Los dos principales partidos del independentismo, Esquerra Republicana y Junts Per Catalunya, han vuelto a enzarzarse en discusiones públicas, esta vez por el “precio” que el presidente de la Generalitat, el republicano Pere Aragonès, marcó para la investidura de Pedro Sánchez. El presidente de la Generalitat manifestó que para lograr que ERC vote a favor de Pedro Sánchez como presidente, el líder socialista tendría que comprometerse a continuar con la negociación política, acabar con el déficit fiscal y culminar el traspaso de Cercanías.
Inmediatamente, el secretario general de JuntsXCat, Jordi Turull, arremetió contra las “condiciones” de ERC manifestadas por Pere Aragonès y remarcando que no había “ido a la prisión tres años y medio para hacer un frente común para traspasar Rodalies y para mejorar un poco la financiación. No hay gente en el exilio para hacer un frente común para esto”.
Turull zanjó sus críticas al posible apoyo de ERC a Sánchez afirmando que “esto es más autonomismo". Pero, por su parte, el cabeza de lista de Esquerra, Gabriel Rufián, le recordó que si "sólo estuvo tres años y medio en la cárcel, que son muchos", fue gracias a la "negociación" de los republicanos con la Moncloa, porque si no "aún" seguiría en prisión.
Rufián pidió a Turull salir "de este bucle tóxico y hagamos política”, y justificó las exigencias de ERC para investir presidente a Pedro Sánchez explicando que "quizá hay mucha gente que nos escucha ahora desde un tren de Rodalies miserable", e insistió en que “hay mucha gente que no tiene mejores escuelas ni hospitales por que hay un déficit fiscal brutal”.
Estrategias
Lejos de apaciguarse, la polémica siguió con la candidata de Junts al Congreso por Barcelona, Míriam Nogueras, que también entró en escena y acusó a Esquerra, al igual que Turull, de querer "seguir haciendo autonomismo". La número uno de Junts por Barcelona criticó duramente la estrategia de los republicanos asegurando que “el balance de la estrategia de Esquerra es malo” y resaltó que “necesitamos pasar de una ERC fuerte, que no ha servido para avanzar en nada, a una Cataluña fuerte que se plante ante España".
Las palabras de Nogueras han provocado una nueva apuesta dialéctica de Gabriel Rufián, que negó que “haya diferentes estrategias independentistas”. “Ojalá. Sería muy sano democráticamente", comentó irónicamente Rufián, para pasar a confirmar que, a su juicio, ahora mismo sólo hay una estrategia sobre la mesa, la de ERC, y que enfrente sólo hay "mucho ruido", en alusión a la estrategia de Junts.
Desde el corazón de Europa
La polémica acabó llegando al corazón de Europa. Desde Waterloo, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, criticó implícitamente a Esquerra asegurando que algunos han "rebajado el precio de sus votos y se han acomodado a las exigencias del guion". Acusó también a los republicanos de ayudar a “españolizar” las elecciones en Cataluña centrando el debate entre “derecha e izquierda, Pedro Sánchez o Alberto Nuñez Feijóo, para convertir a Catalunya en una provincia más de España".
El punto y final a la discusión lo puso desde Suiza la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que recordó a Turull que ella no fue a la cárcel pero “estoy en el exilio por ser independentista". Rovira rebatió las palabras del secretario general de Junts señalando que “mientras sumamos fuerza política, social e internacional para negociar un referéndum, hemos de avanzar en la soberanía fiscal y ferroviaria”.
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