Cocinas fantasma, pisos turísticos, factor verde... Decálogo de las nuevas normas urbanísticas de Madrid

Chimeneas de las 'cocinas fantasma' en el colegio Miguel de Unamuno
Chimeneas de las 'cocinas fantasma' en el colegio Miguel de Unamuno.
Cedida por los padres
Chimeneas de las 'cocinas fantasma' en el colegio Miguel de Unamuno

El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado este lunes la actualización del Plan General de Ordenación Urbana de 1977. Con la mayoría absoluta del PP, la abstención de Vox y el rechazo de Más Madrid y PSOE durante un Pleno extraordinario en el Palacio de Cibeles, la modificación de las normas urbanísticas ha salido adelante tras tres años de intentos frustrados del Gobierno de José Luis Martínez-Almeida. Es la primera gran medida de su segundo mandato y no ha estado exenta de polémica, dado que la oposición ha anunciado que llevará el texto ante los tribunales. Pero, ¿qué es exactamente lo que regulan las NNUU?

Cocinas fantasma 

Es una de las cuestiones más sensibles del nuevo reglamento, limitada hasta en el último año con una moratoria que impide hasta el 16 de agosto su proliferación en la capital. Con los cambios en el documento,  las también llamadas 'dark kitchen' solo podrán ubicarse en zonas residenciales si su superficie no supera los 350 metros cuadrados y la zona de carga y descarga se ubica en el interior de un local industrial. Así se espera que se reduzcan las trabas a la movilidad que generan los  transportistas y riders, así como los ruidos que se asocian a la actividad.

Pisos Turísticos

Las viviendas de uso vacacional, cada vez más en auge en la ciudad de Madrid, no verán ninguna novedad, más allá de acatar el Plan Especial de Hospedaje que impulsó Manuela Carmena y avalaron los tribunales. El principal requisito de esa normativa es que el inmueble tenga una entrada independiente, un aspecto que la Comunidad de Madrid, competente en esta materia, también ha solicitado mantener.

Viviendas de más de 40 m2

En aras de mejorar las condiciones de confort, accesibilidad, habitabilidad y salubridad del parque de viviendas, estas no podrán ser inferiores a 40 m2. Se incorpora, de esta forma, un programa mínimo de vivienda para adecuarla a la realidad actual, desplazando a la Orden Ministerial de 1944 que todavía seguía aplicándose. También se mejora la regulación de los tendederos, trasteros y zonas comunitarias, no siendo necesaria la separación física entre cocina y tendedero si se respetan las superficies mínimas de ambas. Y se regula de manera expresa la transformación de local a vivienda para facilitar el empleo de locales abandonados.

'Cohousing' y 'coliving'

El expediente también se actualiza a los modelos residenciales emergentes, puesto que, hasta la fecha, Madrid solo regulaba dos tipos de vivienda: la colectiva y la unifamiliar. Ahora también abordará la  residencia compartida o coliving, donde a los residentes no les unen necesariamente vínculos sociales, religiosos o similares, o cohousing, donde prima la convivencia y relación entre los residentes. 

Factor verde

Las normas urbanísticas también introducen un nuevo parámetro urbanístico, el factor verde, que busca reducir las islas de calor y mejorar la calidad del aire. Consiste en aumentar la superficie verde total en la edificación mediante cubiertas y fachadas de este color, y en el espacio libre de parcela, a través de arbolado y ajardinamiento. Se aplicará a las obras de nueva planta, sustitución, ampliación y en las de reestructuración y acondicionamiento generales.

Sin edificabilidad

Uno de los cambios que se han introducido es que se excluye del cómputo de edificabilidad elementos que mejoren la eficiencia energética del edificio, como galerías bioclimáticas, locales de generación, almacenamiento y distribución de energías renovables, chimeneas solares y el incremento del espesor de cerramientos para aislamiento acústico y térmico. Afectaría además a escaleras adicionales y a las zonas de refugio que se deban disponer por adaptación a la normativa de seguridad en caso de incendio.

También será posible el sobredimensionado de elementos comunes como escaleras y pasillos para favorecer la accesibilidad y el confort. Tampoco computarán los espacios en un edificio para alojar bicicletas o patinetes eléctricos, ni los de recepción de paquetería, conserjería o similares.

Flexibilización del suelo

Bajo la prioridad de implantar aquellas dotaciones que necesitan los barrios, se flexibilizan los usos y se simplifica la implantación de equipamientos dotacionales básicos y singulares de forma inmediata. Esto da mucha más agilidad, por ejemplo, para poder instalar un centro cultural o deportivo, sin tener que redactar un plan especial.

También busca "aprovechar" solares vacantes para distintos usos, que permitan, sobre todo, responder a intereses generales para los ciudadanos, tanto de recreo y esparcimiento, como dotacionales. Esta propuesta está alineada con los objetivos establecidos en el Plan General, que establecía esta necesidad de uso temporal, pero que no determinaba un plazo. Ya lo define: cuatro años.

Dignificar patios de manzana

Se fomentará, por añadidura, la revitalización de los patios de manzana, tal y como avanzó 20minutos. El plan vigente no había logrado dotar de vida útil a estos espacios, rodeados siempre de edificios, y cuyas condiciones ambientales e higiénicas muchas veces languidecían. Según cálculos municipales, casi el 35% de estos suelos carece de edificación y, prácticamente, 40% la ocupan estructuras de tres o más alturas, donde se desarrollan usos con o sin licencia o, directamente, están infrautilizados como espacios residuales, almacenes o cuartos de instalaciones. La nueva normativa ofrece alternativas para que se desarrollen nuevas actividades y se dinamice la economía en su interior, manteniendo la obligación de recuperar dichos patios en caso de reestructuración o nueva edificación.

Se potencian los balcones

Igualmente, se potencia la incorporación de balcones y balconadas, incrementando su saliente (hasta 0,75 metros frente a los 0,45 de antes) y se admite la posibilidad de disponer terrazas sobre el espacio libre de parcela sin computar edificabilidad cuando estén descubiertas en al menos dos plantas. En suma, se mantiene la exclusión del cómputo de los miradores, pero modificando sus condiciones para mejorar su comportamiento bioclimático con la incorporación de persianas y otros elementos de protección solar. Y se abren a cornisas a nivel de todas las plantas como elementos de protección solar.

Sencillez en el lenguaje

Por último, en las nuevas normas se cambia el lenguaje complejo propio de la administración por uno comprensible y se unifican todos los criterios interpretativos publicados en dos décadas sobre artículos del plan general. Es decir, se aporta seguridad jurídica. Además, se adaptan los tiempos de la administración a los de la sociedad, eliminando trabas y trámites reiterativos como ocurre, por ejemplo, con los planes especiales de control urbanístico ambiental, que incluyen las mismas comprobaciones que se hacen luego en el proceso de licencia. Por eso, se elimina esta exigencia de Pecau, sin rebajar los requisitos y controles medioambientales que ejercía. Esto supone ganar una media de año y medio de tiempo a la hora de tener el visto bueno a un proyecto.

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