Ucrania mantiene la esperanza tras dos semanas de contraofensiva pese a los lentos avances en el frente

Un tanque ucraniano dispara en Chasiv Yar, Ucrania.
Un tanque ucraniano dispara en Chasiv Yar, Ucrania.
AP/LAPRESS
Un tanque ucraniano dispara en Chasiv Yar, Ucrania.

"No tenemos prisa". Dos semanas después de que comenzaran los primeros movimientos de Ucrania en la contraofensiva que insisten en negar, los cambios en el frente apuntan a un estancamiento del avance militar. Ucrania reconoce que sus tropas se están encontrando con una fuerte resistencia de los soldados rusos: las minas y fortificaciones que ha levantado el Kremlin en el último año frenan las acciones de Kiev y convierten la ofensiva en una guerra posicional. El Gobierno de Zelenski -y sus aliados- insisten en que esto es una carrera de fondo, pero aseguran que, tras haber recuperado más de 100 kilómetros cuadrados y siete localidades, la contraofensiva es ya imparable.

Desde el este, por varios  puntos del Donbás, hasta el sur, en Zaporiyia, los combates han sido una constante desde la madrugada del cinco de junio. Tanto Rusia como la prensa mundial alertaron del comienzo de la ofensiva que desde finales de 2022 se había anunciado para primavera. Ucrania lo negó, y aplicó un silencio informativo en el que pidió a sus ciudadanos que no colgaran información de las actividades de su Ejército para no perder el factor sorpresa. 

Con el paso de los días las conquistas en el terreno hacían innegable que se trataba de una acción coordinada. Estos puntos llevaban inamovibles desde prácticamente marzo de 2022 y en cuestión de días los soldados Ucranianos ya habían entrado en varios pueblos. Muchos de ellos, abandonados por los civiles. "Estamos atacando en varias direcciones, pero el enemigo también. Hay una confrontación muy seria", ha reconocido la viceministra ucraniana de Defensa, Hanna Maliar.

Aunque Rusia insiste en que está repeliendo los ataques causando centenares de bajas en las filas ucranianas, las tropas de Kiev dicen haber avanzado hasta tres kilómetros en la zona de Mala Tokmachka, en Zaporiyia, y siete kilómetros al sur de Velika Novosilka, en Donetsk. "La agenda maximalista ucraniana sería lograr dividir en dos las zonas de ocupación entre Jersón y el Donbás", dice a 20minutos Álvaro de Argüelles, analista de El Orden Mundial. "También aspira a una salida del mar de Azov y tener la península de Crimea al alcance de su artillería", reconoce, aunque añade que llegar hasta este mar será complicado.

Apoyo aéreo, un elemento clave 

Pese a que la información sobre los frentes es escasa, los analistas apuntan a que uno de los objetivos podría ser llegar a las ciudades ocupadas de Berdiansk y Mariúpol, así como a Melitópol, a fin de cortar el corredor terrestre que Rusia creó el año pasado para conectar el Donbás con la anexionada península de Crimea. No obstante, es complicado profundizar de esta forma en campos minados y con ataques de artillería y morteros, así como bombardeos aéreos constantes por parte de Rusia. Y más sin apoyo aéreo, uno de los grandes problemas de Ucrania en esta guerra.

Por el momento únicamente Polonia y Eslovaquia han enviado aviones de combate. Los países del grupo de contacto de apoyo a Ucrania insistieron este jueves en la importancia de seguir proporcionando a Kiev defensas aéreas, munición y el mantenimiento necesario de los tanques. Además, en la reunión, Países Bajos y Dinamarca detallaron cómo avanza la iniciativa que lideran para instruir a pilotos ucranianos en el manejo de aviones de combate de cuarta generación, entre ellos los F16 estadounidenses. 

"Entre que se forman los pilotos ucranianos en el uso de estos cazas de combate y se entregan a Ucrania pasarán muchos meses", ha remarcado De Argüelles, que dice que para entonces Ucrania debería haber conseguido avances territoriales. Sobre si ve posible o no el envío de cazas y fuerza aérea a Ucrania, reconoce que las líneas rojas de Occidente se han ido modificando a medida que avanzaba la contienda.  "Poco a poco se han ido rompiendo tabúes. Primero con la entrega armamento, luego carros de combate, más tarde helicópteros o artillería de mayor alcance. Los aviones de combates también formarán parte de este patrón".

En el mismo sentido se expresa Luis Rodrigo de Castro, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad CEU San Pablo, que agrega que "la fuerza aérea no es el único elemento" y que "existen sistemas defensivos potentes como escudos aéreos que pueden suponer la neutralización de la fuerza aérea".

Con todo, las capacidades militares ucranianas tampoco parecen estar a su máximo rendimiento. El think tank estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra ha recalcado que los ataques en la contraofensiva "no representan el alcance total de las capacidades" ucranianas, y que probablemente consistirán en muchas ofensivas de alcance diferente, incluidos asaltos localizados. Además, el informe destaca que Ucrania ha formado 12 brigadas para la contraofensiva, nueve de las cuales han sido entrenadas y equipadas por Occidente, aunque actualmente "parece haber comprometido solo una parte de las fuerzas disponibles".

"No han involucrado a todos los grupos recién formados. Estamos viendo una combinación de viejas y nuevas brigadas", dice el analista de El Orden Mundial. "Lo que no queda claro es si es por tener reservas o porque siguen en fase de prueba de buscar grietas en la línea de defensa rusa antes de que inicie un ataque más potente".

"Una carrera de fondo"

Este viernes el propio Zelenski ha explicado que, a pesar de la "dura resistencia", el avance ucraniano es "generalmente positivo" y el éxito de la contraofensiva llevaría a Rusia a la derrota en la guerra. La cuestión ahora es saber qué considera éxito el mandatario ucraniano. Para Rodrigo de Castro, "un avance exitoso sería aquel que rompiera las líneas defensivas" y "fuera un punto de inflexión en el conflicto".

Hablar de éxito o no de una ofensiva depende de muchos factores y habría que analizar el coste-beneficio. Es lo que ha ocurrido en la batalla de Bajmut, donde Rusia ha gastado casi diez meses de munición y vidas por hacerse con una pequeña ciudad. "Todo depende de cuánto sacrificas en relación con lo que ganas", afirma De Argüelles. "Un primer logro relevante sería superar la línea de defensa que Rusia lleva fortificando durante meses. Además, aunque Ucrania no llegue a la costa, si logra tomar un nodo de transporte relevante como Tokmak y establecer una presencia estable que entorpezca la movilidad entre el Donbás y el Jersón. Ese ya sería un buen resultado", añade.

Tanto para Ucrania como para sus aliados occidentales, la contraofensiva es "una carrera de fondo" y no un "sprint", como ha dicho esta semana el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin. El jefe del Estado Mayor estadounidense, el general Mark Milley, reiteró también que "está es las primeras fases" y que "es demasiado pronto para hacer valoraciones definitivas". Milley consideró "muy prematuro" estimar cuánto puede durar la contraofensiva, y señaló que hay "varios cientos de miles de soldados rusos" a lo largo del frente.

Así también lo estima viceministra de Defensa de Ucrania: "No tenemos prisa. Observamos la disciplina del silencio informativo y concedemos a nuestros soldados la oportunidad de dar sorpresas desagradables al enemigo". Maliar reconoció que "es muy difícil avanzar" en un territorio así con tanta resistencia pero que "si miras los números" hay "un progreso seguro". El asesor de la Oficina del presidente de Ucrania Mijailo Podoliak insistió en negar que haya comenzado la contraofensiva, e ironizó con que Rusia, pese a ello, ya "canta victoria".

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