Manuel Mostaza Barrios Politólogo y Director de Asuntos Públicos de ATREVIA
OPINIÓN

Esto va de contar historias

Pedro Sánchez y Teresa Ribera en un acto en Ferraz este miércoles.
Pedro Sánchez y Teresa Ribera en un acto en Ferraz este miércoles.
EP
Pedro Sánchez y Teresa Ribera en un acto en Ferraz este miércoles.

Es posible que, cuando el presidente del Gobierno decidió llamar a los españoles a votar el 23 de julio, tuviera en la cabeza el riesgo que iba a suponer para el Partido Popular el proceso de negociación con Vox en varias regiones. Si esta hipótesis es correcta, parece claro que los hechos, a día de hoy, parecen darle la razón. En apenas una semana, y entre la primera y segunda oleada del sondeo continuo (tracking) que publica este periódico, el PSOE recorta distancias con respecto a los de Núñez Feijóo, que siguen siendo la fuerza más votada si hoy se celebrasen elecciones.

La otra mala noticia para el bloque que va del centro a la derecha es que se aprieta la lucha por el tercer puesto, que puede ser clave a la hora de configurar gobierno: aunque VOX sigue por delante del movimiento liderado por Yolanda Díaz, la formación ubicada a la izquierda de los socialistas se acerca con rapidez a la que está anclada a la derecha de los populares.

Con estos datos, es importante analizar más elementos de la encuesta para poder dar sentido a los movimientos de las últimas semanas. Si Pedro Sánchez sigue lejos del centro político y empata en valoración con la ferrolana entre los electores ubicados más a la izquierda; enfrente, tanto Alberto Núñez como Santiago Abascal caen ligeramente en la valoración que merecen a los electores ubicados más a la derecha. Y es que la sensación de que no hay nadie a los mandos de Génova para organizar los pactos post-electorales con la formación ubicada a su derecha puede ser dañina para los populares. 

Lo que funciona en Galicia puede no funcionar igual en el conjunto de España, donde la ambigüedad no tarda en confundirse con la indecisión. Esta aplicación de criterios diferentes en función del territorio no es compartida por la mayoría de los españoles y es rechazada por los que se ubican en el centro, siendo también discutida por una parte relevante de los votantes de VOX. 

¿Y quien sale perjudicado de esta falta de concreción? Pues según los votantes y con mucha claridad, el Partido Popular. De fondo hay una discrepancia radical entre los electores de ambos partidos: si los votantes azules prefieren gobiernos en solitario con apoyos puntuales, los votantes verdes quieren ver a los suyos formando parte del gobierno.

Steve Jobs sostenía a menudo que la persona más importante en un negocio es la que cuenta las historias así que, sin una narrativa razonable de lo que hace y de cómo lo hace, al Partido Popular se le puede hacer muy larga la campaña electoral.

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