Putin vive sus peores horas: la traición de Wagner muestra a un líder frágil y una Rusia muy vulnerable

Habitantes de Rostov despiden entre aplausos a los combatientes de Wagner que han tomado durante un día esta ciudad al sur de Rusia.
Habitantes de Rostov despiden entre aplausos a los combatientes de Wagner que han tomado durante un día esta ciudad al sur de Rusia.
AP
Habitantes de Rostov despiden entre aplausos a los combatientes de Wagner que han tomado durante un día esta ciudad al sur de Rusia.

Solo 24 horas han sido suficientes para hacer tambalear el Gobierno de Vladimir Putin en Rusia. El motín llevado a cabo por los mercenarios del Grupo Wagner, comandados por su jefe, Yevgeny Prigozhin, ha dejado al descubierto ante el mundo la imagen de fragilidad del presidente ruso, incapaz de hacer uso de su poder para repeler la traición de un incómodo aliado que necesita incondicionalmente para su guerra en Ucrania

"El Kremlin se enfrenta ahora a un equilibrio profundamente inestable", apuntan los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés). Y no es para menos: a diferencia de lo que Putin no ha conseguido en Ucrania, Wagner ha sido capaz de adentrarse en territorio ruso y recorrer casi 1.000 kilómetros hacia Moscú sin apenas resistencia por parte de las fuerzas rusas. 

Este rápido avance hacia la capital rusa "ha ridiculizado a gran parte de las fuerzas regulares" de ese país, han valorado los expertos, y ha demostrado "a todas y cada una de las figuras de seguridad, empresas estatales y otras figuras clave del gobierno ruso que las fuerzas militares privadas separadas del estado central pueden lograr resultados impresionantes".

Asimismo, el órdago de Wagner también ha dejado en evidencia "la degradación de las reservas militares de Rusia", volcadas casi totalmente en combatir en Ucrania, así como "los peligros de depender de reclutas sin experiencia para defender las fronteras de Rusia", añaden.

Su salida de Rostov del Don, la ciudad rusa al sur del país tomada por los milicianos el pasado viernes, también ha sido muy significativa como muestra del respaldo que Wagner tiene entre la población rusa. Los habitantes despidieron con aplausos y palabras de agradecimiento a los combatientes, que partieron como héroes en una columna de camiones, tanques y otros vehículos ligeros.

Un levantamiento sin consecuencias

Para Putin, este ha sido el mayor desafío en los 23 años que lleva en el poder, una pesadilla que trató de apaciguar este sábado con una comparecencia en la televisión nacional para pedir el fin de una rebelión armada. Una "traición" y una "puñalada por la espalda" de Wagner que, sin embargo, tampoco ha tenido consecuencias para los de Yevgeny Prigozhin tras dar marcha atrás en sus objetivos.

A cambio de retirarle los cargos, el jefe de Wagner se irá a Bielorrusia, a los soldados que no han tomado parte en esta revuelta se les ofrece un contrato del Ministerio de Defensa, mientras que los que sí lo han hecho tampoco serán perseguidos debido a sus "méritos en el frente", tal y como reconoció este sábado un portavoz del Kremlin.

Asimismo, el papel jugado por el presidente bielorruso Lukashenko para detener el avance de Wagner cuando estaban a tan solo 200 kilómetros de Moscú ha sido "humillante para Putin y puede haberle asegurado otros beneficios a Lukashenko", señalan los analistas estadounidenses.

En su opinión, necesitar "la mediación de un líder extranjero para resolver la rebelión, tendrá un impacto duradero" para Putin, que ha visto erosionarse "aún más su monopolio de la fuerza".

Sea como fuere, el acuerdo negociado por Lukashenko "es una solución a corto plazo", ya que el levantamiento de Prigozhin contra Moscú ha expuesto "graves debilidades en el Kremlin y el Ministerio de Defensa ruso".

Además, esta era la crónica de una rebelión anunciada, apuntan los expertos, ya que la inteligencia estadounidense sospechaba desde hace dos semanas que el líder de Wagner estaba planeando tomar medidas contra Moscú tras haber manifestado abiertamente en más de una ocasión su descontento con la gestión de las operaciones militares de los altos mandos en Ucrania. "Casi seguro que Prigozhin planeó este esfuerzo con anticipación debido a la coordinación observada y la velocidad de los movimientos de Wagner", opinan desde el ISW.

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