¿En qué consiste el 'efecto escalón'? Así se explican los subidones y bajones de la inflación

Los últimos datos oficiales del Índice de Precios al Consumo (IPC) publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que los precios dieron una tregua al bolsillo de los españoles el pasado junio. En concreto, la inflación se situó por debajo del 2% -1,9%- en el sexto mes de este 2023, una tasa no vista desde marzo de 2021.

Esta cifra, sin duda, es positiva para los consumidores, que pagaron menos por la compra de la mayoría de bienes y servicios de lo que lo hubieran hecho en caso de que los precios hubiesen repuntado o mantenido los niveles de mayo, cuando la inflación estaba en el 3,2%. 

No obstante, con el dato de junio en la mano puede crearse la sensación de que los precios se están desplomando cuando la realidad es bien distinta, ya que esa bajada no se ve refleja en el coste final de los productos. Porque lo que ocurre realmente es que el coste de la vida continúa subiendo, pero a un ritmo menor que hace un año. La culpa la tiene el denominado 'efecto escalón'. 

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Básicamente, el 'efecto escalón' aparece cuando los precios han crecido mucho y rápido en un corto periodo de tiempo y posteriormente empiezan a bajar, como ocurrió el año pasado como consecuencia del estallido de la guerra en Ucrania. Normalmente, la comparación es interanual; es decir: se realiza tomando el dato de un año con el del mismo mes del año anterior. 

De esta forma, si comparamos la inflación del 1,9% del pasado junio con el 10,2% de junio de 2022, observamos una caída de hasta 8,3 puntos en el último año.  "El descenso de la tasa de inflación general se ha debido fundamentalmente al efecto escalón en los productos energéticos. En los últimos meses también se ha producido una moderación de las presiones inflacionistas en los alimentos, tomados en su conjunto", han explicado desde Funcas, think tank dedicado a la investigación económica y social.

Esta cifra indica que los precios han ido moderándose en los últimos doce meses hasta situarse por denajo del 2%, porcentaje que el Banco Central Europeo (BCE) considera adecuado para la buen marcha de las economías de la eurozona. 

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¿Han bajado los precios en el último año?

Pero, ¿realmente ha bajado el precio de los bienes y servicios en el último año? La respuesta es que no. Los precios de media son ahora un 1,9% más caros que en junio de 2022. Y es que pese a esta desaceleración, las subidas interanuales que va experimentando el IPC se acumulan, lo que significa que los incrementos de precios se van sumando. En definitiva, los precios suben menos, pero siguen subiendo. 

Por ejemplo, si un kilo de pollo pasó a costar 10 euros en junio de 2022 tras escalar la inflación hasta el 10,2%; esta bajada del IPC hasta el 1,9% un año después no supone para el consumidor tener que pagar menos por la compra de ese alimento.

Así, debido el efecto acumulativo de la inflación, el kilo de pollo se habría encarecido un 1,9%, lo que supone 0,19 euros más que hace un año. Por tanto, comprar un kilo de pollo costaría ahora casi 10,20 euros. Obviamente, este ejemplo no es real, ya que el IPC de los alimentos es superior al 1,9%, pero sirve para entender cómo funciona la inflación. 

Para que los precios bajasen de forma generalizada, el IPC tendría que entrar en valores negativos, aunque esta circunstancia prolongada en el tiempo es negativa para la buena marcha de la economía y la creación de empleo en general. 

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