OPINIÓN

La pija, la quinqui y el problemón del voto joven

Pedro Sánchez en 'La Pija y la Quinqui'.
Pedro Sánchez en 'La Pija y la Quinqui'.
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Pedro Sánchez en 'La Pija y la Quinqui'.

Te puede gustar más o menos Sánchez, pero lo que nadie puede negar es que su equipo de comunicación merece una subida de sueldo. Mira que sonaba a suicidio enfrentarse a sus archienemigos Pablo Motos y Ana Rosa Quintana, pero de ambas entrevistas salió fortalecido. La última ocurrencia ha sido acudir como invitado a La Pija y la Quinqui, un podcast que hace las delicias de la Generación Z. Las redes se han llenado de piropos al ver lo bien que se defendió el presidente en el programa, que se río de los memes de Perro Sánchez y defendió a Taylor Swift, aunque el aplauso de verdad se lo merecen los dueños de los micrófonos, Carlos Peguer y Mariang Maturana. Conducen un podcast de esos que parece que no va de nada, pero sí, manteniendo su efectiva fórmula sin que les temblara la voz pese a estar con el que más manda del país.

Sánchez ha conseguido su objetivo, el programa lo ha petado en redes y muchos dicen que se ha ganado el voto joven, aunque esa categoría es muy amplia, que chavales los hay pijos, quinquis, de izquierdas y de derechas. Es probable que Sánchez tenga el favor de los del Mad Cool, pero hay otros muchos jóvenes a los que les tira más el Starlite y en redes siguen a Victoria Federica. Lo que está claro es que ni unos ni otros leen la propaganda electoral que nos peta los buzones, y tampoco ven los debates de la tele. Están en las apps del móvil, de ahí que Sánchez, que siempre presume de buscar votos hasta debajo de las piedras, haya ido a por ellos a Spotify.

Te puede gustar más o menos Sánchez, pero lo que nadie puede negar es que su equipo de comunicación merece una subida de sueldo

Dicen las encuestas que, de los 11 millones de jóvenes censados para acudir a las urnas –casi un tercio de los electores–, un 17% se abstuvo de votar. Aseguran que ni se sienten escuchados ni representados por las diferentes opciones políticas y creen que les engañan. El 70% de ellos solo se informa por redes sociales, contenidos de base sesgadas por los algoritmos. Además, son mensajes cortos, concisos, visuales y que no obligan a pensar demasiado. Esa fórmula se la ha aprendido Vox, que tiene un total de 22 millones de visualizaciones. La cuenta del PP tiene 3 millones (gracias a las “ganas” de Ayuso) y la del PSOE apenas llega al millón.

La visita de Sánchez al podcast cuenta que la sociedad no trata a los jóvenes como ciudadanos de primera más que cuando los necesita. Hacer campaña en sus canales de comunicación no debería ser una excepción, sino la norma. Además, que funciona porque La Pija y la Quinqui no parece filtrado por el marketing y destila verdad (sea así o no), justo lo que los jóvenes aseguran no ver en los políticos. Y Feijóo debería pasarse por el podcast de algún chaval de su cuerda, que aún está a tiempo de convencer a los suyos. Otro dato en el CIS cuenta que en las autonómicos el 58,4% de los jóvenes decidieron su voto a mitad de campaña. El 14,5% lo hizo el mismo día de las elecciones. Y sus votos jóvenes valieron lo mismo que los de los mayores.

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