La estrategia de OceanGate para evitar problemas legales: "No había pasajeros, esa palabra nunca se usó"

El Titán, el sumergible que implosionó con cinco personas a bordo en una expedición al Titanic.
Titán, el sumergible de OceanGate que implosionó con cinco personas a bordo.
Becky Schott; OceanGate
El Titán, el sumergible que implosionó con cinco personas a bordo en una expedición al Titanic.

Los cinco miembros que murieron en el interior del Titan durante una visita a los restos del Titanic nunca fueron considerados "pasajeros" a ojos de la compañía OceanGate. Con el fin de protegerse legalmente, la empresa acreditó a los tripulantes como "especialistas de la misión". Así, Rob McCallum, exasesor de OceanGate, explicó a The New Yorker que "no había pasajeros; la palabra 'pasajero' nunca se usó".

Para evitar problemas legales, todos los viajeros tuvieron que firmar unos documentos en los que no sólo se especificaba su nuevo título, sino que también se justificaba que cada uno hubiera pagado 250.000 dólares únicamente para financiar la investigación. Además, los papeles detallaban el riesgo de muerte, por lo que también lo aceptaron bajo su responsabilidad.

McCallum indicó que OceanGate tomó esta decisión porque es ilegal transportar pasajeros en un "sumergible experimental no clasificado", lo que podría haber derivado en "un pequeño problema a ojos de la ley", que en caso de muerte de algún pasajero conllevaría "un gran problema".

Tras conocer los riesgos que podrían suponer las misiones para la integridad de los pasajeros, el exasesor decidió advertir a Rush, fundador y director de la compañía, por medio de unos correos electrónicos.

En sus respuestas, Rush interpretó las advertencias como un "grave insulto personal", y como un intento por frenar su innovadora oferta turística.

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