Jens Stoltenberg seguirá como secretario general de la OTAN hasta 2024

Jens Stoltenberg.
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Europa Press
Jens Stoltenberg.

Jens Stoltenberg seguirá como secretario general de la OTAN hasta el año 2024, tal como han confirmado este martes los aliados. De este modo, el político noruego cumplirá 10 años en el cargo -que asumió en 2014- tras confirmarse una tercera ampliación de su mandato y después de que sonasen para sustituirle nombres como el de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, e incluso el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

"Me siento honrado por la decisión de los aliados de la OTAN de prorrogar mi mandato como secretario general hasta el 1 de octubre de 2024", escribió el propio Stoltenberg en redes sociales. En un primer momento, tenía previsto dejar la secretaría general de la Alianza Atlántica en 2022, pero la invasión rusa de Ucrania alargó su estancia. Ahora el escenario empuja a lo mismo, en un momento clave para la organización.

"En un mundo más peligroso, nuestra Alianza es más importante que nunca", ha afirmado el líder de la OTAN, que considera que la Alianza está en un escenario fundamental para seguir erigiéndose "como garante de la libertad y de la seguridad". Stoltenberg, cómo no, cuenta con el respaldo de Estados Unidos, líder de facto de la organización atlántica, y hace semanas ya dejó claro que aunque no tenía previsto seguir al frente su futuro depende "de lo que digan" los países aliados.

La extensión será refrendada por los líderes de la OTAN en la cumbre de la próxima semana en Vilna, la capital de Lituania. Ahora el ex primer ministro noruego seguirá en el puesto hasta la cumbre de líderes prevista en Estados Unidos en julio del año que viene, coincidiendo con el 75 aniversario de la fundación de la alianza atlántica. Con esta maniobra la OTAN ganará tiempo para pensar en nuevos candidatos y encauzar mejor el debate.

En un primer momento, de todos modos, no quedaba demasiado claro que Stoltenberg fuera a seguir. Quien parecía liderar las quinielas era Mette Frederiksen. La primera ministra danesa estrenó el pasado mes de diciembre un nuevo Gobierno en coalición con moderados y liberales, después de haber compartido gabinete con socios de izquierdas durante la pasada legislatura. Una de las primeras medidas anunciadas por el Ejecutivo fue el aumento de gasto en Defensa y, además, Dinamarca entró hace justo un año en la política de Defensa común de la Unión Europea, rompiendo con una cláusula de salida que desde hace 30 años mantenía fuera al país en misiones y programas militares comunitarios.

Era una candidata "con muchas opciones", al igual que el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, que según fuentes lleva tiempo preparando el terreno para dar el salto a la Alianza Atlántica. Un paso clave para que su nominación pueda, llegado el caso, salir bien se produjo cuando Países Bajos, hace solo unos meses, se alineó con Estados Unidos para 'empujar' en la competición frente a China en el mercado de los semiconductores, dado que Ámsterdam es uno de los puntos europeos más potentes en este sentido. Rutte optó entonces por multiplicar los controles sobre Pekín, siguiendo el ritmo que marca Washington. Esto además se alinea con el objetivo de alcanzar "un papel más importante de la UE para garantizar la coherencia de nuestras políticas en materia de seguridad, comercio y tecnología", tal como pide la Comisión Europea.

Incluso el nombre de Pedro Sánchez sonó en algunos círculos, aunque poco a poco se ha ido descartando. Con todo, Jens Stoltenberg se mantendrá al frente de la OTAN en una época de claro impulso del atlantismo frente a la Rusia de Putin. A medio plazo, y con el concepto estratégico recién renovado en la última cumbre de Madrid, la Alianza tiene claras sus líneas a seguir.

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