La actriz, cantante y presentadora de televisión Carmen Sevilla, uno de los rostros más populares y queridos del cine y la televisión en España, falleció este martes en Madrid a los 92 años. 

Tras una vida de éxitos en el séptimo arte, en el que incluso llegó a coquetear con Hollywood, Carmen disfrutó de un resurgir profesional en una segunda y última etapa, íntegramente ligada a la televisión. Fue en 1991, con sesenta años, cuando inició este renacer que la llevó a convertirse en uno de los rostros más admirados y queridos de la pequeña pantalla.

Así, desde 1991 hasta 1997, y animada por Valerio Lazarov, entonces director de la recién creada Telecinco, se puso al frente del Telecupón, espacio diario donde hizo gala de su naturalidad... y sus despistes. Con todo ello congregaba frente al televisor cada noche a millones de espectadores que querían ver en acción a Carmen con sus famosas y adoradas "ovejitas" y su querido "cuponcito".

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Durante esa época, Sevilla compaginó sus apariciones diarias en el programa con las galas en las que cantaba o presentaba. Incluso llegó a presentar las Campanadas de 1993 junto a José María Íñigo, donde ambos protagonizaron el sonado gazapo cuando el periodista dio la bienvenida a 1964 y no a 1994.

En 1997, Carmen fichó por Antena 3 para presentar La noche de Carmen. Posteriormente pasó por varias cadenas autonómicas para, en 2003, recalar en TVE y poner fin a su etapa televisiva. Fue en Cine de Barrio, espacio que presentó durante seis años, hasta 2010.

Esta gran trayectoria fue la que le permitió a Carmen Sevilla amasar una gran fortuna a lo largo de su vida que ahora heredará Augusto Algueró, su único hijo, fruto de su primer matrimonio con el compositor Augusto Algueró Dasca, con el que se casó en 1961 en una ceremonia digna de una princesa y con una gran cobertura mediática. El hijo de la televisiva, recuerda LOC, ya heredó de su padre los derechos de canciones icónicas como Tómbola y La chica ye-ye.

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Tal y como recuerda este medio, el primer gran contrato de la actriz se lo ofreció el productor Cesáreo González, por la que recibió algo más de un millón de pesetas por tres películas, Pluma al viento (1952), Violetas imperiales (1952) y Gitana tenías que ser (1953). Luego vinieron otras firmas igual de millonarias por más filmes.

Mientras estuvo casada con Augusto Algueró, recuerda este medio, generó importantes cantidades de dinero, convirtiendo al matrimonio en uno de los más pudientes de Madrid.

Después llegó la separación y su nuevo amor, Vicente Patuel, propietario de varios cines en la Gran Vía. En su retiro a la finca extremeña, la televisiva tuvo que hacer frente a los gastos -un pozo sin fondo- vendiendo parte de sus joyas.

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Pero la situación económica solo mejoró cuando vendieron su boda, en 1985, a una revista por 40 millones de pesetas (que vienen a ser 240.000 euros).

Ya en televisión, con sus presentaciones del Telecupón, Carmen ganaría 300.000 pesetas mensuales entre 1991 y 1997. En Cine de Barrio (2004-2010) cobró 24.000 euros semanales, recuerda LOC.

Lejos de la pequeña pantalla, la artista compró un exclusivo piso en la calle Pintor Rosales, otro ático de grandes dimensiones en Marbella e invirtió nuevamente en joyas y varias obras de arte que le reportarían un importante colchón económico.