El drama de las familias de Souhaib y Reda, dos de los siete ahogados en Denia: "Quiero ver su cadáver y que su alma descanse en paz"

Ropa que llevaba uno de los migrantes fallecidos en el mar frente a Denia.
Ropa que llevaba uno de los migrantes fallecidos en el mar frente a Denia.
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Ropa que llevaba uno de los migrantes fallecidos en el mar frente a Denia.

El pasado 21 de marzo una patera salió a las tres de la madrugada de Cherchell, Argelia, rumbo a las Islas Baleares. A bordo iban 16 migrantes, la mayoría jóvenes argelinos, varias mujeres y un bebé. Horas después la barca naufragaba frente a la costa de Denia (Alicante) y, en diferentes jornadas, los pescadores que faenan en Marina Alta han ido capturando hasta siete cuerpos en sus redes. Cuerpos que tienen nombres y apellidos, historias de vida y unas familias que les echan de menos.

Los dos primeros cadáveres pertenecían a Souahib Amamri (19 años) y a Reda Ben Zerhouda (23). Sus hermanos han accedido a contar, desde Argelia y a través del psicólogo de Caminando Fronteras, quiénes eran estos jóvenes y por qué se subieron esa noche a una patera. De paso, reclaman a las autoridades pruebas de su muerte. Quieren que alguien les muestre, al menos, una foto de los cuerpos para poder iniciar el duelo.

"Soy el hermano del difunto Souhaib Amamri. Somos de Argelia, de un pueblo que se llama Cherchell. Pertenecemos a una familia humilde. Mi hermano tenía solo 19 años. Su nivel educativo es de primaria, llegó al quinto elemental. Trabajaba de carpintero de aluminio, le apasionaba trabajar con las manos", describe el hermano del primer rescatado. "Era una persona alegre, ambiciosa, con ganas de hacer nuevas cosas y emprender aventuras… Realmente representa la personalidad de la mayoría de la juventud argelina, que es chistosa y apasionada por el deporte". Souhaib practicaba mucho deporte, "hacía culturismo".

Lo que se sabe del naufragio en la Marina Alta alicantina, frente a Denia
Lo que se sabe del naufragio en la Marina Alta alicantina, frente a Denia

El joven que encontró la muerte en aguas mediterráneas solía frecuentar los cafés de su pueblo "para sentarse con los amigos después de terminar el trabajo, sea para conversar o ver el fútbol". Allí se habla de la migración entre "los jóvenes que viven en una situación de insatisfacción y frustración frente a lo que está pasando en Argelia en general (situación política y socioeconómica complicada que afecta el futuro de los jóvenes)". Su hermano explica que en los cafés se compartían historias exitosas de la juventud del pueblo o de otras zonas del país emigrados a tierras españolas. "Mi hermano tenía un amigo que se fue a España hace dos años. Solía hablar con él. Nos enteramos después de que él estaba planificando su viaje a España con otras personas de la zona e iba a quedar con su amigo una vez llegase en paz".

 "Cenó con toda la familia y se despidió"

Del día 20 de marzo, víspera del "acordado entre los amigos para cruzar", recuerda que su hermano se fue a comprar ropa: un pantalón, una camisa y unos zapatos. Ya por la noche cenó con la familia, se despidió de todos y se marchó. "Cuando nos enteramos del viaje no pudimos decirle la verdad a mi madre. Mi madre rezaba mucho por él cuando salió, pero no pensaba que viajaba en patera sino en un barco normal, en un ferry. Es una mujer mayor que apenas salió del pueblo, con poco mundo, fácil engañar. Yo tampoco podía contarle la verdad, son situaciones familiares complejas. Lo puede entender un argelino o un marroquí que haya pasado por experiencias similares".

"En la patera llamó a mi madre, estuvo en contacto con mi madre mucho rato, de repente se fue la señal y no sabíamos nada"

Según el hermano de Souhaib, el grupo salió de Cherchell a las 3.00 de madrugada "porque es la hora más segura, todavía es de noche y las autoridades destinadas a guardar las costas no pueden identificar a una patera fácilmente". Desde la patera llamó a su madre: "Estuvo en contacto con mi madre mucho rato, de repente se fue la señal y no supimos nada. El 22 de marzo le volvimos a llamar y salió el buzón de voz contestando en castellano. Nosotros pensábamos que ya estaban en tierra española y como no contestaba creímos que había sido detenido".

El sábado 25 de marzo, sin embargo, llegó la dramática noticia del naufragio y del desembarco del cadáver de Souhaib en el puerto de Denia. Una noticia "que sacudió toda la familia". Así lo cuenta su hermano: "Nunca vivimos una tristeza igual en nuestra vida". Ese día entendió el significado del dolor. "Nunca imaginaba que mi hermano moriría de tal forma. Primero me llamaron algunas personas, luego llamé al número de familias de Caminando Fronteras (la ONG que asesora a familiares de migrantes en travesía)". Se acuerda de que fue una mujer española que hablaba francés y un poco de español la que le puso en contacto con el psicólogo que es, a la vez, traductor del árabe en la ONG. "Después de todos los detalles que me mandaste supimos que era él. Pero esto del Facebook es una locura, se mezcla la verdad con las mentiras y te pierdes totalmente, sobre todo cuando se trata de asuntos sensibles".

