Los trabajadores jóvenes se enfrentan a un mayor riesgo de automatización, según un estudio de Ayuda en Acción

Un joven camarero, durante su jornada de trabajo.
Un joven camarero, durante su jornada de trabajo.
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Un joven camarero, durante su jornada de trabajo.

A pesar de marcar el mínimo histórico en junio de menores de 25 años inscritos en el SEPE, España sigue siendo uno de los países con mayor tasa de paro entre los jóvenes. Según los datos de mayo, el doble de la media europea, y existen impactos importantes de la digitalización en la ocupación y los derechos de la juventud en el empleo y mejora de las condiciones laborales, según ha alertado este martes Ayuda en Acción.

La organización ha publicado la segunda parte del Estudio Prospectivo sobre Empleo y Juventud en España para 2030, que se centra en los impactos de la digitalización sobre el empleo juvenil. El informe destaca la desigualdad provocada por la brecha digital, la vulneración de derechos laborales en la economía de plataformas y la automatización del empleo que, según los datos, recae especialmente en la juventud, en concreto en la juventud más vulnerable y con menor nivel educativo.

Según los datos del estudio, más del 35% del total de empleos en España tiene asociado un elevado riesgo de automatización, entre ellos sectores como hostelería, comercio e industria manufacturera. Todos ellos concentran un elevado porcentaje de empleo joven, casi la mitad (45%) de todo el empleo de las personas menores de 30 años.

En concreto, los trabajadores que se enfrentan a un mayor riesgo de automatización son las personas más jóvenes, que tienen menor nivel educativo, menor responsabilidad en sus puestos y trabajan en sectores como agricultura, industria manufacturera, hostelería, comercio, actividades del hogar y administrativas. 

"Debemos ser conscientes de la persistencia del empobrecimiento de la juventud, que ha tenido lugar en España, pero no en el conjunto de la Unión Europea, si bien la tendencia de las tasas de pobreza es ahora descendente, lo que resulta esperanzador, los niveles son todavía muy altos y existe una diferencia abismal entre personas ocupadas y desempleadas o el nivel educativo, variando de un 36% entre las personas con educación primaria o inferior al 13,7% entre las que cuentan con nivel superior", ha explicado Matías Figueroa, responsable de Programa Europa de Ayuda en Acción.

Aprovechar las oportunidades de la digitalización

Según Ayuda en Acción, para que la juventud, y sobre todo la más vulnerable, pueda adaptarse al reto de la digitalización, es importante garantizar el acceso a la educación y adaptar la educación a las demandas del mercado laboral, de forma que no se eduque exclusivamente para trabajar en ocupaciones que podrían verse modificadas o incluso desaparecer en las próximas décadas. Se necesita una educación en competencias, conocimientos y habilidades digitales que permita tanto desempeñar una profesión en el presente como adaptarse a los cambios de futuro. 

El informe de Ayuda en Acción ahonda en el hecho de que la brecha digital en los colectivos vulnerables podría acentuarse a medida que el sistema educativo incorpora tecnologías en los procesos de aprendizaje, llevando consigo una intensificación de la segregación educativa, si no hay un cambio de base en el sistema. "Consideramos que la formación y la actualización de los planes de estudio para garantizar la comprensión de competencias digitales básicas es clave para adaptarnos a la economía digital y reducir la brecha digital", señalan.   

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