Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Salgamos de la prehistoria, por favor

Borja Iglesias y Aitor Ruibal junto a Víctor Ruiz, Víctor Camarasa y Juanmi en una boda.
Borja Iglesias y Aitor Ruibal junto a Víctor Ruiz, Víctor Camarasa y Juanmi en una boda.
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Borja Iglesias y Aitor Ruibal junto a Víctor Ruiz, Víctor Camarasa y Juanmi en una boda.

No te salgas de los cánones. Mantente dentro del marco establecido, compórtate como se supone que debes de comportarte. Sigue todos los clichés que hay que seguir y, sobre todo, no te permitas ser tú mismo, expresarte libremente dentro de unos límites de respeto y convivencia. Eso parece que hay que hacer una y otra vez en una sociedad en la que últimamente somos más intolerantes con el diferente, cada vez aceptamos peor y con mal gesto a quien se permite romper todos esos tabúes

Lo han vivido los dos jugadores del Betis que el sábado se fueron de boda, vistiéndose como les dio la real gana, con un bolso, con las uñas pintadas, con el pelo de colores... Son futbolistas, jugadores con miles de seguidores que se sorprendieron de verlos así. Algunos no tanto porque desde hace mucho tiempo tanto Aitor Ruibal como Borja Iglesias han decidido utilizar toda su fama y toda la exposición y atención mediática que tienen para servir de altavoz a las causas que ellos creen más necesarias.

Su atuendo no gustó a todo el mundo. Y en este mundo en el que necesitamos ponerle etiquetas a todo y a todos, algunos les dijeron de todo en las redes. Se cebaron con su aspecto, con la elección de sus accesorios y, cómo no, necesitaron buscar una explicación simple a que un hombre, en todo su derecho, se vista y se arregle como mejor le parezca, como más atractivo se vea. Había que etiquetarlos, sí, y los más decidieron que eran homosexuales, y ahí se cebaron durante unas horas, en insultos y humillaciones que, lo digo muchas veces, serían incapaces de decir si no se escondieran bajo un nombre falso en las redes.

Toda la polémica sirvió, una vez más, para que volvamos a mirarnos en un espejo que cada vez nos devuelve una imagen menos nítida y más borrosa de la sociedad en la que nos estamos convirtiendo. Somos intolerantes con lo diferente y todo aquello que no entendemos y que no entra dentro de nuestros esquemas más básicos. Lo atacamos, lo despreciamos, lo apartamos. Luego nos echamos las manos a la cabeza por todo lo que está pasando, por las agresiones que vemos en un metro, por la violencia de algunos jóvenes cuando salen de marcha, por las actitudes machistas que, desde muy jóvenes, se aceptan como normales.

Así que bravo por Aitor Ruibal y Borja Iglesias, por enseñar a todos esos indocumentados mentales que se puede reivindicar la masculinidad de muchas formas, también apoyando al colectivo LGTBI, también visibilizándolos en una foto. Si ellos, que son reconocidos y admirados entre su afición, han recibido esa lluvia de insultos y vejaciones, imagínense lo que tiene que sufrir un chaval que vive en un barrio, pueblo, ciudad donde lo conoce todo el mundo y donde es señalado continuamente. A ver si nos cortamos un poco, abrimos un poco más la mente y aceptamos que hay otras formas, dentro del respeto, de expresarse además de la nuestra.

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