Juan Luis Saldaña juan luis saldañaPeriodista y escritor
OPINIÓN

Qué esconde en su letra la nueva canción de Leticia Sabater

El momento "playa con dinosaurios" es quizá el más brillante de esta obra.
El momento "playa con dinosaurios" es quizá el más brillante de esta obra.
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El momento "playa con dinosaurios" es quizá el más brillante de esta obra.

No es lo que parece. La nueva creación de Leticia Sabater titulada Barbacoa al punto G posee un mensaje profundo, fino y atinado sobre el momento histórico-político actual. Hay que tener muy poca sensibilidad y colocarse de espaldas al arte para no verlo y para no entender el análisis crítico, a veces sesudo y a veces mordaz, que Sabater nos ofrece para encarar el verano desde el principio con un punto de vista reflexivo, serio y audaz.

La factura técnica del videoclip daría para muchos comentarios, ya que esta pieza encierra también un discurso intelectual y estético en sí misma. Lo dejaré para los expertos o quizá me plantee abordarlo más adelante. Me centraré en la letra, que es, como ya intuyen, un torpedo en la línea de flotación moral de la sociedad en la que nos ha tocado vivir. Leticia Sabater, sin casi darle importancia, como un CIS responsable, pone sobre la mesa una buena parte de los problemas que preocupan a los ciudadanos de hoy en día.

Para comenzar, Sabater no ha perdido la sensibilidad social que muchos dirigentes políticos parecen haber olvidado detrás de un discurso falsamente optimista sobre una pretendida mejora económica. La inflación sigue ahí, el incremento de los precios se nota en la cesta de la compra y una artista comprometida como ella lo denuncia en sus letras en, al menos dos ocasiones. La primera, se refiere al precio desmesurado de la fruta: “A los chicos en la playa, musculazos en la toalla, se les sube la guayaba, si paseo mi papaya”. Y la segunda, una clara alusión a la subida del precio de la carne de vacuno mediante una comparación arriesgada y descarnada con las trabajadoras de la prostitución: “Bajando, bajando, bajando, sexy. Subiendo, subiendo, subiendo, cowboy”. Además, toda la canción hace alusión a preparados de charcutería como sustitutivos de la carne: “Ay, caliente, qué choricito”, “Y ponme un buen morcillón, dale” o la ya famosa cuarteta que reproduzco entera por su belleza inmarcesible: “Las chicas en verano / de ti nos enamoramos / como locas bailamos / y longanizas devoramos”.

La canción encierra además una visión global desde el punto de vista internacional. Tiene la capacidad de tender puentes y de hacer un análisis predictivo.

Esta orgía de sensaciones con guiño incluido a Georgie Dann encierra también un análisis demoscópico que anuncia un cambio de ciclo político con algunas alusiones en forma de reproches innegables a la política del actual gobierno como “métele carbón”, en referencia a la política energética y el cierre de centrales térmicas como la de Andorra. “Ponme un menú del día en la Leti Barbecue” resuena como un himno que busca unirse a la llamada clase media “lowcost” que ya no puede permitirse otra cosa que un triste menú. Y esta alusión a los dos líderes políticos de los partidos mayoritarios en la que Feijóo aparece como una propuesta atractiva y Sánchez se presenta como un pistolero solitario y sin sentimientos supone un remate magistral: “Derecha, derecha, derecha, sexy. Izquierda, izquierda, izquierda, cowboy”.

La sagacidad de esta artista adelantada a su tiempo no termina aquí. La canción encierra además una visión global desde el punto de vista internacional. Tiene la capacidad de tender puentes y de hacer un análisis predictivo. Hay alusiones constantes a lo dominicano y americano en algunas frases expresas, en el acento y en el uso de giros como “dale, mamita”, “papi” o “desde Dominicana pa'l mundo entero”. El análisis futuro, quizá uno de los momentos de mayor sagacidad de la pieza, se encuentra en una omisión deliberada. Leticia Sabater, en el minuto 2:42, comienza una alusión a todas y cada una de las comunidades autónomas de España. Es algo que, evidentemente, está pensado para generar adhesión en las actuaciones multitudinarias, pero no podemos obviar que esconde un mensaje: no se menciona a Ceuta ni a Melilla. Nunca una omisión fue tan estruendosa. Leticia sabe algo que nosotros no sabemos. Quizá podamos preguntárselo a ella. ¿Cómo quiere usted su barbacoa?

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