"Yo lo que deseo y lo que solicito es ver el cadáver de mi hermano, aunque sea a distancia para que apacigüe el fuego que está ardiendo en mi corazón"

"Realmente mi hermano apostaba mucho por su viaje a España, era su único sueño para construirse un nuevo relato de vida, formarse más en su oficio, aprender nuevas técnicas en su profesión, hasta estudiar", explica. "Mucha gente le contaba que podía estar mejor en España y tener mejor acompañamiento sobre todo con 18 ó 19 años. Pero el destino derrumbó su sueño. Su muerte estaba preconcebida".

Ropas y un aniño que permitieron identificar a los migrantes
Ropas y un anillo que permitieron identificar a los migrantes
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El hermano de Souhaib, a cuya familia nadie en Argelia ha informado oficialmente, termina pidiendo pruebas de la muerte de su familiar: "Yo lo que deseo y lo que solicito es ver el cadáver de mi hermano, aunque sea a distancia, para que apacigüe el fuego que está ardiendo en mi corazón". También que las autoridades españolas "nos ayuden a transferir el cadáver a Argelia cuanto antes para hacer un funeral según la tradición y que su alma pueda descansar en paz. Llevamos más de 3 meses esperando, algunas veces hasta dudamos de que esté muerto, no puede ser este un duelo perpetuo. Las autoridades de los dos lados deben tener en cuenta que se trata de un asunto sensible y urgente y deben acelerar. Esperar sin saber qué va a pasar es duro".

Reda Ben Zerhouda tenía 23 años

El hermano de Reda Ben Zerhouda, el segundo migrante cuyo cadáver fue recuperado por barcos alicantinos, explica que tenía 23 años y que, como Amamri, era de la localidad de donde salió la patera, Cherchell (Argelia). Del joven Reda, su hermano dice que "realmente no tenía profesión concreta. Se buscaba la vida para sobrevivir con oficios que la juventud argelina suele hacer para ganarse el pan diario como pintar una pared, arreglar un grifo, o vender un teléfono… Como se dice aquí en estas tierras era manitas y estaba muy capacitado, podía convencerte para vender cualquier cosa", explica, "pero ya no está", se lamenta.

"Él era discreto para estas cosas, sabía que si nos lo contaba íbamos todos (La familia entera) a impedirle el viaje"

Le recuerda como una persona de corazón blanco (expresión que significa buena gente). "Te ponía en situaciones cómicas todo el rato, no le gustaba meterse en situaciones conflictivas".

Ben Zerhouda mantuvo en secreto su intención de embarcarse rumbo a Europa. "Para ser sincero, yo no tengo mucha información sobre el viaje de mi hermano". Ni él ni nadie en la familia. "Era discreto para estas cosas, sabía que si nos lo contaba íbamos a impedirle el viaje. Pero sé que era como la gran mayoría de la juventud, buscaba oportunidades y posibilidades de mejora de su vida, quería migrar a Europa y tener un mejor futuro, una vida digna". 

Si hubiese sabido que se iba a subir a esa patera, el hermano de Reda Ben Zerhouda no hubiera dudado en informar a las autoridades. "Prefiero que esté en la cárcel que muerto", reconoce. "Así que no puedo decirte por qué salieron de Cherchell por la noche y no por el día. Lo siento, ignoro estos detalles", responde. 

Por contra, Ben Zerhouda dijo a los suyos que se iba "a la capital para algo de trabajo, sin más". Se solía mover mucho. No fue hasta tres o cuatro días después que supieron del naufragio de la patera de Denia. "Había mucha información vagando por las redes sociales que ponía una cosa o la otra, muchas veces pensaba que no se trataba de la verdad porque no venía por vías oficiales", pero cuando le llamaron de Caminando Fronteras, con la noticia colgó para no escuchar lo que no quería oír. "Pero luego te volví a llamar, porque por las descripciones que me habías dado, y que luego me habías escrito muy detalladamente, sabía que era él… no podía negar esta realidad, aunque deseaba negarla y suprimirla de mi mente". 

Como la familia de Souhaib Amamri, la de Reda Ben Zerhouda también quiere tener acceso pruebas del fallecimiento. "Yo lo que solicito a las autoridades (que nos tienen abandonados, sean de Argelia o de España) es que agilicen los procedimientos y que nos envíen los cadáveres ya, para que sus almas y las nuestras descansen. Desde la identificación hasta el día de hoy no sabemos nada, no sabemos ni dónde ir o venir, estamos colgados entre tierra y cielo, hubiera preferido no saber nada la verdad, hubiera sido mejor. ¿Nos pueden por favor mandar por lo menos la foto de su cadáver para verla?", solicita.

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