cortes el pasado 29 de mayo a propuesta del presidente del Gobierno, en uso de las facultades exclusivas que le confiere el artículo 115 de la Constitución. El decreto que disuelve tiene que fijar simultáneamente la fecha de convocatoria de las elecciones generales, que son las que acaban de celebrarse el pasado domingo 23 de julio.

La fecha del jueves 17 de agosto ya está marcada para que Congreso y Senado celebren sus sesiones constitutivas. Antes, los diputados y senadores electos deberán haber retirado sus credenciales, pero solo adquirirán la condición de tales tras cumplimentar su declaración de actividades en los términos previstos en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, y prestar, en la primera sesión del Pleno a la que asistan, la promesa o juramento de acatar la Constitución. La manera en que manifiesten ese acatamiento, las frases que añadan por su cuenta los nacionalistas de toda laya o los socios necesarios de Pedro Sánchez ubicados en ese espacio a la izquierda del PSOE estrenado por la indeleble vicepresidenta Yolanda Díaz; en definitiva, el grado de desprecio que supuren proporcionará una señal relevante de lo que nos espera. Pero que nadie se alarme ni tema conflicto, porque los excesos proferidos quedarán convalidados sin objeción alguna. Cuestión distinta es imaginar la magnitud del escándalo que se desencadenaría en el Parlamento de Vitoria o en el de la Ciudadela de Barcelona si alguien se permitiera el más leve desaire a los derechos históricos de vascos o catalanes.

De vuelta a la Diputación Permanente, celebrada en la mañana del miércoles, su único punto en el orden del día era convalidar o rechazar el Real Decreto-ley 5/2023 acordado por el Consejo de Ministros el 28 de junio. La defensa del texto tuvo como valedor al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Su intervención se centró en la necesidad de preservar el escudo social y cumplir la transposición de las normas de la UE. Pero, enseguida, derivó en el autoelogio de la trayectoria legislativa cumplida por el Gobierno en esta legislatura en contraste con la actitud de boicot del Partido Popular al que llamó de todo menos bonito. Luego, de menos a más, siguieron los turnos de los portavoces de los grupos parlamentarios empezando por los del Grupo Mixto hasta concluir con el del Partido Socialista. Solo pareció haber leído el texto del Real Decreto-ley, compuesto de 223 páginas –40 de preámbulo y 183 de articulado– el portavoz del PNV, Legarda Uriarte, que se sabía los Capítulos y los Títulos y consideraba penosa la cantidad de cuestiones inconexas embutidas en un Decreto-ley que dejaba a los parlamentarios sin posibilidad de objetar ni de enmendar para no perjudicar a quienes brinda merecida protección.

La sesión fue aprovechada por algunos de los oradores para declarar agradecimientos y despedirse, ya que quedarán fuera tras las elecciones. Es el caso de Pablo Echenique, entre cuyas aportaciones parlamentarias se encuentra la jota feminista que apareció cantando –«chúpame la minga Dominga/ que vengo de Francia/ chúpame la minga Dominga/ que tiene sustancia»–, muy en línea con aquella otra intervención de su jefe, Pablo Manuel Iglesias, que puede consultarse en el Diario de sesiones del Congreso de fecha 23 de marzo de 2017, donde imaginaba al presidente Mariano Rajoy tan indiferente ante un informe de los letrados como para reaccionar diciendo "a mí, me la suda, me la pela o me la bufa".

Legarda Uriarte consideraba penosa la cantidad de cuestiones inconexas embutidas en un Decreto-ley que dejaba a los parlamentarios sin posibilidad de objetar

El portavoz del Grupo Popular, señor Olano, aclaró que el PP había sumado sus votos a siete de cada diez iniciativas legislativas del PSOE, se explayó para probar la falta de respeto al Parlamento por parte del sanchismo, y consideró que los propósitos de los socios preferidos por Pedro Sánchez otorgan un papel determinante a Otegi, de EH Bildu, y al prófugo de Waterloo. Claro que, como ha dicho el primero, para acordar es necesaria la discreción que otros llaman zonas de penumbra porque en su opinión la transparencia bloquea mientras que la penumbra o las tinieblas favorecen.

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