La sociedad de su hijo, una eurodiputada y un conflicto de intereses: renuncia el juez del caso 'Qatargate'

Eva Kaili, en el Parlamento Europeo.
Eva Kaili, en el Parlamento Europeo.
Brigitte HASE
Eva Kaili, en el Parlamento Europeo.

El Qatargate sigue dando vueltas, giros de guion que se parecen más a la ficción que a la realidad. El juez encargado del caso, Michel Claise, ha tenido que renunciar por un conflicto de intereses. "Como medida cautelar, y con el fin de permitir a la justicia proseguir su trabajo con serenidad y mantener la necesaria separación entre la vida privada y familiar y las responsabilidades profesionales, el juez de instrucción Michel Claise nos ha comunicado que ha decidido esta tarde apartarse del caso", han explicado en un comunicado, tal como adelantó el diario belga Le Soir.

El magistrado al cargo del escándalo de corrupción por presuntos cobros procedentes de Qatar o Marruecos, que ha salpicado, entre otros, a la vicepresidenta del Parlamento Europeo Eva Kaili, renunció después de una petición de Maxim Toller, abogado de otro de los implicados, el exeurodiputado Marc Tarabella. Y es que el hijo de Claise tiene una sociedad con el hijo de otra eurodiputada, Maria Arena, que además es bastante cercana a los investigados.

No obstante, en el comunicado de su renuncia, la oficina de Claise pide tener en cuenta "la ausencia de pruebas reales que pongan en duda la probidad de cualquiera de las partes implicadas, y el importante trabajo que él y sus investigadores han realizado en este caso".

Más en concreto, la cuestión está en que Nicolas, hijo del juez, es desde hace aproximadamente cinco años dueño junto Ugo Lemaire, hijo de Arena, de una empresa de venta legal de cannabis. Arena no ha estado detenida, pero sí figura en el sumario del caso, tal como se ha especificado en las informaciones de las últimas horas. A raíz de esto fue el abogado de Tarabella, otro de los detenidos, quien aludió a un posible conflicto de intereses por parte de Claise.

"Estamos aliviados. Lamentamos que el juez de instrucción no se haya retirado directamente del caso. Ahora podemos esperar que se haga un análisis serio de la supuesta información del arrepentido Panzeri", explicó Toller a Le Soir tras conocerse la noticia. Se trata de hecho del último capítulo de un caso que acumula matices y nuevas informaciones desde que se desatara el pasado mes de diciembre.

El caso se basa en el presunto cobro de sobornos desde un país del Golfo, con el foco puesto en Qatar, pero después también en Marruecos. El primer arrestado fue el exurodiputado italiano Pier Antonio Panzeri. Al tirar del hilo de Panzeri cayó el siguiente: Francesco Giorgi. El también italiano no solo fue asesor del exeurodiputado, sino que es la pareja de la por entonces todavía una de las vicepresidentas de la Eurocámara, la griega Eva Kaili (del S&D igual que Panzeri). Kaili, ya liberada y que tiene idea de volver a su día a día en la Eurocámara, niega todas las acusaciones, aunque reconoce la presencia de dinero en efectivo en su casa.

De hecho, el padre de la política griega también fue detenido al intentar huir con dinero de un hotel de Bruselas. Y es que según las investigaciones en el domicilio de Kaili y Giorgi se incautaron un total de 150.000 euros (en billetes de 20 y de 50), también en bolsas, mientras que la otra incautación trascendida fue de 600.000 euros, que era lo que 'transportaba' el padre cuando pretendía salir de la capital comunitaria. Todos los arrestados están ya en libertad, aunque algunos con medidas de control, como es el caso de Giorgi, que lleva un brazalete electrónico.

"No habrá impunidad". Esa es la frase más repetida por parte de la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, desde que se conoció el caso. A raíz de él, propuso una serie de 14 medidas para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas en la institución, entre las que destacan la prohibición de los llamados "grupos de amigos" (había uno de eurodiputados precisamente con Qatar) o un mayor control de las reuniones con los lobbistas.

Por otro lado, la Comisión Europea puso hace algunas semanas sobre la mesa idea de crear un único órgano ético para todas las instituciones de la UE con el objetivo de que no se repitan escándalos de corrupción precisamente como el Qatargate. Este órgano, con todo, solo se podrá crear previo acuerdo entre todas las instituciones implicadas, aunque la Comisión ya propone de antemano que los estándares abarquen numerosos asuntos como la aceptación de regalos, hospitalidad y viajes ofrecidos por terceros. 

Las normas también se aplicarán a la aceptación de condecoraciones, condecoraciones, premios u honores. Habrá también medidas de condicionalidad y transparencia, en particular para las reuniones con los representantes de intereses: la Comisión, el Parlamento Europeo y el Consejo ya tienen normas comunes en lo que respecta a las reuniones con los representantes de intereses y su publicación gracias al Registro de Transparencia. "Quiero que los estándares sean altos, claros y que apliquen a todas las instituciones", expresó la comisaria de Valores y Transparencia, Vera Jourova, a este respecto.

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