Los distritos más pobres de Barcelona, los más afectados por el confinamiento de las escuelas durante la pandemia

  • La probabilidad de confinamiento en Ciutat Vella era seis veces superior a la de Sarrià-Sant Gervasi. 
Alumnos del instituto de Secundaria Camí de Mar de Calafell (Tarragona) jugando en el patio.
Alumnos de un instituto jugando en el patio.
ACN
Alumnos del instituto de Secundaria Camí de Mar de Calafell (Tarragona) jugando en el patio.

El curso escolar 2020-21 estuvo marcado por el constante confinamiento de los estudiantes. Tras superar varios meses encerrados en casa debido a la pandemia del coronavirus, el sistema escolar se reactivó en septiembre con un protocolo sanitario pensado para frenar cualquier contagio masivo en las aulas. 

Durante los meses lectivos, el plan de emergencia diseñado para proteger a los más pequeños recibió críticas de padres y alumnos que vieron como las ausencias a clase eran más frecuentes de lo que se esperaba y mensajes de aprobación por otros muchos que entendieron las medidas como temporales y necesarias. 

Ahora, un estudio de la Universitat de Barcelona señala que este protocolo agravó las desigualdades entre los niños de los distritos de la capital catalana. Según la investigación, los más afectados por los confinamientos escolares fueron aquellos que provenían de los zonas más pobres. 

En concreto, la probabilidad de confinamiento en Ciutat Vella –uno de los distritos con la renda más baja de Barcelona-, era seis veces superior al de Sarrià-Sant Gervasi, uno de los más ricos.

Tendencia al alza “sostenida y significativa”

El trabajo llevado a cabo por la universidad se ha basado en los datos del Departament de Educació sobre las escuelas públicas de primaria en Barcelona desde septiembre de 2020, fecha del inicio del curso tras la primera oleada de la pandemia, hasta febrero de 2022, cuando cambió la normativa sobre el confinamiento.

Los autores del estudio han contabilizado, por distritos, el número de niños aislados o en cuarentena y los días que cada uno de ellos permaneció en casa por el confinamiento de su clase. Tras obtener esta información, la han cruzado con la renta mediana de cada distrito, obtenida a partir de la renta familiar disponible por cápita, un índice que mide los ingresos de los que disponen los residentes de un territorio para destinarlos al consumo o al ahorro.

Estos resultados muestran una tendencia al alza “sostenida y significativa” del riesgo de cierre de las aulas en los distritos con ingresos medianos más bajos.

"De este modo, los niños de áreas por debajo de la media de ingresos anual de la ciudad presentaban más riesgo de confinamiento de sus aulas", explica Carles Pericas, primer autor del estudio.

Afectaciones al servicio de comedor y a la salud mental

La desigualdad en cuanto al confinamiento no solo afectaba directamente a la educación de los estudiantes, sino que actuaba como catalizador de todas las desigualdades ya existentes. Los autores del estudio han puesto como ejemplo la interrelación entre la enfermedad y el cierre de servicios esenciales en los centros educativos, como, por ejemplo, el servicio de comedor o los programas de apoyo a la salud mental que, “han podido impactar negativamente en la salud de los niños y estudiantes más desfavorecidos”.

Por ello, en las conclusiones apuestan por en una futura pandemia o emergencia sanitaria “garantizar el acceso a los servicios complementarios que se ofrecen desde las escuelas”, además de “conseguir la equidad en el acceso a la docencia telemática” ya que, según el estudio el confinamiento supuso "una pérdida educacional para los estudiantes provenientes de familias con pocos ingresos".

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