Por fin, tras más de dos años de votaciones frustradas, el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida aprobará este lunes la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1977. En un Pleno de Cibeles tan extraordinario como monográfico, los populares se bastarán de la mayoría absoluta que gozan durante este segundo mandato al frente del Ayuntamiento de Madrid para actualizar las normas urbanísticas, su primera medida de la legislatura. El expediente, que previsiblemente será rechazado ex novo por toda la izquierda, y quizás también por Vox, busca adecuar el urbanismo al presente y futuro de la ciudad.

Entre los asuntos principales del reglamento que fue redactado durante el curso pasado, destaca la regulación de las cocinas fantasma,  primando su implantación en polígonos industriales en vez de en zonas residenciales, como piden los vecinos. También aborda el coto a los pisos turísticos, a través el Plan de Hospedaje que impulsó Manuela Carmena en 2019, exigiendo un acceso independiente al inmueble. Se recogen las nuevas modalidades habitacionales como los llamados coliving y cohousing, donde hay habitaciones individuales, pero se comparten zonas comunes. Y se abre la puerta a que en los suelos de uso dotacional puedan construirse viviendas en régimen de alquiler y gestión pública.

Pero además de estas cuestiones, ya conocidas, la nueva normativa fomentará la revitalización de los patios de manzana, tal y como avanza a 20minutos el área de Urbanismo, Medio Ambiente, Movilidad. El plan vigente no había logrado dotar de vida útil a estos espacios, rodeados siempre de edificios, y cuyas condiciones ambientales e higiénicas muchas veces languidecían. Según cálculos municipales, casi el 35% de estos suelos carece de edificación y, prácticamente, 40% la ocupan estructuras de tres o más alturas, donde se desarrollan usos con o sin licencia o, directamente, están infrautilizados como espacios residuales, almacenes o cuartos de instalaciones.

Madrid

Ahora, la revisión de las normas urbanísticas ofrece alternativas para que se desarrollen nuevas actividades y se dinamice la economía en su interior. Se mantiene la obligación de recuperación de los patios en caso de obras de reestructuración general o de nueva edificación. Y en caso de no realizarse esas obras, se incorporan condiciones que permitirán mejorar la situación de los patios y flexibilizar su régimen de usos permitidos.

"El objetivo es potenciar la regeneración de los patios mediante la actualización, mejora y tratamiento ambiental y bioclimático de las edificaciones existentes, posibilitando cambios de usos y actividades siempre que se garanticen las condiciones de accesibilidad y seguridad en caso de incendio", comentan voces municipales. Tras sacar este lunes adelante el texto que redactó el anterior delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, el nuevo responsable de las políticas del suelo, Borja Carabante, empezará a diseñar de cero el nuevo PGOU, un ejercicio que podría alargarse más de cinco años.

Explotación de solares 

Otra de las novedades de la nueva regulación es que permitirá aprovechar solares vacantes para distintos usos durante cuatro años, cuando hasta ahora el Plan General del 97 no determinaba un plazo. 

Además de definir un límite temporal, se establecen una serie de condiciones a las instalaciones y construcciones, necesarias para garantizar la seguridad. En la mayoría de los casos, los usos que se permitan responderán a intereses generales para los ciudadanos tanto de recreo y esparcimiento, como a usos dotacionales, preferentemente locales, en parcelas públicas.

En su artículo 2.2.7, la modificación de las NNUU contempla la regulación del destino transitorio de solares, antes destino provisional, con la ampliación de los supuestos para poderlos aprovechar mediante distintos usos mientras no se utilicen.