La hija menor de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, Irene, que acaba de cumplir 18 años, se graduará este próximo viernes tras pasar por la Escuela Internacional de Ginebra y concluir sus estudios de bachillerato. Para ello, está previsto que viajen a la ciudad suiza sus familiares más allegados, entre los que está su padre, que reside en Vitoria desde que abandonara la cárcel por el caso Noos.

Además de asistir sus tres hermanos, Juan, Pablo y Miguel, con los que se lleva estupendamente, se habla de que viajarán a Ginebra también, según OK Diario, sus abuelos maternos: la reina Sofía, que está muy apegada a sus nietos y que ha viajado a Suiza muchas veces desde que su hija vive allí hace ya diez años, y el rey emérito, Juan Carlos.

De ser así, la graduación de la joven Irene se convertirá en un punto de encuentro de personas que llevan sin verse años y con una separación inesperada por medio, la de la infanta y el exdeportista. Iñaki Urdangarin estuvo en prisión, condenado por el caso Noos, más de cinco años, periodo tras el cual se instaló en Vitoria, con su madre, Claire Liabert. Desde entonces, ningún miembro de la familia del rey se ha dejado ver cerca de él, toda vez, que el exolímpico mantiene desde hace un año y medio una relación con una abogada, Ainhoa Armentia.

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Por su parte, el rey emérito lleva viviendo en Dubai casi dos años, tiempo en el cual ha visitado España un par de veces. Asimismo, Sofía y Juan Carlos apenas se ven. Lo hicieron en el funeral de Constantino de Grecia, hermano de la reina, en enero pasado. Y hace menos de un mes en la boda del heredero jordano, en Amán, donde ambos estuvieron invitados y se vio a Juan Carlos en silla de ruedas empujada por un escolta.

Es de esperar que a este importante momento asista también la infanta Elena, que se lleva muy bien con su hermana, y su hija Victoria Federica, influencer, y muy unida a su prima menor. En ningún caso se aguarda la llegada de la novia de Iñaki, según la revista Semana.

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Por otra parte, Irene ha renunciado a tener una puesta de larga a la vieja usanza, por lo que no se espera ninguna fiesta de postín, sino un acto íntimo en el que estén sus seres queridos más próximos. Además, es previsible que el divorcio de sus padres, que aplazaron la decisión oficial hasta que Irene fuera mayor de edad, se consume en breve. Motivo que no parece digno de celebración, pero que bien merecerá ríos de tinta. Como las fotos de toda la familia Borbón-Urdangarin, si finalmente se producen tantos e inesperados encuentros.