Durante los meses más duros de la pandemia, las familias de clase media y alta de España llegaron a ahorrar hasta 120.000 millones de euros, de los cuales todavía conservan 100.000 millones. Al mismo tiempo, el 20% de hogares con menos ingresos no pudo permitirse construir ni un pequeño colchón en un periodo en que las posibilidades de gasto quedaron fuertemente restringidas. Un fuerte contraste entre clases que es reflejo de cómo la pandemia impactó de forma muy diferente a ricos y a pobres.

Un estudio publicado por el Banco de España este lunes apunta a que la tasa de ahorro de las familias de mayor renta del país avanzó 30 veces más que la del 20% de hogares con menos ingresos del país, que apenas varió. Mientras que las familias más acaudaladas de España pudieron aumentar su tasa de ahorro de 2020 hasta 12 puntos por encima de lo normal, los hogares más precarios apenas la vieron crecer cuatro décimas. Es decir, no ahorraron prácticamente nada.

Los motivos que explican esta fuerte diferencia tienen mucho que ver con dónde trabajan y en qué se gastan el dinero los hogares en función de sus ingresos. El Banco de España señala que las familias de más ingresos tienden a trabajar en sectores que se vieron muy poco afectados por las restricciones pandémicas frente a los trabajadores de rentas bajas, lo que les permitió acumular más. En cambio, las rentas más modestas se vieron, en muchos casos, abocadas a un ERTE o a una pérdida de empleo. No en vano, el 40% de los trabajadores que cayeron en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo en los primeros meses de la pandemia pertenecían a la hostelería y al comercio, sectores de bajo valor añadido.

De igual manera, las restricciones en el consumo a las que obligó la pandemia afectaron mucho más a los hogares de renta alta que a los de renta baja. Los meses que siguieron a la llegada del coronavirus estuvieron marcados por el confinamiento domiciliario y fuertes restricciones en la movilidad hasta bien entrado 2022. Estas limitaciones causaron una acumulación forzosa de dinero que normalmente se hubiera gastado en viajes, restaurantes, espectáculos... productos que las rentas altas tienden a consumir en mucha mayor medida que las bajas.

La bolsa de ahorros, prácticamente intacta

Otra de las principales conclusiones que muestra el análisis del Banco de España es que el ahorro extraordinario acumulado por las familias que pudieron permitírselo está prácticamente intacto. A finales de 2022 la acumulación ascendía todavía a 109.000 millones de euros que, eso sí, se han devaluado un 10% por culpa de la inflación registrada desde entonces.

El Banco de España descarta que el ahorro pandémico de las familias vaya a impulsar la economía

La información que maneja el supervisor bancario señala que el 80% del flujo extraordinario de ahorro tras la pandemia se repartió a partes iguales entre efectivo y depósitos y fondos de inversión. Otra parte minoritaria se ha ido a inversión no financiera (fundamentalmente, a la compra de vivienda nueva, considerablemente más cara que la usada) y otra pequeña porción, aunque cada vez más destacada, se está destinando a amortizaciones anticipadas de hipoteca.

Las características del ahorro acumulado hace pensar a los investigadores del Banco de España que los hogares no van a gastarse en consumo los fondos acumulados. En primer lugar, porque dos tercios del ahorro se concentra en las rentas más altas, que tienen una propensión menor a consumir. En segundo lugar, porque la incertidumbre económica generada por la guerra en Ucrania puede incentivar que los hogares conserven ese ahorro como precaución por si la situación se deteriorase. Y, finalmente, porque el fuerte encarecimiento de las hipotecas variables puede incentivar las amortizaciones anticipadas de deuda para suavizar el golpe que está suponiendo la subida del euríbor.