Durante las festividades, como las celebraciones de Año Nuevo o fiestas que se celebran durante el verano en multitud de ciudades y pueblos, los fuegos artificiales son una tradición arraigada que llena el cielo de color y alegría. Sin embargo, para nuestras queridas mascotas, como los loros, este espectáculo pirotécnico puede convertirse en una fuente de estrés y ansiedad.
El ruido fuerte y repentino de los fuegos artificiales puede asustarlos y perturbar su equilibrio emocional, así como las luces procedentes de conciertos, ferias u otros eventos que se pueden dar durante las festividades. Por esto, es importante aprender a minimizar el estrés de nuestros loros durante estas ocasiones para garantizar su bienestar y tranquilidad.
El estrés generado por los fuegos artificiales puede afectar negativamente la salud y el comportamiento de los loros, que incluso pueden echar a volar y en un intento de huir del ruido o aquello que les perturba, dañarse al chocarse con algún objeto en su camino.
Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic, cuya misión es salvaguardar el bienestar de las psitácidas que viven en condiciones de cautividad, explica que los loros pueden llevar muy mal "el estrés de pasar toda la noche escuchando música fuerte o en determinados momentos, siendo propensos a los sustos, a salir volando (como hacen por ejemplo, las ninfas) y a golpearse".
Cómo amortiguar ruidos y luces para evitar el estrés
Como el estrés puede desencadenar diversos problemas, como el picaje, además de los golpes ya mencionados, lo ideal es que intentemos evitar las situaciones que puedan causar miedo o estrés a nuestros loros o, al menos, "intentar hacerle pasar el rato de la mejor manera posible durante este tipo de festejos", expresa Valls.
"Ante ruidos como petardos, fuegos artificiales, músicas altas o luces fuertes, si nuestras psitácidas viven fuera de casa (en el jardín, por ejemplo), podríamos ver si hay una posibilidad de meterlos dentro, ya que será más fácil aislarlos de ruidos y luces", detalla el experto. "Siempre que dispongamos del espacio y no suponga un mal mayor para nuestros loros, es un buen punto de partida".
Si lo que estamos buscando es protegerlos del sonido y no podemos acogerles en el interior de nuestro hogar, debemos asegurarnos de que cuenten con una buena cobertura física, "lo que les ayudaría a disminuir los estímulos luminosos, pero no el ruido", cuenta Valls. "Para amortiguar los sonidos, como eliminarnos será imposible, conviene que los perciba de forma lo menos intensa posible".
Siempre que dispongamos del espacio y no suponga un mal mayor para nuestros loros, es un buen punto de partida meterlos en casa
"Por ejemplo, podemos dejar algún reproductor con sonido blanco de fondo, como lluvia, viento o algo del estilo, que camufle los sonidos puntuales de los fuegos artificiales o los petardos", sugiere Valls. "Esto también podemos hacerlo con la iluminación, dejando un foco de luz de forma permanente, para que no pasen de una oscuridad plena a lo contrario de forma repentina, si no que ya partan de un 50 por ciento de luz, por ejemplo".
En caso de poder hacerles un hueco en el interior de nuestra casa, conviene colocarlos en una habitación lo más cerrada posible y alejado del foco de ruidos o luces. "Por ejemplo, si contamos con una habitación interior, sin ventanas, ya que estará más aislada del resto y el estímulo llegará con menos fuerza", explica el cofundador de Avetropic.
"También podemos utilizar mantas para amortiguar el sonido, ya que los estímulos lumínicos nos bastará con cerrar la ventana y bajar la persiana al máximo", recomienda Valls. "Aunque, de nuevo, siempre asegurándonos de que esa nueva situación no le genera más estrés, ya que podría incluso ser peor que dejarlo expuesto a estímulos puntuales".
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